Hilo. (Brutasha)

9

—¡Bruce! Tony llamo al rizado, corriendo hacia él algo apurado.

—¿Todo en orden? Pregunto terminando de acomodar su corbata.

—Ya que últimamente te llevas de maravilla con Natasha, necesito que le entregues esto. Dijo sacando un pequeño sobre blanco, con la palabra "Stark" en el centro de este y en letras doradas. Aprobó todo, esta noche le toca desfilar. Ni siquiera le dio tiempo de contestar a Bruce, Tony camino gritándole a un par de meseros que seguían sin portar sus uniformes.

Bruce entro al salón y busco con la mirada a la pelirroja. Camino a paso apresurado y se posó frente a ella con una gran sonrisa, ignorando por completo la presencia de Peter y Loki.

—Ábrelo. Entrego el sobre y Natasha lo miro confundida, pero con una gran sonrisa.

Quitó el cordón y con calma saco la hoja de su interior. Le dio una mirada rápida a sus amigos quienes seguían sin entender lo que sucedía.

Natasha leyó con cuidado cada uno de los párrafos, llegando hasta el final de la hoja y admirando la firma de Tony en una esquina de esta.

—Felicidades. Natasha rodeo a Bruce por el cuello, acariciando casi inconsciente sus rizos y suspirando un par de veces.

Peter y Loki compartieron miradas chismosas al ver como el pelinegro la tomaba de la cintura.

—Lo mereces. La halago haciéndola sonreír. Te esforzaste lo suficiente. Natasha se perdió en la sonrisa del pelinegro. Le tomo un par de segundos darse cuenta de la expresión de sus amigos.

—Me ayudaste, eres parte de esto. Contesto algo ruborizada.

—Y espero serlo durante un tiempo. Le sonrió suave y se separó un poco de ella al escuchar el carraspeo de Peter.

—Ni yo me acerco con tanta confianza a ella. Loki sintió un poco de celos.

—Tengo que irme, pero te veo en maquillaje. Dijo ignorando al molesto Loki. No tardes, eres de las primeras.

Natasha asintió y los tres lo miraron partir. La pelirroja entrego la hoja a Peter, Loki comenzó a leer junto a él.

—¡Venga, ahora lo harás de forma profesional! Loki se abalanzó a ella olvidando por completo su enojo.

—Estoy muy feliz por ti, lo lograste pequeña Nat. Natasha lo abrazo y dejó que este besara su mejilla en repetidas ocasiones. Tienes que irte ahora o Tony se pondrá loco.

—Pero más tarde debes decirnos que está pasando con el fotógrafo de quinta. Peter lo miro con el ceño fruncido.

—Ten cuidado con lo que dices ese fotógrafo de quinta es mi hermano. Natasha rió y prefirió dejarlos pelear.

Camino sintiendo sus manos sudar. Entro a la sala de maquillaje y se sorprendió al ver lo llena que estaba.

—¿Natasha? Una joven rubia en bikini se acercó a ella.

—Sí. Contesto nerviosa al sentir la mano de esa desconocida en su cintura.

—Soy Paula. Le regaló una gran sonrisa. Recién nos enteramos que eres parte de esto.

—Oh... Sí, un gusto. Apenas y pudo contestar.

—Debes sentirte confundida, es normal. Todas pasamos por eso. Al parecer la rubia tenía intenciones de conversar pero una voz bastante conocida para amabas llegó a interrumpir.

—Señoritas. Bruce apareció con una gran sonrisa en el rostro. Pau, debo robarte la compañía de Natasha por unos minutos.

La rubia asintió mirando completamente embobada a Bruce.

—No olvides que me debes una cita, Brucie. Dijo coqueta antes de caminar hacia otras tres chicas. 

—Necesito tomarte un par de fotografías pero primero debes ir a vestuario, vamos. Natasha se limitó a asentir y camino detrás de Bruce notando lo rápido que lo hacía este.

Bruce tuvo que esperar afuera mientras cambiaban el vestido de la pelirroja. Natasha salió y noto que la mirada del pelinegro se encontraba atenta a los movimientos de una alta pelinegra.

—Bien, regresemos a maquillaje y te tomaré las fotos en pasarela mejor. Dijo al verla. Natasha lo sintió un poco distante, bastante diferente al comportamiento que había tenido hacia ella hace apenas minutos.

Prefirió no preguntar y camino en silencio. Bruce se acercó un poco, intento tomar su mano pero ella la quitó de inmediato.

—¿Podemos considerar esto como la primera pelea? Pregunto en cuanto entraron a la sala.

Natasha lo miro de mala forma pero él sonrió.

—Tú puedes considerarlo como quieras, bonito. Contesto en un tono lleno de ternura, los ojos de Bruce se cerraron bastante debido a la gran sonrisa que apareció en su rostro.

Natasha estuvo atenta del pelinegro mientras terminaban de alistarla. El joven mantuvo conversaciones cortas con la gran mayoría, por no decir con todas, las modelos.

Alcanzo a escuchar a varias de estas cuchichear lo guapo que se veía Bruce, y la suerte que tenían de que alguien como él siguiera soltero.

El ego de Natasha se infló al escuchar como Bruce había rechazado a varias de estas, aunque, todas coincidían en que el joven es todo un caballero.

¿Y como no va a sentirse así? Si el hombre guapo del que todas hablan es su novio. O algo cercano a eso.

El desfile comenzó y sus nervios aumentaron. La música subió de volumen y una voz bastante agradable comenzó dirigir el evento, animando a los invitados que esperaban ansiosos por el desfilar de las jóvenes. Le colocaron un pequeño chicharo en su oído izquierdo para que pudiera escuchar las indicaciones de Tony.

—Es tu turno Natasha, rompe esa puta pasarela. La voz de Tony se escuchó y esa fue la señal.

Para sorpresa de la pelirroja, el resto de las modelos comenzaron a animarla, llenándola de halagos y aplaudiendo emocionadas.

Se sintió llena de confianza, y para cuándo se dio cuenta ya se encontraba atravesando la entrada de la pasarela.

Los silbidos y aplausos no se hicieron esperar. Las luces en su rostro, el resonar de los tacones con cada paso que daba y las cámaras apuntando a ella la hicieron sentir aún más segura de si.

—¡Esos hijos de puta están muriendo ante ti, dale todo a esos malditos fotógrafos! La voz de Loki se escuchó y Natasha tuvo que respirar algo profundo para evitar reír.

Primera falla, se distrajo.

Llego hasta el final y comenzó a contar. Tenía que permanecer quince segundos y nada más.

Cuando menos lo espero, su mirada se cruzó con el pelinegro, quién se encontraba hincado frente a la pasarela, tomándole fotografías y ordenando cosas a unos cuantos fotógrafos más.

Giró de la forma más firme y elegante que pudo para regresar y darle paso a la siguiente. Para su sorpresa, el fotógrafo rizado la siguió por toda la pasarela sin dejar de fotografiarla.