El ruido de los coches en la calle es casi imperceptible pero se ha desvelado cuando alguien ha parado justo debajo de la ventana de la habitación con la música más alta de lo normal para las horas que son.
Lleva dando vueltas en la cama un buen rato para conseguir la postura idónea que le mande de vuelta al mundo de los sueños; sin embargo, los pensamientos que se cruzan por su cabeza le impiden dejar la mente en blanco.
Alfred, que duerme plácidamente a su lado, ni se inmuta por sus inquietudes. No lo ve, pero sí que escucha que su respiración es tan pesada que debe estar profundamente dormido. Los pequeños ronquidos que salen de su garganta no le molestan, llevan compartiendo lecho tanto tiempo que ni siquiera repara en ellos.
Ahí, con la vista al frente pero sin ver nada, su mente viaja hasta aquel primer momento en el que ella se atrevió a pedirle que se quedara a pasar la noche en su cama.
Amaia lleva unos días distante. El haber comprobado por sí misma que la audiencia se ha dado cuenta de que entre Alfred y ella la química ha traspasado los límites de la interpretación, ha sido un mazazo de realidad. Si millones de desconocidos, aquellos que votaron para que compartieran tienda de campaña a solas durante el chat, se han dado cuenta de esa evidencia, ¿qué no estará pensando su familia de ella?
El chico no sabe qué hacer para que las cosas vuelvan a su cauce entre ellos, no sabe qué es lo que ha hecho para que la actitud de Amaia haya cambiado de forma tan radical. La canción que les han asignado a ambos es la viva representación de la situación que están viviendo. Parece que Alfred tendrá que amar por los dos y Amaia quedarse con ganas de dar rienda suelta a lo que siente por él.
El pase de micros del jueves deja patente que la chica sufre un bloqueo interpretativo, habla con Aitana en un box sobre lo que le hace sentir esa canción e inevitablemente dirige su vista a la sala de ensayo donde se encuentra Alfred.
Lo que está viviendo en ese momento es lo que narra "Con las ganas", tal cual. Necesita externalizar la rabia que siente consigo misma por no permitirse conocer más profundamente a una persona que siente lo mismo por ella.
Esa misma noche, Amaia observa detenidamente, y sin prestarle demasiada atención al libro que sostiene entre sus manos, los movimientos de Alfred. No es extremadamente guapo, ni demasiado carismático, no diría que es el típico chico por el que todas se morirían por tener algo con él, más bien al contrario, y, sin embargo, tiene algo que le atrae de una manera irracional.
El chico, cansado de preguntarle qué le pasa durante días, ha tirado la toalla. Sabe que ella siente lo mismo que él, pero a comienzos de semana le dejó claro que ahí dentro no podría pasar nada; así que ha decidido respetar la decisión de la chica y apartarse para no sufrir más de la cuenta.
—Alfred —le llama bajito para evitar despertar al resto de compañeros—. Ven —dice mientras mueve su mano para atraerlo.
—¿Qué pasa, Amaia? —pregunta extrañado ante la insistencia de la chica.
—Nada, sólo quería saber cómo estás.
—Bien, gracias. ¿Eso es todo? —ella asiente levemente, así que Alfred da por zanjada la conversación y gira sobre sí mismo para dirigirse hacia la litera.
—Oye, me encanta cómo interpretas tu canción, está muy guay —bajo ningún concepto quiere que esa conversación acabe, necesita ganar tiempo para encontrar el valor suficiente para proponerle que duerma con ella.
—Pues muchas gracias, supongo que es porque lo que me hace sentir es sincero —sonríe con un deje triste que no pasa desapercibido para Amaia.

ESTÁS LEYENDO
Ellos
FanficTodo sigue igual entre ellos. Después de la gira con sus compañeros de Operación Triunfo, Amaia se traslada a Barcelona para iniciar su carrera musical cerca de las dos personas que más quiere en el mundo: su hermano y Alfred. Atrás deja a su famili...