Demons| TC2

Capítulo 35: La prisionera

Diría que las cosas no fueron tan interesantes después de que la hija del ex alcalde rociara una poción mágica sobre mi novia y con ello, la dejara inconsciente. Y es que la verdad fue que lo más interesante que hice por el resto de la tarde fue ver como Kenna le enseñaba a Eric a hacer trucos de magia. Lo más triste del asunto es que estos no eran más que eso, trucos, falsos y sin una pizca de magia real, los mismos que hace un mago en una fiesta infantil, y aun así Eric no pudo aprenderse ninguno, pues aunque estuviera a casi treinta metros de distancia podía ver como ocultaba la moneda en su palma y dejaba un hueco en el papel para meterla dentro.

La cosa me dio tanta pena que acabé dándome una ducha larga para matar el tiempo. Tenía que pensar en lo que acababa de hacer, o mas bien, en lo que permití que Adelí hiciera, pues si mal no recuerdo, yo sabía que algo malo rondaba por su cabeza, y aún así dejé que se acercara a mi novia. Se supone que debía protegerla, con o sin humanidad su corazón seguía siendo mío, y yo tenía que cuidar de él. Sin embargo no pude evitar, después de enfadarme con Adelí como los mil demonios, pensar en que tal vez, lo que había hecho era una mejor manera de protegerla de la que yo hubiera pensado.

Tal vez, después de todo, Adelí sí iba a cumplir su promesa de ayudarme a recuperar la humanidad de Sarah. Tal vez sólo tenía que poner un poco de confianza en ella. Pero se trataba de Adelí Mathews, la hija del hechicero más malvado de toda la existencia y heredera de toda esa maldad. No existía otra persona más egoísta que ella, ¿Cómo es que podría cambiar de la nada y comenzar a preocuparse por la seguridad de Sarah? ¿Cómo es que pudiera siquiera preocuparse por algo en concreto?

¡Vamos!, que lo que prometí a cambio no es nada que a ella se le dificulte conseguir. Además de que ella siempre obtiene lo que se le venga en gana, la verdad es que yo no necesito ni enterarme si ella mata a alguien, sé que ha matado ya a cientos de personas y eso a mí no me ha afectado en lo más mínimo. ¿Entonces por qué ofrecerle la oportunidad de asesinar a todavía más?

Simple, no tenía nada más que ofrecerle. El dinero no era algo que le interesara, y de ser así ya lo habría robado de la caja fuerte de la mansión, en resúmen, si Adelí quisiera, estrujaría mi corazón en su mano.

No, Adelí seguramente tiene otros planes para Sarah, y contaba con que yo no me lo esperara. Pero yo ya estoy preparado para cualquier cosa, estoy dispuesto a recuperar la humanidad de Sarah, sea como sea.

Estaba secándome el cabello cuando escuché un potente grito de furia. Rihanna estaría discutiendo con Adelí otra vez. Tuve que mirar por la ventana para ver que nadie de los alrededores la haya escuchado, pero pude divisar a lo lejos a un par de Vookers nivel 3 asomarse, sin embargo en cuanto vieron la mansión supieron de qué se trataba y siguieron vagando por el bosque.

Los Vookers eran criaturas mágicas, 
con la habilidad de transformarse en el animal que quisiesen. Tenían la apariencia de un humano, sin embargo lo que los hacía diferentes eran sus ojos, ya que estos eran de un tenebroso negro con la iris dorada. Su peligrosidad dependía del nivel en que estaban clasificados, cada nivel tenía su correspondiente color de cabello. Sólo conocía a unos pocos, sabía que los de nivel 1 tenían cabello blanco, y supe que el par de Vookers que andaba por el bosque eran nivel 3 porque ambos tenían el cabello de color azul cielo. Estaba al tanto de que los Vookers del nivel 1 al 6 podían transformarse en cualquier animal que quisieran, y que los del nivel 7 al 10, además de ello también podían convertirse en animales fusionados.

Lo poco que sabía de ellos lo había escuchado de Sarah cuando leía mucho aquel libro que antes les pertenecía a ella y a su hermana Emmily, el cual hace unos meses Robert Mathews había hecho que Sarina lo quemara para hacer un ritual que acabara con la existencia de los vampiros. Un fracaso total por supuesto, Robert Mathews murió asesinado por una turba de vampiros molestos y poco después los hechiceros fueron desterrados de Mellow Ville.