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Bruce bajo del auto acomodando su camisa, tocó un par de veces antes de que Clint abriera la puerta.

—Idiota. Saludo de una forma grosera.

—Hola Clint. Contesto con una gran sonrisa.

Natasha apareció detrás de su hermano con un vestido rojo y tacones del mismo color, el cabello suelto y ondulado junto a un maquillaje bastante sutil.

—Ya hemos hablado sobre tratar mal a Bruce. Dijo tranquila poniéndose en medio de ambos hombres.

—Tienes hasta las doce para traerla, no me hagan salir a buscarlos. Amenazo besando la mejilla de Natasha. Sabes que puedes llamarme cuando me necesites. Murmuró en el oído de la pelirroja.

—Tengo que irme ahora. Contesto entre risas, le dio un rápido abrazo antes de caminar hacia el rizado.

Clint amenazó con una seña a Bruce una última vez antes de cerrar la puerta.

—Puedo apostar a que eres la mujer más linda del planeta. La halago mientras abría la puerta del copiloto.

—Y soy tuya. Contesto con un ligero sonrojo. Bruce sonrió y prácticamente corrió para subir a su lugar. 

—Deberia ser un delito el tocarte. Encendió el auto y le dio una mirada rápida.

—Me gusta como te ves con camisas de rayas, creo que son mis favoritas. Dijo tratando de evitar los nervios.

—Lo tomaré en cuenta. Sonrió antes de centrar su atención en el camino.

Durante el trayecto, Natasha permaneció en total seriedad y eso fue algo que no paso por alto para Bruce. Parecía estar preocupada e incluso molesta.

Saco el móvil un par de veces y texteo cosas rápidas, al final el rizado optó por no prestarle tanta atención aunque le fue un poco difícil.

Aparco en medio de la nada y ella frunció el ceño bastante confundida, ni siquiera noto en que momento tomaron la autopista.

—He planeado algo diferente, espero que no te moleste. Natasha negó dándole una amplia sonrisa.

—Vamos, quiero saber qué traes entre manos. Bruce rió suave y asintió ofreciéndole el brazo mismo que ella tomo gustosa.

Tuvo que apoyarse en él para evitar tropezar en el camino lleno de piedras, conforme se adentraban una cabaña se dejaba ver con más claridad.

—Necesito que cubras tus ojos por un momento. Pidió parándose frente a ella.

—Antes de que me pongas la venda, necesito que sepas que pase una hora haciendo este maquillaje solo para ti. Se quejó haciéndolo reír.

—Sera rápido, el maquillaje quedará intacto. Colocó la venda con la mayor delicadeza que se pudo permitir. Solo debes caminar en línea recta y nada malo pasará.

Natasha suspiro y asintió tomando su mano. Con pasos lentos y temerosos comenzó a caminar, dejándose guiar por la mano del rizado.

Doce pasos contó la pelirroja cuando Bruce paró.

Pudo escuchar un murmureo antes de sentir las manos de Bruce quitando la venda.

Un gritito ahogado se escapo de su garganta al ver que Clint era quien estaba frente a ella y no el rizado.

—He venido por ti. Bromeó el castaño.

—¿Qué está pasando? Pregunto con miedo.

—No tienes idea de lo que está pasando. Rió de forma burlona. Vamos, debemos ir a la parte trasera.

Más que confundida, termino accediendo buscando en todo momento al rizado pero parecía haber desaparecido.

Clint le ofreció una silla de madera y se sentó frente a ella.

—Clint, esto no puede ser más raro. Confesó inquieta.

—Sabes que no hay motivo más importante en mi vida que tú. Quiero todo lo bueno para ti, no importa si dentro de mi cabeza no es correcto, si te hace feliz, quiero que se mantenga en tu vida. Natasha suspiro al escucharlo. No suelo decírtelo mucho pero, eres lo que más quiero en esta vida y daré todo por tu bienestar. Mi mayor miedo es verte sumergida en la soledad, pero para mi mayor fortuna y desgracia, ha llegado alguien que solo busca acompañarte. Tú lo elegiste por algo y yo debo respaldar y proteger ese sentimiento, cueste lo que cueste.

Clint silbo como un pandillero cualquiera, Natasha rió al escuchar lo bien que le salió.

Bruce apareció con una sonrisa ladina y un ramo de rosas rojas en las manos.

—Bien, estoy demasiado confundida. Soltó sincera y con la voz un poco frágil.

—Te toca, estúpido. Murmuró el castaño poniéndose de pie junto a él y buscando algo en sus bolsillos.

—Ahora el rojo es mi color favorito. Sonrió sentándose frente a ella. Quiero hacerte una promesa, y después de pensarlo mucho, llegue a la conclusión que no hay forma más sincera de hacerlo que con él presente. Miro rápidamente a Clint y este solo asintió. Me gustaría expresar de forma correcta mis sentimientos, pero son tantos que terminaría hecho un lío de palabras. Eres la mujer más hermosa y maravillosa que pude conocer. Tengo el privilegio de tenerte a mi lado y es algo por lo que lucharé cada día. Quiero ser el mejor en todo, y quiero serlo solo para merecer estar junto a ti.

—Brucie... Los ojos de la pelirroja comenzaron a llenarse de ese líquido salado, amenazando con arruinar su perfecto maquillaje.

—Me haces sentir que todo lo malo que viví, valió la pena. Porque tuve que pasar todo eso para poder estar junto a ti. No sé qué tan apresurado sea confesarte esto pero, deseo pasar el resto de mis días junto a ti. Verte al despertar y darte las buenas noches cuando la hora de dormir llegue. Entrego el ramo y después de mirar en repetidas ocasiones a Clint, se decidió. Puedes hacerme esperar el tiempo que sea necesario, estoy dispuesto a soportarlo, porque sin ti no puedo hacer nada, sin ti los sueños dejan de existir y la vida pierde el sentido. Natasha Romanoff, estoy perdido en ti, en tus ojos y en esa forma que tienes de volverme loco. Aquí, con la persona que más me odia como testigo, estoy entregándote lo poco que tengo para ofrecer. Mi corazón. Tomo las manos de la pelirroja y sonrió al ver algunas lágrimas escapando de esos ojos verdes. ¿Te gustaría compartir tu maravillosa vida con un estúpido fotógrafo que te ama más que s su propia existencia? En un rápido movimiento, se hincó frente a ella sacando una cajita de madera de su bolsillo. En otras palabras, ¿Quieres casarte conmigo? Dijo abriendo la cajita para mostrar el anillo de compromiso.

Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora