Demons| TC2

Extra #3: El mejor vampiro de todos (Parte 1)

😊❤Leer nota del final❤😊

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Después de..."Ese día"

Alexander Pearson

—Alex...¿Recuerdas cómo moriste?

Esa fue la pregunta que lo inició todo. Lo último que necesitaba para entrar a mi nueva realidad...aunque toda ella pareciera mas bien una fantasía.

Vampiros...Así fue como ella nos llamó. Ella era una de ellos, los había visto juntos.

Ellos cuatro siempre andaban juntos...

«Vampiros» Eso es lo que decían los de las capuchas azules mientras nos miraban repulsivamente y nos arrastraban por cada rincón de este maldito laberinto. Nos tenían encadenados como sus prisioneros, no tengo ni una idea de en dónde estabamos, ni tampoco por cuanto tiempo planeaban tenernos aquí, pero tenía que hallar la forma de escapar.
Sin embargo, en este lugar no sólo había gente inhumana y un pésimo servicio, sino que también se encargaban de eliminar hasta la última gota de esperanza.

Nota Mental: El corazón al parecer, es una parte muy importante de nosotros ahora, ellos siempre lo nombran.

Sin embargo, había una esperanza danzando en la sombras, oculto a sus ojos y ante sus propias narices. Algo que literalmente les era imposible de eliminar. Y lo más importante, no era qué, sino quienes.

Todavía no puedo decidir si los dos que conocí primero estaban más locos que los otros. A la que no podía quitarle los ojos de encima era a la chica delgada y de cabello rubio platinado, no sólo porque era bellísima, sino porque había algo en ella que no me dejaba tranquilo. El ambiente que había de pronto en el pequeño cuarto en el que me tenían preso me hizo sentir ansiedad. No podía dejar de mover mi pie ni de respirar agitadamente, necesitaba levantarme, pero algo en la forma en que la chica me estudiaba me dijo que era mejor no moverme.

Pero supuse que tenía que dejar de mirarla, pues el sujeto parado detrás de ella tenía sus ojos clavados en mí.

Aclaré la garganta para hablar.

—¿Qué fue lo que dijiste?—le pregunto con voz temblorosa.

—Tu muerte, ¿Recuerdas cómo ocurrió?—vuelve a preguntar, inclinándose un poco sobre la mesa, y tuve que parpadear porque me pareció ver que sus ojos verdes comenzaban a brillar un poco.

—Yo...

—No le han dicho nada—inteviene el chico.

—Pero despertaron hace tres días.

—Es peligroso—se acerca un poco, y se recarga en el respaldar de la silla en donde ella está sentada—. No me digas que no puedes notarlo

—Entonces son más idiotas de lo que creímos, debería preocuparles entrenar cuanto antes a uno que es peligroso.

¿Entrenarme? ¿Peligroso? ¿De qué demonios están hablando?

Ellos siguen mirándome, estudiandome como si trataran de entenderme. Bueno, yo también estoy haciendo lo mismo con ellos, que charlan entre los dos como si yo no estuviera aquí y no tuvieran nada que explicarme. Aunque no puedo quejarme, son los primeros que me dirigen la palabra directamente, las demás personas aquí sólo me miran con asco, como si estuviera enfermo o algo peor.

Tal vez así es.

—Dejemoslo hablar—le corta la chica —. Platicanos sobre cómo moriste, Alex.