Capítulo 54

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Amira. 31 de Octubre a las 10.00am.
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Bebo de mi té realmente agobiada, no tengo nada que hacer pero la sensación de mi pecho es horrible. Miro el televisor, suspiro al ver el buen día que va a hacer hoy y miro a mi alrededor: sola, tal vez mereces esto por pecadora.
Realmente no me siento culpable, jamás me he sentido culpable porque muy a mi pesar Jesus es la prohibición más hermosa que se ha cruzado en mi camino pero no puedo hacerle esto, él jamás podrá casarse como debe ser, jamás podremos ser felices porque alguien irá en nuestra contra y no quiero eso para Jesus, merece casarse y ser feliz aunque yo me ahogue en mis lágrimas.
El teléfono suena, lo cojo sin mirar y la voz de mi pequeña hace que sonría.
~
-Mamá. -grita.
-Hola bichito. -rio.
-Mami, ven conmigo y papá aqui, porfa. -suplica.
-Disfruta de papá. -intento cambiar de tema.
-¡No! Yo quiero a mis papis. -protesta.
-Pasame con él. -digo riendo.
-¿Qué ocurre? -pregunta dulce.
-¿No molesto? -pregunto
-Jamás molestarías. -dice realmente cariñoso.
-En diez minutos estoy allí. -digo riendo.
~
Me cambio y voy rápidamente a su casa ¿por qué me siento tan feliz? Esta noche sucederá lo mismo: sola ahogada en mis lágrimas.
~
-Estás preciosa. -alaga al verme.
-¡Mamá! -grita corriendo.
~
La cojo, me abraza y nos sentamos en el sofa: Jesús junto a mi y la pequeña sobre mi regazo.
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-Papi y tú teneis que estar juntos mami. -asegura.
~
Mi corazón da un vuelco, aparto la mirada y siento sus dedos sobre la mano que decansa sobre el sofá.
~
-Es complicado pequeña. -dice.
-Papi tu quieres a mamá. -se cruza de brazos.
-Amo a mami, bichito. -dice dulce.
~
Lo miro, encoje sus hombros y la pequeña se baja de mi regazo sentandose en el suelo para jugar.
~
-Parque. -grita.
~
Asentimos riendo a carcajadas, la llevamos al parque y mientras ella juega un silencio incómodo nos rodea.
~
-¿Sabes algo de Aban? -pregunta mirandome.
-No quiero saber nada de él. -digo obvia.
-Tus padres... -dice preocupado.
-Me desterraron de la familia por pecadora, nose nada de ellos. -explico.
-¿Hermanos? -pregunta realmente alarmado.
-Vi como mi hermano moría frente a mis ojos. -explico.
~
Agarra mi mano en un descuido por mi parte, lo miro y sonrie tocando mi mejilla con su otra mano.
~
-¿No tienes tios, abuelos....? -continúa.
-Nada, y además, soy una vergüenza para mi familia por amarte. -digo con la voz rota.
-Estás sola. -dice entristecido.
-Aún queda mi bichito. -dice.
-Y yo, sabes que yo estoy dispuesto a todo por ti. -susurra.
-Sabes que siempre será imposible. -aseguro.
-Ojitos sabes que... -frena cuando me alejo.
~
"Ojitos, sabes que yo bajaría al infierno por despertar contigo cada mañana" acabo escuchando el final de la frase ya que no me alejo muy rápido...

Tú eres mi religión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora