Capítulo 38

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Amira. 7 de Noviembre a las 11.00pm.
°
Desliza sus dedos por mi cintura mientras me muevo al compas de la música, agarra mi rostro besandome y sonrie.
~
-Hermosa. -alaga mientras giro.
~
Me obliga a bailar sentada sobre él, me fijo en el rojo de sus ojos y en como tiene su nsriz levemente manchada de unos polvos blancos ¿qué tiene?
Me pongo en pie, él se pega a mi mientras bailo y muerde mi oreja.
~
-Vas a gemir tanto que olvidarás tu nombre. -intenta provocarme.
~
Miro hacia el suelo y él me tira sobre la cama. No hay romanticismo, no hay caricias, no hay susurros de "te amo" y muchísimo menos se para a besarme lento, hace días que no sé nada de Jesus ¿le ocurrirá algo?
Cae junto a mi, me giro dandole la espalda y me abraza haciendo que un extraño olor inunde mis fosas nasales.
~
-Date un baño, la Isha es en poco y yo debo estar con mi otra mujer también. -ordena.
~
Salgo de ahi sin decir nada más.
Abro el grifo caliente de la bañera, dejo mi camisón caer sobre mis pies viéndome desnuda frente espejo y cierro los ojos.
Puedo sentir sus dedos acariciarme, sus labios marcando mi cuello mientras susurra cuanto me ama a la vez que yo jadeo para él.
Entro en la bañera recogiendo mi cabello para no mojarlo y mi movil suena no muy alto ya que como Aban se entere que aun lo tengo temo lo que pasaría.
~
-Ojitos. -dice dulce.
-Hayati, dime que estas bien. -suplico.
-Sí, he estado muy agobiado nena, trabajo y la bebé, te enviaba mensajes pero no llegaban. -dice.
-Tengo que tener el internet quitado, como aaban vea que aun mantengo el teléfono... -digo suspirando.
-Te extraño. -dice.
-Te amo. -respondo.
~
Escucho a mi pequeña reir de fondo, cierro los ojos y mi alma se parte al darme cuenta cuanto la extraño.
~
-Pasame a la bebé. -suplico llorando.
-No más llantos, porfavor. -susurra dulce.
-No aguanto más Jesus, te necesito. -digo.
-Haré lo que sea por verte. -asegura.
-Quiero escuchar a mi pequeña. -susurro.
-Dile hola a mami, peque. -dice dulce.
-Mami. -grita emocionada.
-Pequeña, te echo de menos. -digo triste.
-Mamá... -dice ella también triste.
-Disfruta mi vida, en poquito mami y tu os vais a ver. -aseguro dulce....

Tú eres mi religión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora