Demons| TC2

Capítulo 62: Libres

—Son demasiados—murmura.

Monique no se bromeaba, había al menos unos cincuenta oscuros avanzando hacia nosotros con toda su aura destilando amenaza. Mis ojos fueron rápidamente hacia sus cuchillos y estacas, todos ellos iban con un único propósito marcado en sus ojos negros.

—Tal vez sólo vengan a patrullar—susurra Drew.

—Y de paso...matarnos—trago saliva.

—¡Ja! Increíble, al fin algo emocionante este día—Pryscilla me da un empujón, posicionándose delante de nosotros con la espada sobre el hombro.

—No podemos luchar contra ellos, están hechizados, bueno...algunos, otros son unos malditos desde que nacieron—le recuerda Alex.

—Pues entonces trataremos de no acabar con sus vidas miserables— interviene Scord—. Kenna y James los necesitan, ustedes vayan mientras nosotros distraemos a esta escoria.

—¿Están seguros de que ustedes solos...?—un ruido sordo me interrumpe, y de pronto los oscuros llevan las manos a su cabeza y comienzan a gritar del dolor.

—Sí—me dice Pryscilla.

Asiento con la cabeza una vez más, muy segura de que Scord y Pryscilla podrían con eso y mucho más .

«Tenemos que encontrar un...»Comienza a pensar Alex, mirando a su alrededor.

No lo dejo terminar y corro a toda velocidad para montarme en una picob. Alex baja con cuidado a la chica que está como copiloto, la mete a un local de helados y él junto con los demás, se suben rápidamente. Arranca a toda velocidad hacia la alcaldía, doblando por las calles menos transitadas, había autos varados por doquier, y Alex tuvo que maniobrar para esquivarlos.

Tengo que mirar por el espejo retrovisor cuando escucho un rugido por detrás de nosotros. Dos coches derrapan doblando hacia la calle en la que vamos. En él van montados oscuros, gritando y asomándose por las ventanillas de los autos.

—Tenemos compañía—murmuro.

Alex acelera y logramos salir del centro, pero esos oscuros continúan detrás de nosotros.

—No podemos dejar que nos sigan—digo.

Veo a Dalia ponerse de pie en la parte trasera de la camioneta, después, un poste de luz se levanta del suelo junto con todos sus cables, chispas de electricidad saltan por todos lados, y luego los cables se enredan en los autos y estos aceleran intentando quitárselos de encima, pero más cables los retienen, hasta detenerlos por completo.

Seguimos conduciendo, gracias a Dios ningún otro vampiro nos persigue durante el resto del camino, pero al llegar a la alcaldía, dos oscuros yacen en la orilla del bosque, recostados en el suelo.

«Demonios, ¿Y ahora qué?» Oigo que piensa Monique.

Junto los labios, formando una sola linea, después, asiento con convicción.

—Tengo un plan—expreso—. Muy bien, Rihannna sube al volante y conduce lo más lejos que puedas, haz que los sigan—le pido, mientras bajo de la camioneta procurando no hacer ruido.

Alex hace lo mismo a la vez que Rihanna toma asiento del lado del copiloto, y nos escondemos detrás del basurero a esperar.

—¡Ey, idiotas!—oigo gritar a Drew—. ¡¿Así es como acaban con la ciudad? Le diré a la desgraciada de su jefa que son unos inútiles!

Después la camioneta arranca y Drew va dejando sus carcajadas en el camino, mostrándoles a los oscuros ambos dedos corazón. Los vampiros toman otro auto y corren tras ellos. Una vez despejado, Alex y yo salimos de nuestro escondite y esquivamos algunos autos hasta subir la elegante escalinata de la Alcaldía y entrar.