Capítulo 44: Control sobre la materia

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Adelí Mathews

Al parecer sobreestimé esta misión, pues desde que salimos de casa lo más aventurado que hice fue saltar una rama enterrada en el suelo. Esto estaba comenzando a parecerse a una excursión por el bosque en lugar del rescate prometedor de una bruja suprema que nos ayudaría a acabar con la zorrita de Tsalia Morengei, pero no dije nada hasta que vi a James detenerse y mirar a ambos lados.

—¿Acaso te has perdido?—era una pregunta retórica, dudo que el vampiro más poderoso de todos pueda perderse, pero aquella era una forma de mostrar mi aburrimiento.

—¿Prefieres buscarlos por tu cuenta? Sería más divertido, pero sólo nos haría perder el tiempo—me dice con cara de pocos amigos.

Pongo los ojos en blanco. James saca de su chaqueta la pequeña bocina de Rihanna. Kenna la había modificado para que emitiera un sonido que sólo los Vookers pudieran escuchar, y así atraerlos hacia nosotros, esta vez específicamente a uno de ellos.

Su líder, Liar.

Podríamos haber pasado media hora caminando por el bosque gritando su nombre, pero no podíamos arriesgarnos a que alguien más se diera cuenta de que lo buscabamos y todo se fuera al caño. No era mi culpa que los Vookers no usaran teléfonos celulares, tal vez serviría ponerles un rastreador o alguna campanilla, aunque no hacía falta esto último, su peste era notable hasta cien metros de distancia.

James pulsó un botón y encendió el artefacto.

—Lo único que nos queda es esperar —dice.

—Esto nos está llevando demasiado tiempo, ahora mismo debe haber un montón de oscuros en la guarida—dice Monique.

—Tienes razón, tal vez deberíamos esperarnos a que salgan a comer—digo, irónica.

Los ojos verde pálido de Monique soltaron chispas.

—Perdona, ¿Tú a que has venido en primer lugar?—dice cruzándose de brazos.

—Estoy siendo utilizada—digo, posando una mano sobre mi pecho—. Me han traído para que mate todo lo que se mueva dentro de la guarida—ladeo la cabeza—. ¿Cuál es tu excusa?

Monique inspira aire y escucho como hace rechinar sus dientes.

—No peleen—interviene James, me dedica una mirada de advertencia que paso por alto y se vuelve hacia Monique—. Perderíamos más tiempo buscando la guarida por nuestra cuenta, sólo puedes verla si un Vooker te lleva hasta ahí.

—Ya, entonces planeas que Liar sea quien nos guíe.

Siento como una vibra salvaje me recorre la espalda, inhalo el apestoso aroma que ahora nos rodea y me muerdo el labio.

—¿A donde desean que los guíe?—todos miramos a Liar, que ahora estaba recargado en el tronco de un frondoso árbol.

Su peinado, al igual que su ropa, era el típico estilo Punk de todo Vooker. Su cabello, de un amarillo fluorescente lo llevaba peinado en tres puntas por toda su cabeza, y le cubría la mitad de su frente, ocultando uno de sus horripilantes ojos. Esa era otra de las cosas que me molestaban de esas irritantes criaturas, sus ojos me daban arcadas, y tuve que hacer una mueca de asco cuando salió de las sombras y paseó la mirada por todos nosotros.

Liar era el líder de los Vookers, al menos los que vivían aquí en Mellow Ville. No lo conocía muy bien, lo poco que sabía era que la primera vez que Sarah y los demás se encontraron con él hubo una pelea, pero sólo bastaron unas cuantas palabras y los Vookers pasaron a ser nuestros aliados. Nos ayudaron a vencer a Robert y a desterrar a los hechiceros de Mellow Ville, y ahora me veía obligada a convivir con ellos.

Demons| TC2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora