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El sonido de un claxon se apoderó de toda la calle, ¿Y cómo no? Un domingo a las 5 de la mañana, todo sigue en silencio, o al menos así es en la calle de Romanoff.
Kiwi de Harry Styles llegó hasta la habitación de Natasha quien pudo ver la molestia de su recién despierto hermano.

Después de un sermón por parte del mayor, la pelirroja salió con toda la calma del mundo para no darle la razón a Clint sobre que ella estaba enamorada del fotógrafo.

En cuanto la joven atravesó la puerta, Bruce salió de un brinco ágil del descapotable, sorprendiendo a Natasha, quien no logró reconocer la marca del automóvil, pero pudo apostar a que es un clásico de precio un tanto elevado.

Conclusión: Los hermanos Stark parecen niños riquillos busca pleitos, aunque en la realidad son todo lo contrario.

Con una sonrisa en los labios y un cigarrillo entre los dedos de la mano derecha, se acercó a ella para plantarle un rápido beso en la mejilla. Clint miró la escena en silencio, de Bruce solo sabe que es el hermano de Peter y nada más.
Y no, él no quiere que su pequeña hermana salga con ese tipo rizado, pero tampoco se puede oponer.

Una vez Clint desapareció de la ventana, Natasha se detuvo para observar al joven... Unos vaqueros azules, una camisa blanca y un saco negro hacen lucir a Bruce algo... ¿Apetecible?

O quizá solo son las hormonas de la pelirroja.

El pelinegro silbo al ver a Natasha en ese vestido amarillo, un color bastante llamativo, pero no tan llamativo como el escote, que ayuda a resaltar aún más su cuidada figura.

—Estoy impresionado. Abrió la puerta del auto ayudándola a subir. ¿Creciste estos días? Te noto algo... Distinta al día de la fiesta.

—Me gustaría decir lo mismo de ti.  No, no crecí, de hecho no me arregle tanto.

Bruce rió descarado ante el casi ofensivo comentario de la joven. Una vez Natasha se acomodo en su lugar, encendió el auto para comenzar el viaje.

Aún no sabia que planes tenía el fotógrafo en la cabeza, pero estaba más que lista para  cualquier situación que ocurriera. Comprometedora o no.

Después de casi media hora, Natasha miro al rizado con una expresión de confusión al ver que habían entrado en la carretera.

—Mis papás tienen una casa de campo a las afueras, es el lugar perfecto, pero si te incomoda podemos ir a un lugar con más gente. Dijo sin quitar la vista del camino, ella solo lo miró de reojo y sonrió. No te haré nada que no quieras. Me refiero a las fotografías. Además ahí tengo algunos cambios de ropa que quizá te pueden funcionar.

—Tú eres el fotógrafo. Añadió antes de girarse de vuelta para centrar su atención en el amanecer. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Bruce asintió suavemente antes de subir sus gafas negras nuevamente, bajando el volumen de la radio en la cual sonaba Help! de The Beatles.

—Las que quieras. ¿Acaso no sabe hablar sin parecer un coqueto? Soy todo oídos.

—Sé que Pepper no es tu novia.

Se removió un poco recordando el incómodo momento en la fiesta.

Bruce presentándole a una rubia bastante agradable, pero un poco mayor, y ella pareciendo una niñata idiota.

Y no, no es que su mente este llena de estereotipos, pero, en ese momento en lo único que podía pensar era en lo grande que lucía esa rubia mujer de nombre Pepper como para salir con Bruce.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora