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—Estoy llegando al apartamento, te llamo después. Debo colgar, no quiero pelear con Bruce, sí, te amo igual.

Antes de abrir la puerta, Natasha apagó el móvil y lo guardo en su bolsa. El rizado se encontraba sentado frente al televisor, cambiando canales sin siquiera detenerse.

Al escucharla llegar, se giró para mirarla con una expresión seria.

—Antes de que intentes comenzar un drama... Dijo mirándolo y dejando sus cosas sobre la mesa. No olvide que hoy cumplimos cinco meses como marido y mujer. Suspiro y se dejó caer junto a él, sonrió al ver esa expresión de enojo con la que lo dejo por la mañana.

—Pasaste el día en no sé dónde. Se encogió de hombros y cruzó los brazos.

—Fui a recoger algunas cosas y a investigar otras cuantas. Explicó de forma tranquila. Últimamente has estado muy sensible, cualquier cosa te hace enojar y quizá debemos hablar sobre eso.

El rizado asintió con algo de duda.

Las dos últimas semanas se han basado en peleas repentinas, todas comenzadas por Bruce. Y aunque él sabe que los temas por los que suelen discutir son demasiado idiotas, no puede evitar enfadarse de la nada.

—Solo... Exhaló frustrado y paso ambas manos sobre sus rizos. Lo siento, ¿Está bien? Supongo que no debí dejar la terapia, prometo que llamaré para hacer una cita lo antes posible, pero por favor, no te vayas. Natasha frunció el ceño al verlo un poco desesperado y al escuchar su voz temblorosa. Creo que me estoy volviendo loco.

Negó rápidamente y recargo una mano sobre la rodilla del pelinegro. Se recorrió con cuidado y acunó su rostro regalándole una amplia sonrisa.

—No te estás volviendo loco y mucho menos debes regresar a terapia. Hablo en un susurro. Es normal.

—¡No, no es normal! Un puchero se apoderó de sus labios mientras sus ojos se llenaban de algunas lágrimas. Si continuo así terminarás dejándome, no mereces que me ponga mal por cualquier cosa, ¿Lo ves? ¡Mira como estoy ahora!

—Bruce, cálmate. Rió despacio y con los pulgares limpio el par de lágrimas que lograron escapar. Hoy hablé con el doctor y me dijo que es normal, estás conviviendo con una embarazada y por eso estás demasiado sensible.

La expresión de Bruce paso de confusión repentina a seriedad. Las palabras de Natasha se repitieron una y otra vez en su cabeza mientras trataba de analizarlas.

Su respiración se detuvo y un aire helado recorrió su cuerpo. Miró fijamente a la pelirroja y soltó un suspiro demasiado largo.

—Tú... Yo... Rasco su sien intentando mantener el control de su mandíbula. Dices que tú...

Natasha asintió y Bruce se quedó sin palabras.

—Estoy embarazada, Bruce. Lo soltó y se separó un poco esperando a que reaccionara de cualquier forma. Vamos a tener un hijo.

—¿Me lo juras? Pregunto aún incrédulo y confundido.

—¿Después de tus ataques de sensibilidad aún lo dudas? Se burló.

Bruce rodó los ojos y echó la cabeza hacia atrás recargando la espalda sobre el cojín del sillón.

Cubrió su cara con ambas manos y contuvo la respiración.

—¡VOY A TENER UN HIJO! Grito con emoción asustando a la pelirroja. Se enderezó y la miró. NATASHA, VAMOS A TENER UN HIJO. ¡UN HIJO!

Natasha exhaló algo confundida pero terminó sonriendo. Después de mirar detenidamente al rizado, su sonrisa se borró por completo.

—¿Estás llorando? Pregunto y no obtuvo respuesta, intento mirar el rostro de Bruce pero este no se lo permitió. Bruce, ¿Estás bien? Esta vez pregunto con algo de miedo.

—Vete, necesito un momento. Pidió sin mirarla y con un tono algo frío.

Natasha sintió un nudo en la garganta al darse cuenta que la reacción de Bruce había sido completamente diferente a lo que ella pensaba.

Sin decir ni esperar más, asintió y se encaminó a la habitación. Cerro la puerta y se recostó sobre la cama llevando ambas manos a su vientre.

Acarició con suavidad la zona y el llanto apareció poco a poco. Con sollozos bajos permitió que todo el sentimiento negativo saliera.

Perdió la noción del tiempo y para cuándo despertó, en la ventana ya se apreciaba la noche. Con un ligero ardor en los ojos se levantó, ese ardor le recordó de inmediato lo que había sucedido. Se miró al espejo y maldijo al ver lo hinchados que se encontraban, limpio la zona con una toallita húmeda y mientras lo hacía pudo escuchar la puerta de la entrada abrirse.

Algunos pasos se escucharon por el pasillo hasta que Bruce apareció en el umbral de la puerta.

Natasha lo miro de reojo pero decidió no decir nada, continuo mirando el desastre que eran sus ojos.

—He hablado con mis padres. La voz de Bruce rompió el silencio. También le he contado a Howard y María, espero que no te moleste el que lo haya hecho sin ti. Natasha sintió las lágrimas saliendo nuevamente. No se lo he dicho a Clint, pero Pietro ya lo sabe. Tampoco se lo dije a Peter ni a Loki, son tus mejores amigos, supongo que quieres darles la noticia. Rió suave y camino hacia ella. Aunque estuve apunto de hacerlo, este embarazo lo he esperado por tanto tiempo que quiero publicarlo en el periódico local.

De golpe, Natasha se giró y recargo una mano sobre el tocador.

—¿De verdad? Hablo permitiendo que Bruce terminara de acortar la distancia. ¿Esperaste esto por mucho tiempo?

—Claro. Si lo dudas por la reacción, debo pedirte una disculpa. Con delicadeza, posó ambas manos en la cintura de su esposa. He colapsado y te trate mal, ¿Puedes perdonarme?

Los ojos de la joven se llenaron de ese líquido salado con rapidez, el corazón de Bruce se encogió al ver como un puchero se apoderaba de esos labios que tanto le encantan. Sin decir más, la atrajo hacia él permitiendo que recargara la cara sobre su pecho.

—Creí que no querías esto, Bruce, me asusté mucho. Confesó apretando aún más el abrazo. Puedo hacerlo sin ti pero quiero hacerlo contigo.

—Y por eso estoy agradecido. Se separó un poco para obligarla a mirarlo. Porque puedes criar a un niño sola y lo harías a la perfección, pero aún sabiendo eso, estás eligiendo incluirme.

No quería hacerte sentir así, perdón por ese comentario. Se disculpó sintiendo algo de culpa por sus palabras.

—Vamos a tener un hijo, ¿Te das cuenta de eso? Es una locura. Cambio el tema para evitar que el llanto regresara.

—No puedo creerlo... Y eso fue lo último que dijo antes de salir corriendo al baño para permitirse vomitar.

Dato innecesario: No llego al baño y termino vomitando en medio de la habitación.

Segundo dato innecesario: Bruce se ofreció a limpiar y termino vomitando mientras lo hacía.


Hilo. (Brutasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora