Capítulo 36

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Jesus. 2 de Noviembre a las 5.00pm.
°
La llamo, suspiro al ver como no me coge y vuelvo a insistir ¿qué le pasa?
~
-¿Si? -preguntan.
-¿Quién eres? -pregunto.
-Una enfermera del hospital. -dice.
-¿Amira está en el hospital? -pregunto serio.
-Sí. -afirma.
~
Cuelgo rápidamente, me visto veloz y meto a la bebé dormida en el coche para después conducir veloz hasta allí.
La monto en el carrito, entro y me choco con una mujer.
~
-¿Usted es el hombre de la ultima vez? -pregunta riendo.
-Enfermera, necesito su ayuda. -suplico.
-Estoy libre. -sonrie.
-¿Puedes cuidarla? -pregunto.
-Claro. -sonrie.
~
Se la lleva y corro hacia la habitación donde me indica, veo a Aban junto a los padres de Amira ya que la vi con ella aquel día.
~
-Largo de aqui. -dice furioso.
-No me voy. -digo serio.
-¿Quién es usted? -pregunta su madre.
-El hombre de su hija. -digo firme.
-Se equivoca de persona. -comenta su padre.
-Amira, la chica morena de cabello liso y una sonrisa hermosa con la cintura mas hermosa que existe ¿no hablamos de la misma? -pregunto.
~
Aban me agarra de la camisa, me mira fijamente y su madre no hace nada, tan solo apoya a Aban.
~
-Mi hija se ha acostado con usted. -dice dolida.
-Sí. -empujo a Aban.
-La has arrastrado al pecado. -grita su padre.
-Ella me ama. -alzo la voz.
-Comprendo que le pegases Aban, lo merecía. -dice su madre.
~
Me quedo flipando con sus palabras, los doctores salen de su habitación y nos miran.
~
-Llama a un tal Jesus, está delirando de los dolores. -dice uno de ellos.
-¿Puedo entrar? Soy yo. -digo.
~
Aban me agarra, lo empujo y entro en su habitación.
~
-Jesus. -delira.
-Estoy aqui ojitos. -sonrio agarrando sus manos.
~
Un fuerte golpe incha su mejilla, su figura está llena de cortes y su labio roto por competo.
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-Quedate conmigo. -murmura.
-No me alejaré mi vida. -todo su mejilla.
-Jesus. -dice alterada.
~
Beso muy suavemente sus labios, toco su mejilla y lloro pegado a su rostro.
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-El catigo lo estás pagando tú, no, no es justo joder. -lloro.
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Me tumbo junto a ella, me escondo en su cuello y sollozo.
~
-Pecamos los dos, nos hemos enamorado y sabemos que esto es imposible mi pequeña. -lloro.
-Jesus. -abre los ojos.
~
Me reincorporo y lloro tocando sus mejillas con mis dedos mientras sonrie.
~
-No me abandones. -suplica.
-¡Increíble! -grita su madre....

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