Amaia se había quedado dormida con una sonrisa en la cara. Ni se había enterado del momento en que Ángela había llegado al cuarto medio borracha y había logrado meterse en cama, haciendo tanto ruido que no sabía cómo su hermana no se había despertado. Las hermanas durmieron plácidamente hasta que Javiera decidió que era hora de espabilarse.
—Venga chicas, ¡arriba! —dice abriendo la persiana de la habitación hasta arriba haciendo todo el escándalo posible.
—¡Mamá! —gritan ambas al unísono. La luz del sol es tan potente que Ángela llega a creer que se le han achicharrado las córneas.
—¡Ale! Que es hora de despertarse, que son las doce ya y tenéis que prepararos la maleta.
—¿A dónde se va Ángela, pues? —pregunta curiosa Amaia desde la litera de arriba mientras se frota los ojos.
—No me lo puedo creer, ¡Lo has olvidado! —chilla la mayor de las hermanas Romero desde abajo y dando una patada a la cama de arriba—. Menuda hermana estás hecha, colega. Esta semana la paso contigo en Barcelona, Amaia. Que mañana vamos a Port Aventura, ¿haces memoria o qué?
—Buah, Ángela, ya lo siento. Perdóname —y Amaia baja hasta la cama de su hermana, se mete dentro y le regala besos y abrazos mientras Javiera observa la imagen desde una distancia prudencial. No van a dejar de ser sus pequeñas nunca—. Mamá, venga, ven tú también a darnos mimos —sugiere Amaia, sabiendo que hacer partícipe a su madre de esa complicidad le hará olvidar que ninguna de ellas es una niña, volviendo a revivir la infancia.
Amaia está tan ilusionada porque su hermana vaya a pasar esa semana con ella que no puede parar de pensar en planes que luego, seguramente, no llegarán a realizar. Javier les insiste a ambas que Amaia sólo puede tomarse un par de días de descanso, porque debe ponerse en serio con las composiciones si no quiere plantarse en Nueva York con las manos vacías.
Hacen una comida familiar para que los hermanos se despidan de sus tíos y primos. Llega la hora de coger el tren de regreso a Barcelona, Amaia no sabe cuándo va a poder volver a su hogar, espera que no sea en diciembre, pero todo parece indicar que así será. Eso le pone triste y melancólica; pero no puede evitar sonreír al pensar que no va a poder ir a Pamplona porque está haciendo realidad el sueño de su vida.
Avisa a Alfred que está ya de camino a Barcelona, pero el chico lleva sin responderle a los mensajes durante todo el día. Quizás esté en el estudio, pero le prometió que esa noche la pasarían juntos, aunque Amaia hubiera olvidado el pequeño detalle de que su hermana Ángela se va a quedar en su casa y eso va a reducir las posibilidades de acabar arreglando su enfado follando o haciendo lo que hacen los adultos, hablándolo.
Javier y Eva cogen un taxi que les lleva hasta el piso que comparten, no muy lejos de la casa de la propia Amaia, que se dirige hasta su apartamento en otro taxi con Ángela. La mayor no termina de acostumbrarse a que la gente pare a su hermana, le pida fotografías y sepa absolutamente todo de ella. Y le impresiona que Amaia mantenga siempre la sonrisa en su cara, agradeciendo y estando predispuesta a hacer lo que los fans le piden, desde fotografías a mandar audios por Whats App.
Ya es de noche, alrededor de las 22.30, y Alfred sigue sin dar señales de vida. El enfado de Amaia va en aumento, no sólo no ha acudido a Pamplona, sino que también pasa de ella el último día que pueden aprovechar juntos antes de que él se marche a Figueres. Rebusca en su mochila las llaves de su casa, es un desastre, podría haber hecho eso en el trayecto en taxi para que no tuvieran que estar ahora buscando.
Suben hasta el piso en ascensor, Amaia está deseosa de que Ángela vea cómo ha quedado su casa que, aunque pequeña, está llena de encanto. Una vuelta a la cerradura, dos, tres y, por fin, la puerta se abre. Las dos hermanas se asustan cuando ven que hay luz en el comedor. Amaia no recuerda haberla dejado encendida y, sin embargo, lo está.
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Ellos
FanfictionTodo sigue igual entre ellos. Después de la gira con sus compañeros de Operación Triunfo, Amaia se traslada a Barcelona para iniciar su carrera musical cerca de las dos personas que más quiere en el mundo: su hermano y Alfred. Atrás deja a su famili...