Después de despedir a los escasos asistentes, Bruce regreso a el área de la sala en busca de la pelirroja. La encontró sentada frente al televisor, con las piernas cruzadas y el cabello recogido.
—Vamos, tenemos algo por hacer. Natasha frunció el ceño y sonrió ladina mirando la mano que Bruce le ofreció.
—No sabía que te incomoda hacerlo sobre un sofá. Murmuró poniéndose de pie y entrelazando sus dedos con los de él.
—No me incomoda, pero vamos a salir por un rato. Se encogió de hombros y con un movimiento rápido la atrajo hacia él. Después regresaremos y veremos cuántos azotes puedes aguantar antes de llegar al orgasmo. Susurro cerca de su oído y depósito algunos besos sobre su hombro.
Natasha tragó saliva y sintió una ola de calor recorrer cada parte de su ser, mordió ligeramente su labio y lo miró de forma inocente.
—¿Cómo sabes que me harás llegar? Bruce sonrió al escuchar ese tono tan particular.
Está intentando provocarlo y sinceramente es algo que le encanta.
—Justo ahora debes estar lista para mí y solo me he acercado. Se burló. No quiero imaginar cómo estarás cuando me tengas dentro.
Natasha se quedó sin palabras cosa de la que Bruce no dudó en burlarse.
Salieron del hotel y subieron al taxi que Bruce había solicitado minutos antes.
Natasha aún seguía algo avergonzada, y es que las palabras de Bruce son ciertas y nada le avergüenza más que sentirse como una adolescente hormonal nuevamente.
—¿Estamos en el aeropuerto? Bruce asintió ayudándole a bajar del automóvil. ¿Quieres regresar a casa?
El rizado rió y negó tomando su mano para comenzar a caminar.
—Tú preparaste una sorpresa así que yo tengo una. Se encogió de hombros y sacó su móvil para mandar un rápido mensaje. Un familiar tiene un jet privado y por suerte lo tiene aquí.
Natasha abrió la boca sorprendida pero no dijo nada. Apretó el agarre de su mano y continuo siguiendo el paso del pelinegro.
Después de algunas llamadas, lograron entrar a la parte privada del aeropuerto, un hombre los llevo hasta el jet en total silencio. Frente a el, un hombre algo mayor ya los esperaba.
—¡Hey, osito! El hombre se abalanzó s Bruce y lo rodeo en un abrazo lleno de confianza. Pero mira que grande eres ahora, todo un hombre. Dijo una vez se separaron.
—Banner. Los ojos de Natasha se abrieron de golpe al escuchar la forma en la que Bruce se dirijo a él. Debo presentarte a alguien. Sonrió mirando a Natasha, misma que seguía confundida con la relación entre Bruce y el hombre desconocido. Nat, él es mi tío, el único Banner que vale la pena conocer. Y tú, ella es Nat, mi esposa. Presumió orgulloso.
El tío del rizado sonrió amplio al escuchar la última parte de la presentación. Natasha estrecho su mano con él con una sonrisa nerviosa en el rostro.
—Nat, un gusto. Puedes decirme Banner y bienvenida a la familia. Bruce bufo divertido y negó de inmediato.
—Hey, te quiero mucho pero sabes que yo no pertenezco a esa familia así que Natasha mucho menos lo hará. Aclaro de inmediato.
—No arruinemos el momento, Bruce. Natasha asintió apoyando al hombre presentado como Banner y nada más. Bien, vamos a volar una hora aproximadamente, ocupo esto para negocios así que el piloto no podrá acceder a su área a menos que ustedes se lo permitan. Guiño mirándolos de forma acusadora pero burlona. Pueden disfrutar su amor libremente, Harold no los escuchara.
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Hilo. (Brutasha)
FanfictionEn una vida cotidiana, Natasha Romanoff y Peter Stark son mejores amigos. ¿Qué pasaría si todos los clichés se juntarán en una sola obra? Lo averiguaremos. (Esta obra fue finalizada el 8 de agosto del 2019 pero he decidido hacer correcciones de r...