Epílogo.

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Sin importancia:

¡Hola! Hemos llegado al epílogo.

63 capítulos en total, todo un lío.

Gracias por seguir esta historia tan larga y llena de cliché.

Gracias por votar, comentar y llegar hasta aquí. Espero que Hilo haya sido de su total agrado, siendo sincera le tome demasiado cariño pero es tiempo de ponerle fin.

Y sin más que decir, espero que disfruten del último capítulo.

°


Después de admirar por varios minutos la escena de Marie durmiendo plácidamente junto a Robert, camino hasta su habitación en busca de Bruce.

Recorrió la pieza por completo e incluso el baño pero el rizado no se encontraba en el lugar. Se colocó la pijama y se dispuso a buscar a Bruce para avisarle que la hora de ir a la cama había llegado.

Y es que no importa cuánto trabajo tenga Bruce, si Nat dice que es hora de ir a dormir, entonces es hora de ir a dormir.

Miró rápidamente la sala y al notar todo en silencio se dirigió al estudio como último lugar de búsqueda.

Abrió la puerta de golpe y frunció el ceño al ver a Bruce en tan raro momento.

—¿Qué haces? Pregunto cerrando la puerta y mirándolo con detenimiento.

—Nada, no hago nada. Murmuró nervioso cerrando de golpe la carpeta frente a él y acomodando el cojín sobre su regazo.

—¿Estás seguro? Camino hasta quedar frente a él y se sentó sobre la mesa. El rizado colocó una mano sobre la carpeta para que ella no pudiera investigar su contenido.

¿Es hora de dormir? Ahora voy. La evadió por completo y bajo la mirada al notar la seriedad de su mujer.

—No, mejor quédate aquí y continua teniendo orgasmos con fotos de otras mujeres. Soltó decaída y en un susurro.

Bruce echó la cabeza hacia atrás y antes de que pudiera dar un paso más, la sujetó de la muñeca.

—Dime que no tendremos esta discusión. Natasha negó y lo miro con una falsa sonrisa.

—No, no la tendremos. Pero tampoco te quiero dormido junto a mi después de que estuviste fantaseando con otra mujer. Y por favor, no quiero saber de quién se trata.

Sin intentar explicar nada, Bruce abrió la carpeta llamando la atención de la pelirroja.

La mirada de ambos se dirigió a las fotos dentro de la carpeta, Natasha sintió la vergüenza subiendo al ver que las fotos eran de ella.

En específico, esa maldita sesión de desnudos que realmente parece más una sesión en medio de una película pornográfica.

—Oh Dios, eres un maldito enfermo y yo me siento como una estúpida. Murmuró cubriéndose la cara con ambas manos al sentirla arder de la vergüenza.

Bruce rió tímido y se encogió de hombros mirando sus tan valiosas fotografías.

—En otra situación ya estaría abrazándote pero como debes comprender tengo un problemita fuera de mis pantalones. Bromeó aún sonrojado.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora