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—¡Bruce! Una enferma se acercó a ellos. El rizado levantó la mirada y sonrió. Me alegra verte aquí.

—Irla, ella es Natasha. Natasha, ella es Irla, mi enfermera asignada. La pelirroja se puso de pie y permitió que la mujer plantara un beso en su mejilla.

—He escuchado sobre ti. Natasha se sonrojo ante la mirada de la enfermera. Espero que puedas venir más por aquí, Bruce parece cómodo contigo.

—Pero no habrá necesidad, tú dirás qué ya estoy bien y así podré ir a casa con mis abuelos. Irla rió al escucharlo y el ceño del pelinegro se frunció con molestia.

—Cuando seas responsable hablaremos. Miro a la pelirroja y sonrió. ¿Te contó que lo descubrimos tirando las medicinas por el retrete? Estos días he tenido que meterle literalmente los dedos a la boca para asegurarme de que trague las pastillas. Un ligero sonrojo llegó al rostro del rizado al sentir la mirada molesta de la pelirroja.

—¿No tienes a otros pacientes para molestar? Creo que pondré una queja. Bromeó regresando su atención a la cámara.

—Vengo por ti, es hora de ir a tu terapia. Bruce bufó molesto y se puso de pie estirando un poco las manos.

—No quiero seguir contándole mis problemas a una señora que en mi puta vida volveré a ver. Se quejó terminando de acomodar el rollo en la cámara.

—Y yo no quiero seguir metiendo mis dedos a tu boca, pero mira, aquí estamos. La actitud tan tranquila de la enferma hizo sonreír a Natasha.

—Pero me han venido a visitar, ¿No podemos evitar la terapia solo por hoy? Irla negó.

—Te llevaré a despedirte, también necesitas dormir. ¿O quieres que los sedantes regresen? Bruce rodó los ojos expresando su enojo.

Miro a la pelirroja y la apunto con la cámara disparando en una sola ocasión. Ella se quejó al sentir el flash en su rostro y para cuándo su vista se normalizó, Bruce ya estaba caminando de regreso.

—Ahora es como un niño berrinchudo. Natasha rió por el comentario de la enfermera y ambas caminaron detrás del rizado.

Todos se pusieron de pie al verlos entrar, Howard saludo a Irla y María se acerco de inmediato a Bruce.

—Tengo que ir a contar mis conflictos emocionales a alguien que finge interés por una cuota mensual. Bruce parecía algo decaído al decirlo. Gracias por venir, espero que no vuelvan nunca. María abrió los ojos al escucharlo y le dio un ligero golpe en el hombro. Natasha, gracias por la cámara, me has dado un poco de felicidad.

Natasha asintió y le sonrió suave, Bruce no dijo ni miro a nadie más, giró sobre sus talones y salió del lugar junto a Irla.

—Ese es el Bruce con el que deberemos lidiar el resto de nuestras vidas. Howard se dejó caer en un sofá completamente agotado.

Y es que por más que ame al rizado, convivir con él se está convirtiendo en un martirio.

—¿Bruce dejo de quererme? Peter rompió en llanto mientras veía a su abuelo.

María reaccionó de inmediato y se sentó junto al castaño, lo envolvió en sus brazos y lo acurrucó contra su pecho.

—Brucie te ama, pero debes entender que ahora teme de todos nosotros. Peter levantó el rostro para mirarla. Debemos convivir con un Bruce quizá algo grosero y prepotente, pero no es porque él quiera serlo, es una forma en la que su cerebro busca protegerse.

—Eso es verdad, Pet. Laila, la psiquiatría a cargo de Bruce interrumpió el momento familiar. Soy Laila, me estoy encargando de ayudar a tu hermano. Natasha miro a la pelirroja mujer frente a ellos y se removió algo incomoda por su presencia.

—¿Cómo está él? Steve no dudo ni un momento en preguntar.

La mujer suspiro y se sentó en el sofá individual, cruzando las piernas y acomodando su bata blanca.

—Lo hemos convencido de conservar sus apellidos, supongo que eso es un está bien para ustedes. Contesto cortante antes de volver su atención al castaño de ojos rojos y llorosos. Bruce habla mucho sobre ti, sobre cuanto quiere mejorar para poder ser un buen hermano. Peter, no dudes ni un solo momento en el amor que él siente por ti. Como tu abuela lo ha dicho,  Bruce creo una personalidad nefasta en la que oculta sus peores miedos.

—No ha dejado que lo abrace. Laila se encogió de hombros y acortó la distancia entre ellos.

—Durante una buena parte de su infancia, todo contacto físico que tenía buscaba dañarlo. Ahora que está reviviendo esa parte, su cerebro le hace pensar que cualquier persona que busque cercanía con él, lo hace para provocarle daño. Quizá para ti es difícil de entender, pero si continuamos trabajando con Brucie, pronto recuperará la confianza y podrás abrazarlo las veces que creas necesarias.

—¿Hay alguna fecha aproximada en la que podrá volver a casa? Thor interrumpió a Laila, la mujer le sonrió al rubio y asintió.

—Si todo continua igual, quizá en dos semanas más tendrán a Bruce en casa. Aunque deberá continuar con las terapias diarias. Irla apareció en el marco de la puerta y con la mano llamo a Natasha.

Todos miraron con duda a la enfermera pero la joven modelo fue en cuanto se dio cuenta que la llamaba a ella.

—Bruce me ha dicho que te de esto, que no lo leas acompañada y que espera que te sientas mejor. Natasha asintió y guardo la hoja en el bolsillo de su pantalón.

Laila se despidió de todos y hablo a solas con Tony. El pobre hombre termino hecho un mar de lágrimas y durante todo el camino de regreso a casa se la paso maldiciendo por la bajo.

Natasha sintió el regreso demasiado lento, sus ansias por leer la cara la estaban matando.

Una vez entro a casa, ni siquiera le dio explicaciones a Clint, solo corrió a su habitación y se encerró para evitar interrupciones.

Se dejó caer sobre la cama y saco la hoja con manos nerviosas.

"He dudado en escribir esto, pero siento necesario un adiós.
Me he perdido en mí  y no se si algún día pueda sentirme yo de nuevo.
Natasha, pequeña pelirroja.
Quiero que sepas que estoy orgulloso de ti, de tu valentía.
Pequeño amor, no te sientas culpable de nada.
Tarde o temprano, yo tenía que pasar por esto.
Me veía obligado a revivir cada cosa de mi vida, casi como si fuese una maldición.
Por favor, saber que no te culpas de nada será la mejor medicina para que yo pueda recobrar la capacidad de vivir.
En pocos días he perdido todo, pero solo una cosa se conservó dentro de mi: Todos y cada uno de los recuerdos a tu lado.
No se lo que se siente amar, me confunde el pensar en esa sensación así que no puedo decir que te amo, porque no sé cómo se siente.
Algunas cosas las perdí en ti, espero puedas conservarlas porque no se si algún día pueda tener más.
Las despedidas duelen y esta no es la excepción.
Gracias por los recuerdos, los aprecio.
Gracias por el tiempo y por las primeras veces que me brindaste.
Amor, no te culpes de nada, por favor.
Llegamos al fin de la peor forma.
Al final, no fuimos ese cliché que tanto anhelamos.
Te dejo ir porque no soy egoísta.
Quizá tarde mas tiempo intentando encontrarme que tú a otra persona que si sea saludable.

Malditas despedidas, nunca se cómo hacerlo.

Supongo que es todo.
Suerte en el camino, perdón por el daño que te hice.

Bruce Banner."

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora