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Clint llegó hasta el solitario estudio, afortunadamente ya conocía la agencia y no tuvo problema para encontrarlo.

Bruce se encontraba sentado en el piso y con varias fotos a su alrededor. Una expresión seria acompañándolo y apenas un par de focos alumbrando.

Y esas estúpidas gafas.

La cabeza del pelinegro se levantó en cuanto sintió la presencia de Clint. Quitó la cámara de sus piernas y se puso de pie.

—No quería interrumpir. Bruce se sintió extraño ante la actitud tan relajada del castaño.

—No hay problema, perdón por hacerte venir pero debo entregar esto mañana a primera hora. Sonrió suave y Clint se encogió de hombros.

—¿Podemos sentarnos? Bruce tartamudeo un poco y busco con la mirada alguna sillas. No, aquí en el piso, ¿Qué es lo que haces? Pregunto de forma sincera y una sonrisa amplia se pinto en el rostro del rizado al ver el interés de Clint.

—Bueno. Comenzó a explicar una vez se acomodaron. Debo elegir a una de ellas y un concepto.

—¿Un concepto? Clint pudo notar el brillo que apareció en la mirada de Bruce y por alguna razón una cálida sensación llegó a su cuerpo.

—Aquí lo manejan así. Mira, esas son fotografías de posibles conceptos. Dijo señalando un par de fotografías. Rojo y azul son los matices principales de cada una, para el rojo tomamos el fuego y para el azul el cielo antes del anochecer.

—Suena interesante. Lo invito a continuar y Bruce entendió de inmediato.

—Creas una escena en la que la modelo interactúe de forma indirecta con el fuego, quizá un vestido blanco en medio del bosque al amanecer y una fogata. Se encogió de hombros y levantó la mirada para descubrir que toda la atención de Clint le pertenecía.

—He visto tu trabajo y quiero que sepas que te admiro. Una mueca de diversión mezclada con sorpresa se adueñó del rostro de Bruce.

—Eso es algo que no esperaba, creí que me odiabas. Clint rió por lo bajo y sobo el puente de su nariz.

—Lo hago, siempre lo haré. Bruce negó divertido, aunque esa felicidad desapareció al recordar que Natasha lo había dejado. ¿Cómo te sientes? Pregunto con toda la confianza del mundo.

—Es raro, solo ha pasado un día y ya la extraño. Se encogió de hombros y lo miro. Aunque no se siente tan mal como esa última vez, no me siento culpable porque sé que di lo mejor de mí y entiendo su posición. Será bueno que conozca a más personas, que tenga citas y posibles nuevos amores.

—Bruce, tú y yo sabemos que eso no pasará. Bruce saco una cajetilla de cigarrillos y saco uno acercando un vaso para ocuparlo como cenicero.

—No lo sé Clint. Se detuvo un momento y dio la primer calada. Le conté algunas cosas y después esto, creo que lo decidió por algo.

—¿Qué le contaste? Si no quieres hablar lo entiendo. Bruce negó y se encogió de hombros despreocupado.

—Supongo que no sabes que mi padre mató a mi madre. Pase por un proceso de adopción y readaptación y después termine en la familia que tengo ahora. Eso le conté, entiendo que ahora me ve de otra forma, todo el mundo lo hace una vez se entera. Clint trago saliva al escucharlo.

Su mandíbula se llenó de rigidez y un escalofrío nada agradable lo recorrió.

Después de eso, ahora solo puede ver a Bruce como un pequeño niño al que debe proteger incluso de Natasha.

—No creo que sea por eso, Bruce. La conozco y Natasha no es ese tipo de mujer. Soltó de la forma más tranquila que pudo.

—Ya no importa, lo hemos dejado y está bien. Clint suspiro y negó en repetidas ocasiones, tomo la cajetilla de cigarrillos y encendió uno.

—Yo tenía una pareja que creía en los horóscopos, karma y todas esas cosas. Esa persona decía que existe un hilo que te une con tu alma gemela. Bruce frunció el ceño pero no lo interrumpió. Se supone que no importa cuánto tiempo pase o cuántas personas intenten enamorarte, al final ese hilo siempre se acorta lo suficiente y te lleva a tu ser amado. Lo ultimo lo dijo con un deje de burla.

—¿Y tú crees en eso? Clint se detuvo un momento y recordó a esa persona.

—Mantengo la esperanza de que sea cierto. Se encogió de hombros y sonrió. Solo ten eso en mente, si Natasha es tu alma gemela al final terminaran juntos.

—Suena esperanzador. Ambos rieron y se miraron con una especie de complicidad. Pero dime, ¿Para que necesitabas verme?

—Mmmm, bueno. Y después de estar tan seguro de sí, Clint optó por no contarle nada sobre el embarazo. Solo quería confirmar tu bienestar, ya sabes, la última vez no les fue tan bien.

—No te quiero mentir, supongo que necesitaré tiempo y algo de distancia pero aún tengo apetito. Rió suave intentando convencer al castaño.

—No te he tratado de la forma correcta, tampoco espero que entiendas mis razones pero cualquier cosa que necesites, cuenta conmigo Stark. Apretó ligeramente el hombro del rizado y le dio una mirada llena de cariño.

Sí, Bruce se sintió diferente.

Bruce se sintió bien ante ese mínimo gesto.

—Gracias, me hace bien escucharte decirlo. Le regaló una cálida sonrisa acompañada de unos ojitos llorosos.

—Por más contradictorio que suene, espero que tú y ella solucionen sus conflictos. Tú me gustas para ella, se que contigo su felicidad está asegurada. Suspiro y soltó el cigarrillo a medio terminar en el vaso de agua. Eres un imbécil, me haces decir cosas estúpidas. Se puso de pie con dificultad mientras Bruce reía incrédulo.

—Creo que este es el mejor día de mi vida. Llevo una mano a la altura de su corazón y suspiro falsamente ganándose un leve golpe de Clint.

—Aún tengo ganas de asesinarte, no me obligues. Bruce alzó ambas manos en señalar de rendición y exhaló.

—Vamos, te acompaño a la salida.

—No, continua en lo tuyo. Sonrió ladino y estrecho su mano. Antes de irme, Natasha tiene algo que decirte pero tiene miedo a tu reacción.

—¿Qué es lo que debe decirme? Ahora la duda lo estaba carcomiendo.

—No soy quien para decírtelo, pero dale tiempo y ella lo hará. Solo espero que puedas comprenderla y apoyarla, porque supongo que eso hacen las personas que realmente aman.

—Clint, si ella me está ocultando algo es porque tiene miedo de mí y me acabas de dar la última razón para alejarme completamente de ella.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora