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La vibración de su móvil le despierta. Se encuentra junto a Aitana, la cual sigue durmiendo profundamente pero no va a seguir así como no consiga localizar de qué parte de la cama de su amiga proviene ese molesto ruido. Cuando por fin lo encuentra, comprueba que son varios mensajes de Whats App. No puede evitar ponerse nerviosa cuando ve que quien le escribe es Alfred.

Titi, hoy hace un año que me llevaste hasta las estrellas y desde entonces me niego a poner los pies en el suelo. Ya lo he dicho en la carta que he publicado pero te lo digo por aquí también: eres el acorde que completa mi canción. No sabes las ganas que tengo de que vuelvas a Barcelona. T'estimo

Cuando acaba de leer, bloquea su móvil y lo deja en la mesita de noche. No piensa contestarle, cree que no es normal que primero haya publicado una carta en redes sociales y horas después le escriba a ella por Whats App.

No puede evitar sentir un nudo en su garganta que sabe que sólo conseguirá liberarlo rompiendo a llorar, pero quiere ser fuerte. Se dice a sí misma que ya ha llorado bastante durante los últimos días. Así es como vuelve a caer rendida en un profundo sueño en el que viaja por sus recuerdos y los mezcla con terribles pesadillas.

Amanece un nuevo día en Madrid y Amaia sabe que en un par de horas vuelve a Barcelona, donde tendrá que afrontar el duro reto de romper ese vínculo con su novio durante un tiempo. Lleva pensando días cómo decirle a Alfred que realmente necesita espacio para ver todo con un poco de perspectiva y no depender tanto de él.

Se despide de su amiga con la promesa de verse pronto y hablar más, aunque saben que es difícil para ambas cumplirlo. Amaia llega a Atocha donde su hermano le espera para coger el tren que les lleva de vuelta a la Ciudad Condal, Raúl volvió a Barcelona la misma tarde que mantuvieron la reunión con Narcís Rebollo.

—¿Cómo estás? – Amaia sabe perfectamente a qué se refiere su hermano, así que no se anda con rodeos.

—Bueno, he estado mejor, la verdad. Lo de ayer fue una gota más para que el vaso acabe rebosando. Supongo que a partir de ahora dejará de hacer este tipo de cosas —su voz suena demasiado cansada—. ¿Qué tal tú anoche?

—Bien, bastante bien, la verdad. Salí con unos colegas que viven aquí por Malasaña y lo pasamos guay.

—Javi... —su hermano le mira interrogante desde su asiento del tren—. Promete que no le dirás nada de lo de Alfred a papá y a mamá hasta que yo no me aclare.

—Tranquila, tu secreto se queda conmigo —le dice mientras estrecha su mano en señal de juramento inquebrantable.

—Gracias. Por cierto, creo que necesito ir al psicólogo.

—Yo me encargo de esto, no te preocupes.

Amaia llega a su casa agotada, después de dos semanas encuentra el piso impoluto, sus plantas regadas y más ordenado de lo que recuerda haberlo dejado. Supone que Eva, la novia de Javier, se encargó de avisar a la chica que limpia semanalmente su casa de que volvía hoy.

Aunque está cansada, sabe que no puede dejar de trabajar. Después de su reunión en Universal, Amaia insistió en que quería sacar la primera canción que grabó con Raúl, "Un nuevo lugar". Rebollo se negó rotundamente en que esa fuese la carta de presentación de Amaia, una canción lenta, sólo con la guitarra y un trombón y de menos de 2 minutos de duración.

La chica insistió en que eso no sería su single, sino el preludio de lo que está por llegar. Para Amaia esa canción supone el cierre de una etapa, despedirse de su personaje para ser tan sólo la artista que quiere ser. Una manera de decirle adiós a Operación Triunfo, y no hay mejor manera que hacerlo en la gala final del concurso. Finalmente, el directivo aceptó la petición de la chica de mala gana.

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