Jesus. 11 de Noviembre a las 12.00am.
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Entro en casa tras despedirme de mi hermano y darle las gracias por quedarse a cargo de Sadira esta noche, escucho un llanto del jardín haciendo que me acerque.
Está apoyada en la pared que separa el porche de la piscina y el jardín llorando.
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-Ojitos bonitos. -susurro.
-Dejame sola. -dice con la voz rota.
-Dejame explicartelo. -suplico.
-¿Por qué Jesus? Me merecía saberlo. -llora.
-Tenía miedo, tengo miedo joder, miedo de que me abandones que me dejes solo. -digo rompiendo en llanto.
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Solloza bajando la cabeza y me arrodillo a su lado.
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-No me dejes, te lo suplico. -lloro.
-Jesus. -agarra mis brazos.
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La miro, ella suplica que me ponga en pie y la abrazo una vez reincorporado.
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-Yo jamás quise dedicarme a esto, pero no tenía otra salida bebé, o esto o me pasaría la vida en la calle. -digo llorando.
-Vamos dentro. -susurra agarrando mi mano.
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Entramos hacia nuestra habitación, me siento al borde del colchón mientras ella saca del armario una de mis camisetas.
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-Explicamelo. -dice algo mas relajada.
-Un hombre se me acercó a la salida del instituto, dijo que me veía con dotes de converncer a las personas, que seria rico toda mi vida si aceptaba y como cualquier adolescente perdido acepté. -explico.
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Se quita el velo dejandolo tirado en el suelo, suelta la pinza y se acerca a mi meneado de esa maldita sexy manera sus caderas.
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-Empecé vendiendo un poco por mi instituto, para que se hiciesen los porros y de ahí, cuando acabe bachillerato todo se descontroló, el hombre me quería junto a él, Daniel empezo a estudiar para ser policía y mis padres se enteraron, quería seguir, mi padre junto mi hermano tras una dura pelea se olvidaron de mi existencia y mi madre... Siempre fue más dulce, nose que le ocurre ahora. -explico.
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Agarra mi rostro, me besa de una manera dulce y lenta, asegurándome que siempre estará junto mi, sea donde sea, con cualquier dificultad, contra cualquier persona y contra cualquier religión.
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-Solo te suplico que tengas cuidado. -susurra.
-Soy un monstruo. -murmuro.
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Agarra mis muñecas llevando mis dedos a la cremallera de su vestido, la bajo lentamente mientras sus hermosos ojos ipnotizan los mios.
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-Eres el monstruo más bueno que he conocido. -sonrie dulce.
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El vestido cae a sus pies dejándome ver sus pechos desnudos, sus dedos desabrochan mi camisa de una manera suave y una vez quitada se sienta a horcajadas sobre mi pegando mi espalda al colchón...
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Tú eres mi religión
FanficUna sencilla mujer musulmana con mucho peso en su espalda ya que tuvo que aceptar las decisiones que su madre dió. Casada con un hombre que la odia pues ama a su otra esposa, cuidando de un bebé que no es suyo... Bebé que siente como suyo y, para co...