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Natasha jalo a Alfred hasta un esquina del lugar en donde el resto de invitados no pudiera escuchar su discusión.

—Para ya, por tu maldita culpa falte a la ceremonia religiosa, no termines de arruinar el día, por favor. La pelirroja suplico mirando a su prometido.

—¿Qué? Se acercó a ella de forma retadora y bufó. ¿Quieres ver al idiota ese?

Después de que el médico se enterara del divorcio de Bruce, decidió tomar durante gran parte de la mañana para tomar valor y encarar a Natasha.

Tuvieron que faltar a la ceremonia en la iglesia por culpa de Alfred, el muy imbécil se encerró en el baño para evitar que Natasha se alistara.

—No voy a soportar un berrinche más, estás muy ebrio y además eres grosero. Apretó los labios y lo miro tranquilamente.

—¿Por qué no quieres ni hablar con él? ¡Claro! Tienes miedo a caer. Apesar de que ella estaba evitando las peleas, Alfred parecía hacer lo contrario.

—Lo hago por respeto a ti y a lo que tenemos, deja de ser tan imbécil. Alfred rió y negó frenéticamente.

—Vamos a la jodida mesa, espero que puedas controlarte y actuar como lo que eres, mi futura esposa.

Fastidiada, rodó los ojos y tomo su mano para ir a su mesa.

Loki ya estaba enterado del pésimo comportamiento de Alfred, Peter se lo había dicho y ambos estaban más que molestos.

Bruce se encontraba con Pietro en su mesa, con algunas cervezas encima y una actitud llena de alegría.

Loki miro a Natasha en la mesa de los Stark, camino hasta ella y la jalo del brazo tomándola por sorpresa.

Alfred no levantó la mirada, el médico estaba demasiado concentrado en su plato y claramente en su copa.

—La fiesta comenzó hace tres horas, creí que ya no vendrías. Loki parecía algo decaído.

—Lo siento, de verdad, lo siento mucho. Natasha lo miro con culpa, suspiro profundamente y sonrió débil.

—Estás aquí y es lo que importa, pero dime que ese idiota se irá pronto. Cruzo los brazos a la altura del pecho esperando una respuesta.

—Es mi prometido, si se va él, tendré que seguirlo. Loki negó y suspiro antes de besar su mejilla.

—Dile a Bruce que Clint quiere verlo, que lo espera en la entrada.

—Bruce no está en mi mesa. Frunció el ceño al ver la gran sonrisa en los labios de su amigo.

—Lo se, pero quiero que ya se digan hola por lo menos. Su mesa es la doce. Dio un par de golpes suaves en el hombro de Natasha y camino rápidamente antes de que ella se pudiera negar.

Exhaló con cansancio y miro en cada mesa verificando los números.

Sus nervios comenzaron a ser incontrolables, con cada paso que daba sentía su corazón agitarse más junto a su respiración.

Sus piernas temblaron un poco pero aún podía caminar a paso firme. Vio la mesa número diez, levantó la mirada y recorrió esa parte del salón en busca del rizado.

Y una vez más, su alma cayó hasta sus pies al ver a Bruce en la mesa junto a Rosse y un par de mujeres más.

Trago saliva y maldijo a Loki por mandarla hasta ese lugar, con esa gente.

Aunque agradeció el estar lejos de Alfred por un par de minutos.

Bruce estaba de espaldas y platicaba con un hombre de cabellos platinados, con un traje color vino y por lo que alcanzaba a ver, sin barba.

El hombre de su lado izquierdo hablaba de forma tranquila y Bruce solo asentía ante sus palabras.

Atravesó un par de mesas y se posó detrás el rizado. La primera en verla fue Rosse, quién sonrió sorprendida y miro de inmediato a Bruce.

El rizado giró la cabeza y al ver que era ella, giró todo el cuerpo junto con la silla.

Natasha se pasmo momentáneamente al sentir la mirada de Bruce, sus ojos conectaron y ese calor que tanto extrañaba comenzó a crecer en su bajo vientre.

—Clint quiere verte, quiere verte en la entrada. Intento hablar claro pero tuvo que detenerse un par de veces debido a los nervios.

—Bien, ahora voy, gracias. Natasha asintió y giró sobre sus talones para marcharse.

Bruce la miro caminar hasta que se perdió entre la gente.

Definitivamente Natasha había crecido un poco en ese tiempo, luciendo un vestido color gris bastante escotado y sus piernas resaltando más con esos tacones altos le hacían ver más... Más malditamente hermosa.

—Tierra llamando a Bruce, tierra llamando a Bruce. Pietro rió mientras chasqueaba los dedos en el oído del rizado para sacarlo de su trance. Hey, disimula un poco. Bruce se puso de pie y rió.

—Debo ir a ver a Clint y de paso veré si me la encuentro en el camino. Rosse rodó los ojos y sonrió ante la actitud despreocupada del rizado.

Quizá la modelo tiene esperanza de terminar en su cama al final de la noche y quizá Natasha puede convertirse en un problema.

Para su desgracia, Bruce ya no encontró a Natasha en su camino, apesar de que intento alcanzarla le fue imposible.

Llego a la entrada y frunció el ceño al ver a Clint fumando recargado en uno de los autos estacionados.

—¿Tan temprano y ya estás ebrio? Clint sonrió al verlo y negó.

—Ahora fumo, quiero ser como tú. El rizado se paró a su lado y con un gesto le pidió el cigarrillo.

—Dime para que soy bueno, aparte de arruinar mi propia vida. Clint soltó una carcajada y tosió al finalizar para aclarar su garganta.

—Ire al punto importante y no daré vueltas. Bruce asintió y dio una calada al cigarrillo permitiéndole continuar. No sé si me estoy confundiendo pero, creo que alguien que conozco está aquí.

—Clint, aquí hay mucha gente a la que conoces. Respondió entre risitas.

—No, idiota, déjame hablar. Lo regaño sonriendo. Te confiaré algo que ni Natasha sabe, si te atreves a decirle a alguien te castrare. Bruce llevo una de sus manos rápidamente hasta su entre pierna y negó.

—No, por favor, aún los necesito. Bromeó intentando evitar que el castaño se llenara de tensión. Pero dime, prometo guardar el secreto.

—El hombre que está contigo... Bruce frunció el ceño. Bueno, a él, a él lo conozco de hace mucho tiempo. Trago saliva y bajo la mirada. Terminamos muy mal y él se fue, pero ahora está contigo y yo me estoy volviendo loco. Si él se entera que estoy aquí, seguramente esto terminará peor que nuestra... Nuestra... Que lo que pasó entre nosotros.

Bruce entre cerró los ojos y lo miro por unos segundos atando algunos cabos sueltos.

—¡Dios! ¡No puede ser! ¿Tú eres el marica que no quiso salir del clóset?

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora