Jesus. 13 de Enero a las 12.00am.
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Mi pequeña suspira tirada sobre mi pecho y beso su cabecita.
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-Eres la mejor hija del mundo entero. -digo dulce.
-Y tu el mejor papi de todos. -besa mi mejilla.
-Bichito ¿Sabes algo de mami? -pregunto.
-La tita dice que pronto viene. -dice triste.
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Suspiro frustrado ya que el no saber nada de ella y no quieran decirmelo me jode muchisimo.
Aira entra, coje a Sadira para llevarla a cambiarse y la agarro.
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-¿Dónde está mi mujer? -pregunto.
-Jesus, relajate. -dice.
-¡Quiero saber dónde está! -alzo la voz.
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Mi hermano entra, Aira sale con la pequeña y me agarra.
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-Quiero verla. -exijo.
-Bro, relajate. -dice.
-Porfavor hermano, dime donde está. -suolico desesperado.
-Estás débil. -dice.
-Ella me hace fuerte joder, quiero verla. -suplico.
-Ella está en una habitación de aquí cerca, aun desmallada, no reacciona desde el día del tiro, los bebés están bien pero ella no. -anuncia.
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El tiempo se frena, mis ojos se hinundan y un fuerte dolor en la herida me hace gritar.
Los medicos me inyectan un fuerte calmante haciéndome dormir.
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Aira.
Salgo de la habitación de mi amiga viendo como Sadira juega a las palmas con Daniel, rio dulce y toco mi barriga.
Sus castaños ojos chocan con los mios y sonrio tímida, desde el primer día que me miraron esos profundos ojos castaños me intimidan en cada instante que están sobre mí.
Se levanta dejandola jugar con su muñeca y se acerca a mi
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-¿Se portan bien? -toca mi barriga
-Por ahora si, espera que nazcan. -rio.
-¿Vamos a tener custodia compartida? -pregunto.
-Claro, pero puedes ir a verlos siempre, eso si encuentro piso. -digo dulce.
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Agarra mi mano, da un leve suspiro y toca mi labio con su otra mano.
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-En nuestra casa siempre habrá hueco para ti. -dice serio.
-Puedes llevarte a tu chica. -comento.
-Perdí a mi chica, porque fui un estúpido y le fui infiel ¿sabes lo peor? -pregunta susurrando.
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Lo miro con un nudo en la garganta, alza las cejas y cojo aire.
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-Responde. -murmura.
-No lo sé. -respondo.
-Que la he perdido, a mi mujer de pelo rizado, a la camarera que me volvió loco y se convirtió en mi suerte cada mañana. -susurra.
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Sus ojos se clavan en mi, se aproxima a mis labios lentamente pero la vocecita de Sadira nos separa.
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-Tengo sueño tito. -dice tirando de su pantalón.
-Pero si son las doce y media niña. -rie.
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El doctor sale de la revisión a Amira y nos mira serio...
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Tú eres mi religión
Fiksi PenggemarUna sencilla mujer musulmana con mucho peso en su espalda ya que tuvo que aceptar las decisiones que su madre dió. Casada con un hombre que la odia pues ama a su otra esposa, cuidando de un bebé que no es suyo... Bebé que siente como suyo y, para co...