Tú eres mi religión

Capítulo 2

Amira. 1 de Octubre a las 12.00pm.
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Entro en la casa, él me mira alzando la vista del ordenador haciendo que me ponga nerviosa y se rie al notarlo.
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-Venga señorita. -dice serio.
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Camino hacia él, me mantengo a una considerable distancia y rie.
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-Echeme un vaso de Whisky y quiero que prepare la cena para esta noche, debe venir a la tarde. -ordena.
-¿Me lo pagará como horas extras? -pregunto.
-Claro, pero traigame ya mi Whisky. -dice frio.
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Voy a la cocina obedeciendolo, suspiro recordando que debo cuidar a la pequeña ya que tanto mi esposo como su otra mujer no quieren saber nada de ella. Le entrego el vaso a mi jefe para después, rapidamente, alejarme.
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-Venga a las siete, trabajará hasta que mis invitados se vayan. -informa.
-¿Puedo marcharme ya? -pregunto.
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Asiente fríamente, salgo de ahí chocando con el frio que trae el mar y camino lentamente hacia mi casa.
Abro la puerta viendo a Nasira mirando frente el espejo el lujoso collar que le ha regalado nuestro marido, rio en mis interiores y ella se acerca a mi con superioridad.
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-La niña está arriba desde que te marchaste, más te vale que se encuentre bien. -dice seria.
-Tú eres su madre. -me defiendo.
-Yo no me rebajaré a cuidar a nadie. -anuncia con superioridad.
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Voy hacia la habitación de la bebé quitandome el velo, acomodo mi cabello suelto sobre los hombros liberada del velo.
Sadira rie al verme, mueve sus manitas aplaudiendo y la cojo.
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-Que bonita eres mi pequeña. -le hago cosquillas.
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Le cambio el pañal, voy hacia el salón con ella en brazos haciendo que Nasira se vaya a otro lugar.
La puerta se abre dejando ver a mi marido, me pongo en pie para saludarle correctamente pero él tan solo besa mi mejilla.
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-Debo ir a trabajar sobre las siete y nose hasta que hora. -anuncio.
-¿Ese hombre va a tener a mi mujer trabajando hasta cualquier hora? -pregunta furioso.
-Es mi trabajo, hadidi. -defiendo.
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Dejo a la bebe en su sillita, mi esposo acaricia mi cabello y instantaneamente agarra mi rostro muy fuerte.
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-Más te vale que no me entere de nada sobre aquel hombre, las vas a pagar. -dice furioso.
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Ejerce su fuerza sobre mi rostro y lo suelta bruscamente cuando la bebé comienza a llorar.
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-Cariño. -dice la otra entrando al salón.
-Callala y vete a la habitación. -me ordena.
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Obedezco callando a la pequeña bebé y me marcho.
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6.30pm.
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Dejo dormida a la pequeña y bajo colocando mi velo mientras escucho a mi esposo hablar por telefono
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-¿Drogas y explosivos? De acuerdo estaré atento a cualquier cosa extraña. -dice antes de colgar.
-Cariño. -capto su atención.
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Agarra mi mano besandola y mezcla nuestros labios mas suavemente aunque sigo pinchandome con esa áspera barba.
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-Me marcho. -digo.
-Cuidado. -advierte serio.
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Asiento saliendo de esa cárcel y suspiro ¿vale ser infeliz por hacer feliz a mi madre?...