Demons| TC2

Capítulo 37: Harto de las mujeres

❤Capítulo dedicado a NohemiCruz6❤

No dije ni una sola palabra cuando entré a la casa ignorando las preguntas de todos. Miro de reojo el enorme hoyo en la pared y trato de evitar el desastre de la sala dirigiéndome directamente al cuarto de juegos. Tomo asiento en el sofá, a un lado de Carter y me dispongo a esperar a los demás. Decidí que, si tenía que darles la noticia de que Sarah sería liberada, al menos tenía que pretender estar tranquilo, y que tenía toda la situación bajo control, cuando la verdad es que ya ni siquiera estaba seguro de si mañana quería despertar otra vez.

Deseaba que todo esto fuera sólo otra de las pesadillas que Sarah me provocaba, y que cuando despertara lo haría en brazos de mi hermana mayor, quien me daría nuevas esperanzas de recuperar a mi novia. Una parte de mí deseaba...tal vez jamás haber encontrado a Sarah, no estar con ella era menos doloroso que verla convertida en lo que ella más temía.

No. Nada se comparaba con el dolor de vivir sin Sarah, sin embargo, aunque ella estuviese en el piso de abajo, en mi interior sentía que la había perdido...Tal vez para siempre...

—Alexander Margaret Pearson...¿Quieres decirme qué mierda sucede?—los gritos de Rihanna se escuchaban por toda la mansión, pero yo sabía que ya estaba detrás de mí.

Adelí llega con rapidez, y se echa en el sillón frente a mí.

—Un momento...—dice entre risas—. ¿Tú segundo nombre es Margaret?—en cuanto lo dijo, otra carcajada salió de su boca.

Le lanzo una mirada asesina a la bocona de Rihanna, cosas como ésta eran la razón por la que jamás usaba aquel nombre, y Rihanna sólo me llamaba así cuando estaba realmente cabreada conmigo.

—Te entiendo, yo tampoco contestaría si estuviera en tu lugar—sigue diciendo la rizos rojitos—. Ahora te creo...tu padre en serio te odiaba.

Carraspeo.

—Como sea, Sarah nos engañó, nunca deshizo la hipnosis a los clientes del Frezer's Pizza, sabía que la capturaríamos en cuanto pisara la mansión, así que las hipnotizó a ti y a Monique para que se los comieran—aquella era tal vez la peor manera de explicarles lo que acababa de pasar, pero era la mejor manera de decirles en lo que se había convertido mi novia.

—¿Y cómo has logrado quitarnos la hipnosis?—pregunta Monique.

—No lo he hecho—trago con dificultad y me pongo de pie, tomando fuerzas para hablar—. He hecho un trato con Sarah.

Es Adelí quien se levanta y da un paso al frente, me mira recelosa, preguntándome con la mirada de qué diablos estaba hablando, pero fue Rihanna quien lo dijo en voz alta.

—¿De qué hablas?

Le echo una mirada complice a Adelí y luego me desperramo en el sofá.

—Eso ya está arreglado, por ahora debemos preocuparnos en alejar a cualquier humano de esta casa.

—Pues yo hice lo que me pediste y le avisé a Jennifer y Richard que mi mamá se quedaría unos meses más con ellos en Inglaterra—dice Monique.

—¿Y bien?

—Conozco a mi madre y sé que sospechará que algo malo ocurre, por lo que ahora estoy esperando su llamada pidiendo explicaciones que por supuesto...—me señala—. Tú te inventarás justo ahora.