Capítulo 10

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Amira. 4 de Octubre a las 9.00am.
Maraton 4/4
°
Entro en su casa yendo directa a la cocina, él entra sonriente y abre la nevera buscando agua.
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-Buenos dias. -dice.
-Buenos días, señor. -digo.
-Nos vamos pasado mañana. -anuncia.
-Necesito hablar con usted sobre el viaje. -me acerco.
-Usted dirá. -dice.
-Yo mantengo a una bebe, apenas tiene meses, si yo no estoy nadie se hará cargo de ella y... -me frena.
-Claro que puede traerla. -dice sonriendo.
~
Asiento sonriendo, acabo su desayuno mientras él va al salón como cada mañana y tras varios minutos le dejo la bandeja sobre la mesa. Observo como sus ojos me miran, sus labios forman una hermosa sonrisa y sus masculinas manos agarran la taza de café. Ya Amira, estás siendo muy infiel de pensamiento.
~
-Es mejor que se marche y prepare todo lo del viaje. -dice amable.
-No señor, yo puedo prepararla luego. -digo.
-Señorita, es en dos días. -insiste.
-Señor... -digo protestando.
~
Alza una ceja y rio ante la situación provocándole a él una risa.
~
-Tiene una risa hermosa. -se pone en pie.
-Gracias por su alago. -la timidez se apodera de mí.
-Siento si causé problemas con su esposo. -sonrie
-No, en absoluto. -digo.
-Tiene suerte de tener una esposa tan dulce y entragada como usted. -alaga.
~
Sonrio timida ¿qué haces Amira? Dile que pare, que tan solo debe alagarte tu esposo aunque adores escuchar a esa ronca, dura y española voz alagarte.
~
-¿Tan solo él puede ver tu figura y cabello? -cuestiona.
-Claro, es mi esposo. -respondo.
-Vaya a casa señorita, venga dentro de dos dias a las ocho y media, marcharemos de aqui hacia el aeropuerto.
~
Asiento, me voy lo más rapido posible y cuando estoy en camino a mi cárcel llamada hogar suspiro ¿por qué me siento así con el señor Oviedo?
°
12.00pm.
°
La bebé rie ante mis cosquillas, beso sus mofletitos y le hago pedorretas haciendo que ría más. Estornuda de una manera encantadora haciendo que sonria.
~
-Puero bueno, ¿qué le pasa a la niña de mis ojos? -pregunto riendo.
~
Ella alarga los brazos queriendo que la coja y cuando la tengo entre mis brazos beso su mejilla.
~
-Así me gusta, cuidando a esa niña. -dice Nasira.
-Es tu hija. -defiendo.
-Esa criatura no es mia. -dice mientras la dejo en la cuna.
-Es tu hija y lo niega porque sabes lo mala madre que eres. -me encaro.
~
Abofeta mi rostro y se marcha con el poco orgullo que le queda...

Tú eres mi religión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora