Capítulo 12

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—Buenas noches señor Jarvis, sería tan amable de ponerse en marcha. —Peggy le dijo a un señor conduciendo el auto.

—No sabía que tuvieras auto, o chófer.

—Disculpe señorita, pero soy un mayordomo no chófer. —Fue corregido desde adelante del auto por el hombre del característico acento.

—Lo siento. —July se disculpó. —Eso no cambia el hecho de que no me hayas dicho, Pegs.

—Era un asunto confidencial pero ahora que todo está arreglado, creo que podré decirte. —Peggy sonrió. —El señor Jarvis no trabaja para mí, pero es un excelente compañero, él trabaja para el señor Stark y él es justo a quien vamos a ver.

—¿Por qué? —Preguntó July curiosa.

—Me dijiste que querías instrumentos para defenderte, no creo que tu bisturí sea de mucha ayuda y él se ofreció a ayudar.

Después de eso, el recorrido fue en silencio, el señor Jarvis tarareaba una canción que ella no podía reconocer, estaba algo emocionada por conocer al señor Stark hace cuatro años lo había visto en una convención, y ahora lo conocería, no son cosas que pasan muy seguido.

El señor Jarvis estacionó el auto y ambas señoritas salieron de él. Peggy comenzó a caminar hacia la casa, seguida por una muy sorprendida July. La casa además de ser grande era completamente hermosa. Estaban en el recibidor cuando una voz varonil comenzó a escucharse.

—¡Jarvis! ¡Jarvis! Has visto mi... Hola. —Sonrió al ver a Peggy y a July. —Peggy, ¿esta es la señorita que me mencionaste? —Howard preguntó con una mirada coqueta. —Nunca mencionaste lo hermosa que era. Un placer.

—Igualmente. —Dijo July algo cohibida y sonrojada

—Sígueme, Peggy me habló de tu caso. Así que el gobernador Endlr, jamás lo hubiera pensado, corren algunos rumores de que él prefiere la compañía masculina pero que fuera un maniático no creí que existiera una posibilidad. Eso sí, ha estado metido en cosas turbias. —Howard caminaba rápido. —Peggy fue oportuna en hablarme, iba irme a Los Angeles, por cierto ¿has pensado en actuar? Tienes un hermoso perfil.

—No, jamás ha estado en mis planes. —July dijo dudosa.

—Bien, aquí es, te suplico que no toques nada, hay cosas sin terminar y otras que podrían explotar. —Howard abrió la puerta para dejar pasar a July. Parecía como una bóveda de un banco. Llena de seguridad —Veamos que te puede servir.

July veía detenidamente todo el taller, había desde piezas en el piso hasta algunas enterradas en las paredes, Howard se dio cuenta lo que la chica veía.

—Sí, un accidente la semana pasada. Ven. —July lo siguió hasta una mesa en el centro. —Estos artefactos son diseñados para defensa personal pero pueden ser muy buenas armas. Abrió un portafolio lleno de artículos que una mujer podría utilizar. —Hay desde polvo pica-pica hasta explosivos. ¿Qué te gustaría?

—Todo. —Dijo July maravillada.

—Exacto, esa es la actitud. —Howard tomó un polvo para la cara. —Empecemos con lo más inofensivo, polvo pica-pica. —Se lo entregó a la castaña. —Labial de ácido, sirve para quitar cerraduras, un poco de esto alrededor de ella y se caerá. Estuche de costura, en realidad hay tres agujas, todas están infectadas en la punta con un veneno que no se puede identificar en el cuerpo hasta después de dos semanas y para eso ya estarás en el panteón y actúa prácticamente después de 5 minutos. —Sonrió orgulloso.

>>—Hilo para tu estuche de costura, este lo considero altamente peligroso ya que fui víctima de él, una ex amante trató de ahorcarme con él. —Howard se bajó el cuello de la bata y dejó una fea cicatriz de una quemadura al aire. —Lo que ella no sabía que a la hora de arrancar un pedazo del hilo libera un poco de ácido nítrico que se calienta casi al instante, realmente nunca supe el porqué lo inventé pero ella al menos le dio un mejor uso del que yo pensaba.

Immortals /Bucky Barnes/Where stories live. Discover now