Hilo. (Brutasha)

6

Holaaa, solo para agradecer a  mrvelgurl por la belleza de portada que hizo. Estare agradecida eternamente contigo, todos estamos de acuerdo en que te quedó más que perfecta, GRACIAS GRACIAS GRACIAS. 💚

                                °

—Clint me agrada. Comentó Loki mientras entraba al elevador detrás de Natasha. Thor también irá, eso me emociona.

—Y también irán los papás de Peter, por favor, controlate.

Loki rodó los ojos antes de salir.

Para gusto de Loki, Thor fue quien abrió la puerta, saludando a ambos con bastante alegría.

Acomodaron sus pequeñas maletas a un lado de la puerta y caminaron hasta Peter para saludarle.

—Solo esperamos a Bruce y nos vamos. Dijo Tony mientras salía de su habitación con una mochila colgada del hombro.

Loki entabló una conversación con Thor, compartiendo risas y alguno que otro coqueteo descarado, Steve fingió arcadas al verlos y le advirtió al rubio sobre la edad del joven.

Peter junto a Steve fueron los encargados de bajar las maletas hasta el auto, haciendo un poco de tiempo para permitirle a Bruce terminar de preparar su maleta.

Natasha estuvo pendiente de él, mantuvo la mirada fija en la puerta de la habitación del fotógrafo esperando a que este apareciera.

Recién bañando, el pelinegro salió de su habitación con los rizos aún húmedos y con un cigarrillo en los labios, Tony lo miro y bufó antes de arrancarle el cigarrillo de sus labios para tirarlo al basurero con algo de molestia.

Los nervios de Natasha hicieron que tratara de evitar al rizado incluso en el elevador, iniciando una forzada conversación con Thor para evitar saludar a Bruce.

—Entonces Thor y Loki vendrán con nosotros, necesito tenerlos bajo supervisión. Dijo Tony mirando a Thor, quién fingió un puchero mirando al sonrojado Loki. Uno de ustedes dos irá con Bruce y el otro vendrá con nosotros.

Peter miro a Natasha esperando a que ella decidiera.

—Puedo ir con tus padres, no tengo problema. Soltó nerviosa tratando de evadir la mirada curiosa de Bruce.

—¿No quieres venir conmigo, Nat? Pregunto el rizado con una gran sonrisa.

—No es eso, pero quizá Peter quiere ir contigo. Contesto entre dientes.

—Igual y en el camino pueden hablar sobre la sesión que necesitamos Natasha. Comentó Steve mientras cerraba la cajuela.

—Es cierto, debemos presentar esa sesión en menos de 15 días. Agregó Tony.

—Bien, entonces Nat se va contigo. Steve se paró frente a Bruce, entregándole las llaves del automóvil. Sin excesos de velocidad, si algo le pasa a Natasha será tu responsabilidad.

El rizado rió y asintió antes de besar la mejilla de Steve.

Abrió la puerta del auto para que la pelirroja subiera y antes de acomodarse en su lugar se acercó a la ventana de Tony para despedirse de él.

Quizá la forma en la que Bruce trata a su familia es una de las cosas favoritas de Natasha.

—Por fin solos. Bruce hablo mientras se colocaba el cinturón de seguridad, ella imitó su acción para después bajar la ventanilla.

—Al parecer no necesitas que estemos solos para ser un atrevido. Contesto en un tono bajo y nervioso.

—¿Debo disculparme por tocarte sin pedir tu consentimiento? Pregunto algo preocupado.

—Debes disculparte por tocarme y después actuar como si nada. No se atrevió a mirarlo y agradeció el silencio que él dio como respuesta.

Después de un largo rato, el silencio se vio interrumpido por el mechero de Bruce, Natasha miro de reojo como encendía el segundo cigarrillo del día, tan despreocupado.

Bruce la miro y sonrió sin quitar el cigarrillo de sus labios.

Natasha suspiro un par de veces llamando la atención del rizado, quién mantenía la sonrisa coqueta en su rostro.

—Me pregunto que tan suaves son tus labios. Comentó Natasha tranquilamente, Bruce sonrió su más amplio y suspiro.

—Supongo que tus hormonas de 19 años están un poco desordenadas. Bromeó ganándose una mala mirada de la joven. Pero puedo ayudarte a ordenarlas. Natasha sintió la sangre subir a su rostro y un bochorno apoderarse de su cuerpo.

—Suena prometedor, pero dime, ¿Acaso eres capas de cumplirlo? Continuo aún llena de vergüenza.

—No lo sé. Bajo un poco la velocidad y recargo su mano en la rodilla de la pelirroja, subiendo un poco hacia su muslo y por debajo del vestido.

—Bruce... Murmuró antes de suspirar al sentir la mano del pelinegro cerca de su intimidad. Debes conducir. Trago saliva sintiendo el sonrojo aumentar con fuerza.

—Estoy conduciendo. Continuo jugueteando debajo del vestido.

Natasha abrió levemente las piernas dándole más acceso.

Su calor corporal comenzó a subir y odio un poco a Bruce al verle tan campante.

Sintió como un par de dedos invadían sus bragas y fue ahí donde tomo la muñeca de Bruce con fuerza, haciendo que este se detuviera.

Algo confundido la miro de reojo bajando aún mas la velocidad para poder detenerse ganándose unos pitidos de reclamo por parte del conductor que iba detrás de ellos.

—Nunca me he tocado ahí con intenciones sexuales. Los ojos de Bruce se abrieron como platos y una mueca de pánico se apoderó de su rostro.

Sin retirar su mano comenzó a titubear algo nervioso.

Una sensación de miedo se apoderó del cuerpo de la pelirroja al ver la reacción del fotógrafo.

—Eh, bueno, yo puedo parar ahora. Trago saliva bruscamente desviando la mirada.

—Solo si quieres hacerlo. Y esas palabras fueron una invitación a continuar, cosa que el pelinegro no rechazo.

La miro fijamente y en cuanto le soltó la muñeca continuo.

—Me vas a recordar lo que te resta de vida. Le susurró cerca del oído y arrastrando las palabras, haciendo su voz un poco más profunda.

—¿Eso crees? Bruce asintió y mordisqueó el mentón de la pelirroja. ¿Por qué estás tan seguro? Alcanzo a preguntar antes de soltar un jadeo al sentir los dedos de Bruce frotándose sobre su intimidad, provocando un suave cosquilleo en su vientre.

—Porque seré la primer persona en darte un orgasmo.

Natasha suspiro, esas palabras la hicieron sentir dominada, una sensación extraña pero raramente placentera.

—¿Debo decir gracias? Intento retarlo, pero el aire se fue de sus pulmones al sentir la pesada mirada de Bruce.

—¿Te gusta portarte mal? Pregunto siguiéndole el juego.

—Solo si tú me vas a castigar.