Hilo. (Brutasha)

21

Clint tomo a Bruce del saco y lo estrelló contra la pared tomándolo por sorpresa.

El rizado lo miro confundido y un poco asustado.

—Eres el imbécil más grande que he conocido, lo único que me alegra es saber que ella te dejará. Escupió molesto antes de soltarlo y retirarse del lugar.

Bruce frunció el ceño y miro a Tony.

—¿De qué habla? Pregunto acomodando el saco.

Steve exhaló tranquilo y negó.

—Debemos ir al hotel. Hay que descansar. El rubio sobo la espalda del fotógrafo y lo hizo caminar junto a él.

Una vez subieron al auto Tony se giró para mirarlo.

—Natasha está más que molesta. Eso de dedicarle a Betty el proyecto no fue una buena idea. Bruce abrochó el cinturón y lo miro.

—¿Se enojo por eso? Me parece una tontería. Contesto incrédulo.

—No. Se enojo porque tu querida ex novia Betty se lleno la boca diciendo que tú y ella estaban intentándolo de nuevo, y que ese fue el motivo por el que le dedicaste el proyecto. Explicó Tony con una mueca de desagrado en el rostro.

Los ojos del rizado se abrieron de golpe, debido a la sorpresa se atragantó con el agua mojando sus pantalones.

—¡Claro que no! Exclamó. Lo hice porque ella fue parte de eso. Nada más. Su molestia aumento y su ceño se frunció.

—Lo presumió frente a medio equipo y lo peor es que Nat estaba presente. Comentó Steve tranquilo sin despegar la vista del camino.

Bruce solo exhaló y cubrió su cara con ambas manos.

Llegaron al hotel y los tres permanecieron en silencio, Tony tomo la mano de Steve antes de salir del elevador, ambos miraron al rizado caminar a paso rápido hasta la habitación de la pelirroja.

Natasha lo escucho tocar pero lo ignoro por completo. Intentando calmar los ligeros sollozos se puso la pijama y se recostó en la cama. Abrazo la almohada y agradeció cuando escuchó al rizado retirarse.

Maldito idiota.

Pudo dedicarle el proyecto a cualquier persona, pero eligió a la pelinegra de estatura perfecta y piel impecable, que para variar, fue su novia.

La puerta se abrió y fue cuando Natasha recordó que él se habían quedado con la segunda llave de la habitación. De un salto se levantó y camino furiosa a la puerta.

—Vete de aquí, no me hagas llamar a seguridad. Se paró frente a él y cruzó los brazos.

—Llamalos, no me iré. Dijo retador cerrando la puerta.

—Eres un idiota, vete. Suspiro profundo intentando mantener el llanto al margen.

Bruce camino hacia ella, pero Natasha se alejó al ver que no tenía intenciones de retirarse.

—No puedes enojarte por algo así. Me parece una estupidez. Soltó tranquilo y ella se giró de golpe.

—¿Una estupidez? Su voz se cortó un poco pero en su mirada Bruce pudo apreciar el nivel de enojo que sentía. ¡Quede como una completa idiota frente a todos!

—Ella fue parte del proyecto. Tenía que hacerlo. Se encogió de hombros y suspiro.

—No me diste el lugar que corresponde. Soltó más tranquila.

—Tú tampoco me lo diste cuando decidiste coquetear con John. Reprochó cruzando los brazos.

Natasha abrió la boca ofendida.

—Si realmente piensas que lo hice, significa que eres un completo estúpido. Su pecho se lleno de decepción. Y si ella tanto presume el amor que sienten el uno por el otro, ¡Entonces vete con ella! Subió el tono de voz, moviendo ambas manos con frustración.

—¿Podemos dejar el drama? Puedo disculparme. Pidió acercándose despacio.

La respiración de Natasha se hizo pesada, lo miro con desprecio tragando saliva.

—Pudiste decirme que lo harías. Se encogió de hombros y limpio su nariz. Nunca mencionaste la parte en la que dejarías a Betty cómo la mujer más importante de tu vida frente a cientos de personas.

—¡Pero no lo hice! Exclamó comenzando a alterarse. Fue un maldito agradecimiento.

—Vete. No quiero seguir discutiendo. Sobo el puente de su nariz repetidas veces.

—Bien. Se paró frente a ella y la miro cara a cara. Solo espero que no vayas corriendo a la habitación de John.

La quijada de la pelirroja se tenso. Su respiración se cortó y el nudo en su garganta se volvió incontrolable.

Casi de forma automática, su mano se levantó golpeando la mejilla del rizado con fuerza.

—¡No te atrevas a tratarme como una cualquiera! Su quijada se mantuvo tensa y su voz se cortó conforme hablo.

Bruce sobo su mejilla y dio un paso atrás.

—¡Mierda, solo fue un maldito agradecimiento! Intento mantener la compostura pero le fue imposible.

—¡ESO ME IMPORTA UNA MIERDA YA, TÚ NO ME VAS A TRATAR COMO SE TE VENGA EN GANA! Grito con molestia, empujando en repetidas ocaciones al pelinegro. ¡SOLO ME VES COMO TU MALDITO DESAHOGO SEXUAL!

—¿Qué mierda estás diciendo? Soltó con la voz llena de pánico. ¡ESTÁS DICIENDO INCOHERENCIAS! Grito asustando solo un poco a la joven.

—¡Lárgate de una maldita vez! Exigió.

Bruce respiro hondo y asintió sin decir más. Salió azotando la puerta y buscando un número en su móvil. El mensaje fue contestado de inmediato, chocando los pies contra el piso camino hasta el elevador y subió al piso 10.

Sin importar que esa habitación estuviera llena, golpeo la puerta con fuerza sin parar hasta que fue abierta. La joven estaba por saludar cuando él la empujó entrando sin permiso.

Miro a Betty sentada en la cama rodeada de unas ocho modelos más y el tan querido John a su lado.

Bruce le dio una mirada furiosa al fotógrafo antes de pararse frente a Betty.

—No se que tanta mierda anduviste diciendo, pero que te quede bien claro que Natasha es mi novia. Todos miraron al joven reclamar mientras la modelo lo veía temerosa. Si te mencioné en el puto discurso fue por cortesía, entre tú y yo no hay más. ¡Qué te quede claro! Sin darse cuenta su respiración se volvió agitada. Empujó a una de las jóvenes para poder caminar a la puerta. Y tú pedazo de mierda, mantente lejos de mi novia o sabrás quien soy. Amenazó en dirección a John.

Salió sin cerrar la puerta, en la habitación se formó un silencio incómodo mientras Betty comenzaba a sollozar.

Y es que Bruce llegó en el momento exacto en el que ella estaba contando lo bien que iban las cosas entre ellos dos.