Capítulo 59: Estrategia

1.8K 160 7
                                    

Sarah Cooper

Recuerdo el perfecto autocontrol que tenía cuando era oscura. Al convivir con otros vampiros desalmados, siempre estaba rodeada de sangre y cadáveres; tuve que acostumbrarme al escozor en mi garganta y al vacío en mi estómago, el instinto depredador y la adrenalina corriendo por mis venas cada vez que escuchaba el tentador latido de un corazón humano. La sangre bombeando en su sistema.

Todo era tan fácil. Controlarme, matar sólo cuando yo quería, atacar a gente inocente; pero fue así de sencillo porque yo simplemente no sentía nada. Pero ahora, al pasar entre la gente desesperada y furiosa con los doctores, que demandaban respuestas, que exigían saber si sus seres queridos estaban allí, si seguían con vida...

Ya no era la insensible Sarah que miraba con indiferencia a cada alma rota, hoy en día no era capaz de soportar esas miradas llenas de miedo. No podía reprimir el impulso de cerrar los ojos cada vez que escuchaba su llanto retumbando en mis oídos, y a mí reflejada en sus ojos. Una criatura. Culpable de todo el daño que estaba sufriendo.

«Sólo sigue caminando, no tardaremos ¿De acuerdo?». Escuchar la tranquilizadora voz de Alex en mi cabeza me hizo soltar un suspiro, a pesar de que nosotros también estábamos pasando por un mal momento, su compañía desvanecía un poco la tensión en el ambiente. Al menos para mí.

Me sorprende que incluso después de escuchar a James quisiera venir conmigo. Pero ninguno de los dos habló sobre el hecho de que mañana, la maldición que nos une de por vida se romperá, al igual que nuestra conexión.

Pero no tienen de qué preocuparse, si sus sentimientos son reales, el amor que sienten el uno por el otro prevalecerá. Yo mismo sé que cuando hay amor verdadero, no hay nada capaz de quebrarlo. Ni siquiera alguien tan poderoso como Tsalia Morengei— Nos había dicho James después de lanzarnos la bomba. Sabía que hablaba de él y Elízabeth, pues juntos ellos atravezaron todos los obstáculos que Tsalia les ponía, ella luchó para separarlos, e incluso puso un hechizo que afectó a una octava parte de la raza vampiro.

Me doy la vuelta rápidamente para sostener una taza de café a diez centímetros del suelo. Había empujado el brazo de una señora sin darme cuenta, y esta no pudo contra mi fuerza. Me le quedo mirando a la cerámica blanca y simple, el café humeante y negro. Supe enseguida que la mujer no había dormido en toda la noche preocupada.

—Lo siento—digo con voz chillona.

La mujer todavía tenía las manos curveadas, así que coloqué la tasa en el hueco, y le sonreí con amabilidad a su expresión vacía.

Siento un tirón del codo, y camino por el pasillo arrastrada por Alex.

«Sé lo que piensas».

No quise contestarle, ya que él me había pedido hace poco que no leyera su mente. Pero él sí que se estaba mucho tiempo en la mía.

«Quisiera que hubiera más tiempo para que lo habláramos, o que siquiera pudiéramos tomar una decisión, pero esto no sólo se trata de nosotros Sarah, la maldición está en cada selecto de la Tierra».

Suspiro llena de derrota, Alex tiene razón, y no tengo nada que decirle ya que técnicamente ambos pensamos lo mismo. Ya habíamos decidido acabar con Tsalia antes, no podemos ser egoístas ahora, hay vidas en juego, evitar la muerte de Tsalia sólo para mantener viva nuestra relación sería más cruel que cualquier cosa que haya hecho la mismísima Tsalia Morengei.

«No hay de qué asustarse, todo saldrá bien».

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?—murmuro, a un volumen imposible de escuchar para cualquier oído humano.

Demons| TC2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora