Amira. 4 de Octubre a las 9.00am.
Maraton 4/4
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Entro en su casa yendo directa a la cocina, él entra sonriente y abre la nevera buscando agua.
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-Buenos dias. -dice.
-Buenos días, señor. -digo.
-Nos vamos pasado mañana. -anuncia.
-Necesito hablar con usted sobre el viaje. -me acerco.
-Usted dirá. -dice.
-Yo mantengo a una bebe, apenas tiene meses, si yo no estoy nadie se hará cargo de ella y... -me frena.
-Claro que puede traerla. -dice sonriendo.
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Asiento sonriendo, acabo su desayuno mientras él va al salón como cada mañana y tras varios minutos le dejo la bandeja sobre la mesa. Observo como sus ojos me miran, sus labios forman una hermosa sonrisa y sus masculinas manos agarran la taza de café. Ya Amira, estás siendo muy infiel de pensamiento.
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-Es mejor que se marche y prepare todo lo del viaje. -dice amable.
-No señor, yo puedo prepararla luego. -digo.
-Señorita, es en dos días. -insiste.
-Señor... -digo protestando.
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Alza una ceja y rio ante la situación provocándole a él una risa.
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-Tiene una risa hermosa. -se pone en pie.
-Gracias por su alago. -la timidez se apodera de mí.
-Siento si causé problemas con su esposo. -sonrie
-No, en absoluto. -digo.
-Tiene suerte de tener una esposa tan dulce y entragada como usted. -alaga.
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Sonrio timida ¿qué haces Amira? Dile que pare, que tan solo debe alagarte tu esposo aunque adores escuchar a esa ronca, dura y española voz alagarte.
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-¿Tan solo él puede ver tu figura y cabello? -cuestiona.
-Claro, es mi esposo. -respondo.
-Vaya a casa señorita, venga dentro de dos dias a las ocho y media, marcharemos de aqui hacia el aeropuerto.
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Asiento, me voy lo más rapido posible y cuando estoy en camino a mi cárcel llamada hogar suspiro ¿por qué me siento así con el señor Oviedo?
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12.00pm.
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La bebé rie ante mis cosquillas, beso sus mofletitos y le hago pedorretas haciendo que ría más. Estornuda de una manera encantadora haciendo que sonria.
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-Puero bueno, ¿qué le pasa a la niña de mis ojos? -pregunto riendo.
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Ella alarga los brazos queriendo que la coja y cuando la tengo entre mis brazos beso su mejilla.
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-Así me gusta, cuidando a esa niña. -dice Nasira.
-Es tu hija. -defiendo.
-Esa criatura no es mia. -dice mientras la dejo en la cuna.
-Es tu hija y lo niega porque sabes lo mala madre que eres. -me encaro.
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Abofeta mi rostro y se marcha con el poco orgullo que le queda...
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Tú eres mi religión
FanfictionUna sencilla mujer musulmana con mucho peso en su espalda ya que tuvo que aceptar las decisiones que su madre dió. Casada con un hombre que la odia pues ama a su otra esposa, cuidando de un bebé que no es suyo... Bebé que siente como suyo y, para co...