Capítulo 49

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Amira. 25 de Septiembre a las 9.00am.
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Llamo al timbre, sonrie al verme y me da unas llaves en cuanto entro.
~
-Ven cuando quieras, entran por las mañana como si fuera tu casa. -digo sonriendo.
-De acuerdo. -dice seria.
-¿Recuerda mi desayuno? -pregunto.
~
Asiente, le explico donde están las cosas y comienza a hacerme el desayuno.
La observo apoyado en el marco de la puerta, muerdo mi labio y ella se gira.
~
-No voy a robarle nada. -dice segura.
-Me fio de ti, pero te ves tan hermosa que no pienso perderme ni un solo moviento. -digo dulce.
~
Me da la espalda ya que está acabando hacer la tostada pero frena cuando la abrazo por atrás.
~
-Para estar aqui puedes quitarte el velo si deseas, sería maravilloso verte por aquí sin velo. -susurro delizando mis manos por su figura.
-No hace falta, señor. -se mantiene firme.
-Te he necesitado tanto ojitos, me he ahogado en alcohol sin ti, sentía que me moría cada vez que veía el chupete de mi pequeña o leía tu nota. -murmuro pegado a su oido.
-Señor, debo trabajar. -comenta con un hilo de voz.
~
Me aparto, regreso al salón y ella me trae el desayuno sobre una bandeja.
~
-¿Por dónde quiere que empiece? -pregunta.
-Tuteame, ojitos. -suplico.
-¿Por su habitación? -pregunta.
-Como tú quieras. -digo.
~
Ella se marcha a limpiar, bebo de mi taza y la madre me llama.
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-¿Cómo estás? -pregunta.
-Bien mamá. -digo.
-Te noto decaido. -dice dulce.
-No importa, pronto pasaré a verte. -cuelgo.
~
Subo hacía arriba viendola hacer mi cama, me apoyo en el marco de la puerta y sonrio embobado.
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-Debo marcharme sobre la una y media, tengo que recoger a Sadira de la guardería. -explica.
-A las doce puedes marcharte. -digo.
-Pues pagame hasta las doce, no vaya a sumarle una hora y media más. -dice honesta.
-El dinero no es problema. -digo.
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Camina hacia la puerta ya que debe ir anpor los productos de limpieza pero la agarro.
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-Regresa conmigo. -suplico.
-Sienteme. -dice.
-Te necesito a mi lado, ojitos. -susurro.
~
Se suelta apartandose y se marcha a por los productos ¿dónde quedó el Jesus que no se arrastraba?....

Tú eres mi religión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora