Capítulo 28

2.3K 119 0
                                    

Amira. 22 de Octubre a las 6.40am. 1/4
°
Salgo cogeando de la sala de oraciones ya que aún me cuesta caminar pero debía hacer la Fajr, bajo las escaleras viendo como la besa y cogeo hasta la nevera para beber agua.
~
-Como ya no trabajas allí trabajaras aquí. -dice serio.
-Debo reposar, Aban. -digo temblorosa.
-Reposas con escoba en mano. -ordena frio.
~
Asiento bajando la cabeza, le preparo un biberon a mi pequeña escuchando como se despide de la otra ya que debe irse a trabajar.
~
-Quiero mi desayuno. -ordena.
-Él es mi esposo, a tí no te hago nada. -digo seria.
~
Finalizo el biberón, me giro y ella rie.
~
-Mandaremos a adoptar a esa mocosa. -dice seria.
~
Me giro rápidamente, ella se cruza de brazos y niego.
~
-Estoy cuidando a esa niña como mi hija, no permitiré que una mala persona como tú se lleve a mi pequeña. -digo fría.
-Tarde, la niña en muy poco desaparecerá. -se rie. ~
Subo las escaleran para entrar en la habitación de mi bebé, ella rie al verme y la cogo.
~
-Pero mi niña, eres una madrugadora. -rio.
~
Le doy el biberón y tras ponerla a jugar en su cuna me pongo a limpiar.
~
11.00pm.
~
El olor a rosas de las sales hace que mi cuerpo entre en paz, el agua caliente abraza a todo mi cuerpo mientras que una pinza sostiene mi melena. Agarro mi movil, lo llamo asustada porque Aban pueda pillarme y lo cofe rapidamente.
~
-Te extrañaba. -su voz ronca hace que lo extrañe aún más.
-Imaginate yo, aqui encarcelada de por vida. -digo suspirando.
-¿Has descansado? -pregunta.
-Llevo toda el día limpiando, no me ha dejado provar comida hasta hace una hora. -digo derrotada.
~
Escucho como golpea un mueble, rio y muerdo mi labio.
~
-Deja de golpear cosas. -rio.
-Ven a mi casa, escápate. -dice serio.
-Ojalá fuera tan fácil. -digo dolida.
~
Suspira y escucho como sonrie.
~
-Quiere mandar a un centro de adopcion a mi pequeña. -digo.
-Joder ojitos. -murmura frustrado.
-No puedo más. -lloro.
-No, joder, no llores. -se pone muy nervioso.
-Mañana iré al mercadillo, te escribiré. -murmuro.
-Te raptaré. -rie.
-Estaré con mi madre, tendré escasos segundos. -explico.
-No importa, los segundos a tu lado son un premio para mis labios, ojitos. -alaga.
~
Sonrio, susurrra cuanto me ama y Aban aporrea la puerta.
~
-Mañana nos vemos, te amo. -me cuelga rápidamente.
~
Aban entra, salgo de la bañera y él desliza sus repugnantes dedos por mi figura.
~
-Más te vale no verte con el ricachuelo ese, porque acabarás muy mal. -dice serio.
~
Se marcha dando un portazo y mi pecho se encoje ¿por qué esto es tan imposible?...

Tú eres mi religión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora