Capítulo 61: La vuelta al mundo en veinte minutos

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A todos alguna vez nos han hecho una pregunta, cuya respuesta puede definir qué tan fuertes son tus sentimientos, o que tan poco te conoce la gente.

¿Matarías a alguien?

Ya fuera por defensa propia, o porque no tuvieras otra opción. Antes solía aterrarme ante la idea de acabar con la vida de una persona, no me imaginaba capaz de cargar con la culpa, o siquiera vivir tranquilamente, sabiendo que en lo más profundo de mi corazón yacía una oscura grieta.

En mi corazón ya existía esa grieta...bueno, varias. Pero día a día ignoraba el hecho de lo mucho que había evolucionado como persona, puede que para mal quizá, pero después de haber perdido mi humanidad, aquello se había vuelto menos...importantes.

Sólo entonces me di cuenta, de que es posible amar tanto a alguien, hasta llegar a un punto en que sólo puedes ver a esa persona. De que matarías...por esa persona.

Pero aun así, por mis padres, por las personas que amo y que creen en mí, sé que no soy una mala persona.

Eso es lo que solía decirme a mí misma, conforme me adentraba cada vez más a este mundo oscuro lleno de criaturas sobrenaturales.

Y volví a repetirme las mismas palabras en cuanto la bala salió disparada. El arma se convirtió en hielo que cayó hecho trizas en el suelo, desapareciendo cualquier prueba del asesinato que yo misma acababa de cometer. Metí las manos los bolsillos de la sudadera de mi novio y me quedé viendo como el cuerpo de la mujer que me había jodido por completo, se desvanecía en el suelo.

Oí los gritos y vi como muchas de las personas se volvían para observar lo que acababa de ocurrir. Las personas dejaron de moverse por un segundo, todos estaban presos del pánico y el miedo. Lo sentía por todas partes, eso...era lo único que sentía en este momento, impregnado en el ambiente, junto a la furia que todo eso me ocasionaba. Las personas apenas comenzaban a gritar de nuevo y a correr despavoridas cuando todo se detuvo por completo, y esta vez no tenía nada que ver con la impresión de ver morir a su recién nombrada alcaldesa de Mellow Ville. Sino al único poder que tendría un controlado efecto, el único poder que los salvaría a todos.

Miré a Rihanna un segundo, y luego nos fue fácil a todos identificar a las criaturas entre nosotros, pues eran los únicos que podían moverse. Pero aunque el caos entre los humanos se había congelado, entre las criaturas de la plaza apenas comenzó.

Tsalia se remueve en el suelo, apoyándose en sus manos para tratar de levantarse. Mantiene la cabeza hacia el suelo mientras una risa ronca brota de su garganta. Lleva una mano hasta el costado de su cabeza, y suelta un gruñido a la vez que se saca la bala y la arroja después fuera del escenario. Yo subo lentamente la escalinata,   con una estaca de hielo que emerge de mi mano.

—Qué estupidos, ¿De verdad creen que unos chiquillos como ustedes van a derrotarme?—dice Tsalia—. Detener el tiempo no evitara que esta asquerosa ciudad explote.

Miro la pantalla de reojo para darme cuenta de que dice la verdad, a pesar de que Rihanna ha congelado el tiempo, el temporizador sigue disminuyendo.

—Para con esto Tsalia, los humanos no tienen nada que ver—digo.

—Los humanos viven en la mentira, se creen los reyes de la cadena alimenticia cuando no es así. Y los vampiros gozan saber la verdad, se sienten poderosos y capaces de acabar con todo...o de comérselo, mejor dicho.

—¿Qué piensas lograr con esto?

—Temo que le preguntas a la persoma equivocada, si te dijera el propósito de todo esto, no le hallarías ningún sentido—esboza una sonrisa psicópata.

Demons| TC2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora