Hilo. (Brutasha)

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Bruce acercó la canasta con pan al centro de la mesa, sirvió dos tazas de chocolate caliente y sonrió al ver a Robert muy despierto jugando con el cabello de Natasha.

—¿Segura que es buena idea salir con este clima? Natasha giró y miró la ventana, las gotas eran mínimas.

—La lluvia es ligera, estaremos todo el tiempo dentro de la agencia y tú no puedes faltar. Bajo la mirada hasta el pequeño entre sus brazos y le sonrió. Papá exagera, pero no le haremos caso. 

El rizado rió y se sentó a un lado, tomo una pieza de pan y sin estar convencido confirmo su asistencia al evento.

—Bruce, por cierto, han pasado dos meses ya. El rizado la miró y tragó saliva.

—Lo sé, se cuánto ha pasado. Metió un pedazo de pan a su boca en un intento de evitar el tema.

Natasha noto su evasiva, recorrió con cuidado la silla y se puso de pie sujetando a Robert por la espalda.

—Si no quieres tener sexo solo debes decirlo, estoy cansada de tus actitudes tan frías. Murmuró algo molesta y se encaminó a la habitación.

Bruce se quedó sentado, con la mirada en la taza de chocolate a medio tomar.

—Vamos a tomar una ducha, Rob. Recostó al bebé sobre la cama y comenzó a quitar las pocas prendas.

Bruce acostumbró al pequeño a estar solo con pañal la mayor parte del tiempo y ahora llora cada que se siente muy arropado.

Incluso tuvieron que instalar un sistema de calefacción más eficaz para evitar resfriados.

Una vez desnudo, lo tomo entre sus brazos y lo llevo al baño. Alistó la tina con él en brazos y una vez el agua estaba tibia, lo sumergió evitando que el agua llegara a su cabeza.

El pequeño permaneció tranquilo durante el baño, afortunadamente disfruta de sus duchas casi diarias y no causa problema alguno.

—¿Tienes hambre? Seguro que sí. Robert agitó las manos con fuerza prestando total atención a su madre.

Una vez termino de vestirlo, se sentó en la cama y subió su playera.

Apenas acercó al menor a su pecho, este lo tomo rápidamente comenzando con una de sus cosas favoritas.

Natasha sonrió al ver como comenzaba a comer de forma un tanto desesperada, aferrándose a su seno con ambas manos.

—Hey, debes decidir entre comer o dormir. Movió ligeramente su pierna al verlo dormitar. Después de unos minutos esperando, Robert quedó dormido.

Lo acomodo en la cama colocando almohadas a su alrededor y rogando para que durmiera un par de horas como mínimo.

Se ducho de forma rápida, desde el nacimiento de Robert, las duchas de tres minutos o menos ya son parte de su rutina.

Salió del baño y miró a Bruce frente al clóset, el rizado se giró al escucharla, le dio una mirada rápida y continuo alistando el traje elegido.

El resto de la tarde estuvo llena de tensión, Natasha subió al auto con una actitud negativa, incluso Robert parecía notarlo. El pequeño tenía una expresión seria y parecía que trataba de pasar desapercibido.

Una vez se incorporaron al tráfico, Bruce rompió el silencio.

—¿No dirás nada?

—Solo cállate. Centro su atención en Robert, le dio una sonrisa cálida y acarició los largos y poco definidos rizos de su hijo al verlo con esa expresión de inquietud.