Jesus. 26 de Septiembre a las 10.00am.
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Mi madre sonrie, encojo los hombros y guarda la foto.
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-Me gustaría que hablaras con tu hermano. -dice.
-Él me odia. -reprocho.
-Quiere lo mejor para ti y ese trabajo que te buscaste no lo es hijo. -dice.
-Si Daniel no quiere nada conmigo yo no pienso arrastrarme. -digo.
-Pues seguro que por alguna mujer te has arrastrado. -me echa en cara.
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La miro, frunzo el ceño y rio.
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-No mamá, no sabes nada. -digo serio.
-Parece que estoy hablando con un desconocido ¿dónde está mi hijo el que montaba a caballo? ¿Y el que todo lo hacía con su gemelo? -pregunta dolida.
-Hablamos en otro momento mamá, parece que no es nuestro día. -digo dandole el dinero del desayuno ya que estabamos en un bar.
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Salgo de ahí, conduzco hacia mi casa rápidamente ya que lo único que quiero es verla, abrazarla aunque me fuerce y sentir que ese el verdsdero Jesus: enamorado de una mujer prohibida y padre de una hija que no es suya.
Cierro la puerta subiendo veloz buscándola, entro en mi habitación viendo como quita el polvo y la pequeña está sobre mi cama dormida y tapadita con mis mantas.
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-¿Qué le pasa? -pregunto asustandola.
-Lo siento señor, estaba muy malita pero no quería faltar al trabajo, pensaba que no le importaría y... -la freno.
-¿Tiene fiebre? -pregunto.
-No, un dolor muy fuerte de barriga. -dice.
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La pequeña se remueve, suspira y Amira se sienta junto a mi sobre el colchon atenta.
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-Papi. -dice sonriendo.
-¿Cómo está mi bichito? -pregunto.
-Me duele mucho. -dice débil.
-Mami acaba pronto de trabajar y vamos a casa. -dice Amira.
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Se pone en pie, la sigo para después frenarla por el brazo.
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-Quedaros, no limpies. -propongo.
-No importa señor, me queda poco. -dice.
-Porfavor, lo ultimo que quiero es que le pase algo. -digo.
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Baja la cabeza intimidada, sonrio y agarro su mejilla.
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-Marchate con ella a casa, pero dejame darte mi número para que me llames necesites lo que necesites sea la hora que sea. -digo.
-¡Mamá, papá! -se queja Sadira.
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La agarro un segundo antes de que vaya a atenderla, toco sus labios con mis dedos mientras recorto suavemente las distancias con ella "el teléfono es para la bebé y para ti, veinticuatro horas" susurro suavemente....
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Tú eres mi religión
FanfictionUna sencilla mujer musulmana con mucho peso en su espalda ya que tuvo que aceptar las decisiones que su madre dió. Casada con un hombre que la odia pues ama a su otra esposa, cuidando de un bebé que no es suyo... Bebé que siente como suyo y, para co...