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Natasha se integró a la fiesta con facilidad, Tony no tardó en llamarla, presentándole a algunas personas bastante agradables, mismas que la elogiaron por su debut.

—Esta junto a la barra. Steve se paró a su lado y señaló con el dedo al pelinegro. Se que lo buscas y te ahorro el trabajo. Explicó al ver la falsa confusión de la pelirroja.

Respondió con un sonrojo y miro a Steve caminar entre la gente. Acepto una copa de vino y se mantuvo en el mismo lugar. Sonriendo a gente desconocida y que probablemente nunca volvera a ver.

Su mirada se dirigió nuevamente a Steve, se alarmó al ver que este susurraba algo en el oído de Bruce al mismo tiempo que ambos volteaban a su dirección.

El pelinegro miro a Steve y asintió con una gran sonrisa, el rubio palmeo la espalda de Bruce antes de girarse para mirarla. Le guiño y con una seña le indico que todo estaba bien.

Natasha respiro con fuerza y se giró para mirar en otra dirección. Sintió a Bruce acercarse por detrás, intento caminar pero ya tenía la mano del rizado en la cintura.

Me gusta como te ves con el cabello recogido, tienes un cuello precioso y espero poder depositar algunos besos en el. Dijo mientras buscaba la mirada de la joven, en un tono bastante formal.

—¿Estás ebrio? Pregunto divertida mirando a Bruce.

—De ti. Contesto coqueto. Te vi al otro lado de la pista y me pareciste la mujer más linda del lugar. Natasha sonrió amplio al verlo actuar de esa forma.

—Es porque lo soy. Bruce rió y aplaudió asintiendo llamando la atención de algunos invitados.

—Lo eres. Natasha no supo que contestar, agachó la cabeza y cruzó sus manos, meciéndose suavemente.

—Imagina que me invitas una hamburguesa. Bruce sonrió.

—Imagina que vamos en camino. Contesto tomándola del brazo.

La mujer pelinegra de horas antes interrumpió su camino. Parándose frente a Bruce con una gran sonrisa.

—¿Ya te vas? Siempre eres el último. O somos. Hablo nerviosa.

—Bueno, tengo compañía. Sonrió mirando a Natasha.

La pelirroja abrazo el brazo de Bruce recargando su cabeza en el hombro del rizado. Inconscientemente, y de alguna forma, estaba dejando en claro las cosas.

—Lo veo. Quizá podemos vernos después. Casi afirmo.

—Seguro, supongo que puedes darte un tiempo, amor. Para cuando se dio cuenta, las palabras ya estaban dichas. Bruce la miro lleno de sorpresa.

La mujer miro a Natasha con una falsa sonrisa, quizá escuchar la forma en la que ella se dirigió a Bruce no le gusto mucho.

—Supongo que sí. Contesto intentando sonreír.

—Los dejo, no los retraso más. Sonrió y se apartó, perdiéndose entre la gente pero sin quitarle la mirada de encima a Bruce.

—Lo siento. Murmuró una vez salieron.

—Bésame y se acaban los problemas. Se recargo en el auto y abrió los brazos.

Natasha sonrió y se acercó a él, estaba por besarlo cuando miro el pánico reflejado en los ojos de Bruce.

Una mano bastante ruda la jalo apartándola del rizado. Clint tomo a Bruce de la camisa, levantándolo un poco y bufando de una forma amenazadora.

—Me invitan a verte como sorpresa. Estamos por dártela y me dicen que estás con este imbécil. ¿Cuanto valgo para ti? Pregunto en un tono bastante dramático.

—¿También estás ebrio? Todo el mundo lo esta. Se enojo un poco al sentirse tan en sus cinco sentidos. Siempre pasa lo mismo, todos se embriagan y ella termina viendo como se divierten desde la sobriedad.

—Dios, cuanta fuerza. Soltó Bruce con admiración. Solo le invite una hamburguesa, tranquilo.

Clint sacudió al rizado, chocando el cuerpo de este contra el auto. 

—¿Quieres ir a comer hamburguesa con él? Natasha lo miro con algo de miedo pero terminó asintiendo. Dame las llaves del auto, te conté varias cervezas. Dijo una vez lo soltó.

Bruce obedeció y entrego las llaves.

Mantén tus manos lejos de ella. Miro a Natasha con molestia y negó con frustración. Te quiero.

Bruce exhaló en cuanto Clint se alejó.

—Es rudo. Hablo intentando acomodar su ropa. Tenemos que pedir un taxi. Busco en sus bolsillos la cajetilla de cigarrillos.

—Caminemos. Bruce asintió y ofreció su brazo para que ella lo tomara.

Natasha lo ayudo para que pudiera encender el cigarrillo, un silencio se formó entre ellos, comenzaron a caminar acompañados por el ligero ajetreo de la madrugada.

Bruce miro varias veces a Natasha antes de decidirse a hablar. 

—Le gustas mucho a John, incluso me declaro la guerra el día de hoy. Natasha pudo notar la ligera molestia del pelinegro.

—Me gusta un fotógrafo pero no es John. Se pegó más a él.

—¿Qué es lo que esperas del futuro? Pregunto algo ruborizado intentando cambiar el tema.

Y es que Natasha siempre contesta con cosas que lo dejan en blanco.

—Espero poder seguir con esto, con el modelaje. Poder hacer sentir orgulloso a Clint, quizá casarme y bueno... Hijos es algo que no está en mis planes.

—Clint ya se siente orgulloso de ti, todos nos sentimos. Abrió la puerta del local para que ella pudiera entrar.

Se acomodaron en la primera mesa que encontraron una vez ordenaron.

—¿Y tú? Pregunto mirándolo. Qué esperas del futuro.

—Supongo que espero seguir como estoy. Contesto vagamente dándole una mordida a la hamburguesa. Me gustaría estar el día de tu boda. Y ser el novio.

Soltó haciéndola reír. La pelirroja rodó los ojos con gracia y bebió un poco de agua.

—Si ninguna modelo de estatura perfecta se entromete en esto, entonces te invitaré a mi boda y tú serás el novio. Es una promesa. Bruce asintió repetidas veces, tomando la mano de Natasha para "cerrar el trato"

—La única modelo de estatura perfecta que puede entrometerse en esto, eres tú. Acerco la mano de la pelirroja para depositar un beso en esta antes de soltarla.

—Seguramente tus papás y Clint piensan que estoy teniendo sexo contigo. Murmuró por lo bajo, sus mejillas se llenaron de color y sonrió mientras mordía su comida.

—Solo espero que Clint no me golpee, siendo sincero no soy muy bueno para eso. Hizo a un lado la bandeja con las sobras limpiando los restos de su boca.

—No lo hará. Contesto algo apenada al ver que Bruce había evadido su comentario.

—¿Estás segura? Pregunto mirando como ella limpiaba su boca.

—Cuando esta ebrio le gusta sentirse rudo. Se encogió de hombros.

—Entonces vamos a mi apartamento y tengamos sexo.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora