Amira. 2 de Octubre a las 9.30am.
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Entro en su casa sigilosamente ya que supongo que duerme pero me equivoco al verlo tomarse un café apoyado en la encimera de la cocina.
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-Buenos días señorita. -dice.
-Buenos dias señor. -respondo.
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Él me sonrie, aparto la mirada y cuando voy a coger el pan para hacerle su desayuno mis costillas me dan un fuerte tirón gracias a la patada de ayer haciendo que frene.
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-¿Se encuentra bien? -pregunta.
-Claro, señor. -digo.
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Deja la taza sobre la encimera, se acerca y me aparto.
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-No le caigo bien a su marido ¿cierto? -pregunta.
-No mucho. -digo.
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Él se marcha de la cocina, recojo toda la planta baja y cuando voy a salir al jardín su voz me frena.
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-Necesito su ayuda, señorita. -dice poniendose en pie.
-Digame. -digo.
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Se acerca a mi pero me alejo, él da pasos hacia atrás y bajo nuevamente la cabeza.
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-Me voy de viaje por trabajo, es a un apartamento unos días, nose cuantos y... -le freno.
-Si, yo le mantengo la casa. -digo precipitada.
-No, quiero que venga conmigo. -dice amable.
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Doy pasos hacia atrás, lo miro asustada y él sonrie.
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-Usted es la única que sabe como me gusta el desayuno, de que manera me gusta tener la ropa, como no soporto tener mis sábanas... Señorita, porfavor, pagaré todo cuanto esté en mi mano. -suplica.
-El dinero no importa. -murmuro.
-¿Entonces me acompaña? -pregunta.
-Mi esposo debe darme permiso. -anuncio.
-Joder, no tienes doce años para que te den permiso. -protesta frustrado.
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Bajo la cabeza, se que Adan no me dejará ya que hace lo posible para verme infeliz y además, debería llevarme a la pequeña conmigo.
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-Es mi religión, tiene todo el poder sobre mi y más. -digo avergonzada.
-Se que debajo de este velo se esconde una mujer hermosa y segura de si misma. -dice seguro.
-Gracias por sus alagos. -me pongo roja.
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Hace años que alguien me alaga con el corazón, Aban lo hace por obligación ya que debe alagarme, se que ama realmente a Nasira, yo soy una mantenida...
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Tú eres mi religión
FanfictionUna sencilla mujer musulmana con mucho peso en su espalda ya que tuvo que aceptar las decisiones que su madre dió. Casada con un hombre que la odia pues ama a su otra esposa, cuidando de un bebé que no es suyo... Bebé que siente como suyo y, para co...