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Te veo distraído. Natasha hablo sin despegar la mirada de la carta.

Bruce carraspeo y se encogió de hombros bebiendo un poco de agua.

—¿Ya sabes que vas a ordenar? Pregunto desviando el tema.

—No lo sé, creo que no tengo hambre. Murmuró mordiendo su labio despacio.

—Bien. Respondió sin más.

—Si no tienes ganas de estar aquí, puedes llevarme a casa. Bruce levantó la mirada al escuchar el tono triste de la pelirroja.

—¿Nos vamos? Natasha asintió y se puso de pie detrás del pelinegro.

Caminaron hasta el estacionamiento, ella sin entender la causa de su actitud tan cortante.

Subieron al auto y en un suspiro Natasha se dejó caer sobre el asiento.

Genial, el primer día como novios oficiales y Bruce decide tener una actitud poco positiva.

—Sueles llamar mucho la atención. Bruce hablo mientras encendía un cigarrillo. Natasha no se atrevió a mirarlo y solo contesto con un sonido vago. ¿Te encuentras bien?

—Eso es lo que me estoy preguntando. ¿Te arrepientes de hablar con Clint? Bruce frunció el ceño. Estás a tiempo de terminar esto. Si no quieres algo formal lo entiendo.

—No entiendo de lo que hablas. Natasha bufó y se giró para no mirarlo.

—Desde que salimos de casa te vienes comportando como si esto te incomodara. Su voz se cortó un poco y termino cruzando los brazos.

—Me incomoda saber que mejores hombres se interesan en ti. Le di la peor impresión a tu hermano y eso me hace sentir peor. Explicó relajado.

—¿Entonces no estás seguro de lo que siento por ti? Sin darse cuenta iniciaron una discusión. ¿Te importa más lo que piensa Clint que lo que yo siento? Se mostró disgustada.

—¿Qué sientes por mí? La miro de reojo.

—No importa ya. Puedes continuar pensando que me interesaran otros hombres. Bruce sonrió al ver lo tierna que luce molesta.

No dijo más y se centró en conducir. Natasha mantuvo la vista en la ventanilla, frunció el ceño al darse cuenta que estaban llegando al edificio donde se encuentra el apartamento del rizado.

—¿Vienes? Pregunto Bruce abriendo la puerta del copiloto.

Ella se encogió de hombros y bajo ignorando la mano que este le ofreció.

Subieron al elevador y él pudo sentir lo tensa que se encontraba.

Natasha entro al apartamento sin esperarlo, intento caminar a la mesa pero unos brazos la rodearon por la espalda.

—El azul te sienta de maravilla. La halago.

—Dejame en paz, quiero llamarle a Clint para que venga por mi. Se quejó pero no intento soltarse del agarre así que esa fue una buena señal para Bruce.

—Aún no es media noche. Apenas y son las ocho. Dijo antes de depositar algunos besos suaves en el cuello de la pelirroja, causándole un cosquilleo agradable.

—No quiero que me toques. Se quejó ladeando la cabeza para darle más acceso.

—¿Te gustan los fideos? Hay un restaurante muy cerca, podemos pedir un par de porciones. Ofreció y ella asintió.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora