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PRECAUCIÓN: Contenido explícito jeje.

Natasha estaba por hablar cuando las manos de Bruce la sujetaron de la cintura. La cargo con brusquedad y camino hasta la cama sin decir nada.

—Te gusta verme enojado. Dijo bajándola. Estabas coqueteando con John y no puedes negarlo. Natasha se sentó y quitó los tacones encogiéndose de hombros.

—No me estabas prestando atención suficiente. Si lo piensas, fue tu culpa. Levantó ligeramente la cabeza mirándolo. Los ojos de Bruce se oscurecieron y ella tuvo que apretar los labios para no sonreír.

—Eres una malcriada. Escupió molesto cruzando los brazos aún de pie. Lo hiciste sabiendo que me daría cuenta. ¿A qué mierda quieres jugar? Su ceño se frunció y Natasha negó.

—Creo... Creo que me porte mal. Bajo los tirantes del vestido por los hombros, dejándolo caer por todo su cuerpo. Levantó la cintura para deshacerse del vestido por completo.

—Eres una descarada. Dijo recorriendo el cuerpo de la joven con la mirada. En sostén y bragas, Natasha suspiro y mordió su labio, sonriendo al ver como el pelinegro la miraba.

—Soy una malcriada y descarada. Afirmó. Acerco las manos a la bragueta del pelinegro y desabrochó el botón bajando un poco el pantalón. No debí sonreírle a John de esa forma. Aunque no me arrepiento. La quijada de Bruce se tenso al escuchar su tono tan burlón. Me porte muy mal y te hice enojar. Pero dime... Guardo silencio por un momento juntando un poco de valor para atreverse a jugar. ¿Entonces me vas a castigar... Papi? Soltó en un tono bajo e inseguro.

Pudo escuchar como Bruce trago saliva con fuerza y al notar el silencio se arrepintió un poco. Quizá se atrevió a mucho. 

Cuando iba a mirarlo para disculparse, una mano de Bruce la sujeto del cabello y poco tardo en recibir un beso rápido.

—Te voy a follar tan duro que mañana, cuando estés en la presentación con John, será en lo único que podrás pensar. Amenazó en un tono suave, susurrando muy cerca del rostro de la joven.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Natasha al verlo tan molesto. Bruce molesto es un poco, muy, caliente.

Empujó el cuerpo de la pelirroja contra la cama y la giró haciendo que quedara boca abajo. Arrancó las bragas de un tirón y ella se quejó por la brusquedad.

Se acomodó en medio de las piernas de la joven y sin pensarlo dio un azote que la hizo chillar.

—Si en algún momento tienes sexo con otro hombre, te juro que tendrás que pensar en mí para poder alcanzar tu jodido orgasmo. Dijo con voz ronca, jalando el cabello de Natasha.

La joven levantó la cadera frotándose contra la creciente erección del pelinegro, aún con el leve ardor en la zona del azote.

Bruce jadeo mirando los movimientos de la pelirroja, disfrutando de los roces continuos.

—Creo que John me agrada. Fingió inocencia mirando al rizado.

Bufó sujetándola con fuerza de la cintura, ella se sintió sumisa ante la mirada pesada y llena de molestia de su novio. Bien, quizá paso los límites.

Sin ponerse el condón (una vez más) Bruce entro de golpe en ella robándole un jadeo.

Natasha cerró los ojos intentando no gritar. Al parecer al rizado se le olvidó por completo que tener sexo aún es algo nuevo para ella.

Un azote aún más fuerte que el anterior la saco de su trance, intento hablar pero el ritmo de su respiración se lo impidió.

Bruce enredo los dedos en los rojizos cabellos de Natasha y dio un jalón haciendo que ella se enderezara.

—Dime, ¿Quién te hará sentir así? Pregunto pausando ligeramente las embestidas, mordiendole suavemente los hombros y respirando prácticamente en su oído.

—Solo tú. Hablo en un hilo de voz, recargando la cabeza en el hombro del rizado.

Bruce sonrió con satisfacción y las mordidas se convirtieron en besos húmedos, Natasha suspiro cuando la mano del fotógrafo llegó a su entrepierna.

—Quiero montarte. Pidió y aunque no tan convencido sonrió y accedió. Salió de ella y gracias a todos los cielos, se tomó el tiempo para colocarse el condón. Natasha agradeció esos segundos calmando un poco su respiración.

El rizado se recostó y ella de inmediato subió sobre él.

—Dime que soy bonita y que soy tu favorita. Demandó bajando despacio.

—Eres bonita pero no mi favorita. Sonrió burlón y la sujeto de la cintura.

Natasha sintió molestia pero no pudo reclamar ya que los movimientos del rizado comenzaron a tocar su mejor punto. Se recargo sobre Bruce y lo miro de mala forma apretando los labios para disminuir los jadeos.

El rizado quitó los cabellos de la frente de la joven y plantó un rápido beso en sus labios.

Natasha se quejó cuando el pelinegro regreso la brusquedad al acto, pero él no le tomo importancia y continuo.

Las embestidas comenzaron a generar ardor en la pelirroja, pero hasta ese momento el placer era mayor como para quejarse.

Bruce le ayudo a levantarse y es que a él le gusta mirarla cuando está por llegar.

Casi inconsciente, Natasha comenzó a acariciar su cuerpo, subiendo desde el abdomen hasta los senos. Las manos de Bruce seguían firmes en su cintura mientras ella continuaba dándose caricias suaves.

Si le preguntan a Bruce, una maldita obra de arte que nadie más merece ver. Algo tan erótico que la sensación que provoca no puede ser descrita.

Natasha se dejó envolver por el dulce vaivén, disfrutando de los suaves y cortos gemidos del rizado. Su pelvis se tenso y con ayuda de un último azote alcanzó un agresivo orgasmo.

Gritando el nombre de su pareja en medio de respiraciones agitadas. Eso fue suficiente para hacer a Bruce alcanzar el clímax.

Natasha se sintió frustrada al no sentir el líquido caliente correr dentro de ella. Y es que la sensación de tener a Bruce vaciándose en su interior es de las mejores cosas que pudo vivir.

Lastima que eso genere un bebé, y un bebé genere problemas. Al menos por el momento, no puede permitirse tener uno.

—Eres la más bonita y por siempre mi favorita. Musitó el pelinegro dejando un beso en su frente.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora