El silencio en el apartamento de los Stark comenzaba a ser abrumador.
Natasha y Tony sollozando perdidos en sus respectivos mundos. Steve sintiendo una culpa terrible y con ganas de morir.
Clint pensando en todo lo que estaba pasando intentando consolar a su hermana y Thor junto a Loki cuidando del sueño de Peter.
Cuatro horas habían pasado desde que recibieron la llamada de María, madre de Tony.
No tenían nada claro, solo sabían que ellos estaban con Bruce y que el rizado se había metido en un lío.
La puerta se abrió dejando ver a Bruce del brazo de María, con unas ojeras impresionantes y vistiendo una pijama que claramente no le pertenecía.
A Tony se le iluminó la mirada al ver a su hijo a salvo junto a su madre, todos se pusieron de pie intentando acercarse pero la alegría desapareció cuando Howard apareció parándose frente a ellos.
Tony se paralizó al igual que Peter, Steve le lanzó una mirada asesina a su suegro y se paró junto a su marido.
Bruce no los miro, no pudo hacerlo. Murmuró algo en el oído de María y ella asintió, ambos caminaron hacia la habitación del rizado mientras un hombre algo mayor los seguía.
—P-papá. Tony tartamudeo, había pasado un año desde la pelea con él y en todo ese tiempo habían perdido total comunicación. Necesito ver a Bruce. Intento caminar hacia el pasillo pero Howard se interpuso.
—¿Ahora si? Hace unas horas poco te importo tu hijo. Tony no supo que contestar.
—Es nuestro hijo, debemos verlo. Steve intervino sacándole una carcajada a Howard.
—Eres el menos indicado para hablar, Rogers. El rubio estaba por contestar cuando Howard continuo. ¿Tienes una idea de dónde se metió Bruce? Bien, les contaré. Fue a ver a Brian, si, a su estúpido padre.
Tony dio un par de pasos hacia atrás por la sorpresa y el rostro de Steve se llenó de pánico.
Howard se cruzó de brazos y miro rápidamente a todos los presentes deteniéndose un momento en la destrozada pelirroja.
—Bruce golpeo a su padre, lo golpeo de una forma horrible. Steve miro a Tony y después a Howard. Mi pequeño rizado se sintió completamente solo y tuvo que recurrir al imbécil de Brian. ¿Quieren saber la mejor parte? Ese hijo de puta le hizo recordar todo, felicidades señores Rogers, acaban de arruinarle la vida a ese pobre muchacho.
Tony sintió arcadas al escucharlo, una sensación de malestar lo recorrió por completo y tuvo que recargarse en Thor para no perder el equilibrio.
Steve se mantuvo paralizado, sí, definitivamente nunca se había sentido tan culpable.
María salió junto a Nick, el psicólogo de Bruce, ambos con caras demacradas y un agotamiento notorio.
—Le he dado un calmante, la ansiedad disminuirá pero solo por esta noche. El hombre de traje comenzó a hablar en dirección a Howard. Debes estar consciente de que los ataques de ira, ansiedad y pánico regresaran y serán más frecuentes. Nuestro peor miedo se hizo realidad, Bruce ha desbloqueado toda su infancia y ahora tiene cada recuerdo presente. El corazón de los presentes comenzaba a romperse conforme Nick hablaba. Deberá estar en vigilancia todo el tiempo, no es por asustarte pero los intentos de suicidio van a regresar. Un sollozo se escapó de la boca de María mientras veía fijamente a Tony. Si puedes hacer que alguien pase con el todo el día será increíble, así no estará en riesgo y ustedes podrán dormir tranquilos. María negó en repetidas ocasiones antes de salir prácticamente corriendo de regreso a la habitación del rizado. Hablaré con un amigo, es el mejor psiquiatra del país. Lo siento Howard pero esto es más grave de lo que piensan.
—Contratare a una enfermera y María y yo nos pondremos de acuerdo para velar sus noches.
—¿Por qué hablan como si Bruce no tuviera familia? ¡Nos tiene a nosotros, ustedes no deben cuidar de él, para eso estoy yo! Hablo Tony antes de romper en llanto.
—Bruce no irá a ninguna parte, nosotros somos sus padres y tú no tienes ningún derecho sobre él. La mandíbula de Steve parecía desencajar con cada palabra.
—Señor Rogers, yo soy la primer persona que apoya la idea de que Bruce abandone este sitio, esta familia. Nick hablo callando a Steve. Han echado abajo años de tratamiento, créame que si es necesario llevaré esto a lo legal, Bruce no merece convivir con gente como ustedes.
Steve palideció al escucharlo, lo que más le dolió fue la verdad en sus palabras.
Bruce no merecía nada de esa mierda.
—Tengo que irme, mañana a primera hora estaré en tu casa junto al psiquiatra. Cualquier situación, no dudes en llamarme. Howard acompaño a Nick hasta la puerta y lo despidió agradeciéndole por el apoyo.
Peter se acercó a él y con todo el miedo del mundo hablo.
—Abue... Howard, no lo hagas, no me quites a Bruce. El corazón de Howard se agitó al escucharlo.
—Puedes llamarme abuelo Pet, porque eso soy. Acunó la cara del menor y lo miro con una especie de amor. Soy tu abuelo.
—¿De verdad puedo llamarte así? Su voz llena de sorpresa saco una sonrisa en el hombre canoso.
—Me arrepiento cada día por no haber disfrutado de ustedes, pero si aún estoy a tiempo, tú, Bruce, María y yo podemos recuperar el tiempo perdido. Peter lo envolvió en un repentino abrazo.
Había esperado tanto tiempo para hacerlo, que ese abrazo lo reconfortó de una forma impresionante.
María apareció y se unió al abrazo pero nadie se atrevió a decir nada. Aunque Tony quiso unirse, simplemente no se sintió con el derecho.
Una vez el acto de afecto finalizó, María busco con la mirada y se detuvo en cuanto sus ojos conectaron con los de Natasha.
Le sonrió suave y se acerco a ella.
—Hola pequeña pelirroja. Dijo con un tono maternal y tomo sus manos, Natasha sintió una extraña sensación recorrerla y en cuanto logro asimilarla se sintió protegida. Brucie boo me habló sobre ti, todo indica a qué eres una mujer increíble. Y al escuchar eso, Natasha no se pudo contener más y permitió que las lágrimas salieran. Lo he convencido de hablar contigo, pero, debes saber que el Bruce del que te enamoraste ya no existe más. El Bruce con el que te vas a topar en esa habitación, quizá sea un completo desconocido para ti.
—Ne-necesito ver a mi Bruce. María asintió y acarició su rostro quitando los mechones rojos de el.
—Ten paciencia y trata de no alterarlo más, te repito, Bruce Stark quedó en el pasado, ese fotógrafo de mirada alegre y sonrisa encantadora no existe más. Ahora, es como un pequeño niño asustadizo, ¿Crees que puedes con eso?
—Si es por él, puedo con todo.
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Hilo. (Brutasha)
Fiksi PenggemarEn una vida cotidiana, Natasha Romanoff y Peter Stark son mejores amigos. ¿Qué pasaría si todos los clichés se juntarán en una sola obra? Lo averiguaremos. (Esta obra fue finalizada el 8 de agosto del 2019 pero he decidido hacer correcciones de r...