Capítulo 50

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July siguió al castaño hasta las pequeñas chozas en silencio. Se dio cuenta que no tenía su brazo de metal. Él decidió romper el silencio.

—Hemos llegado, mirá tú te quedarás en esta y la mía está por allá. —Dudó en decir otra cosa pero aún así lo hizo. —Ya sabes, en caso de que necesites algo.

—Gracias. —July se despidió sin saber si preguntar si la reconocía.

Era algo para lo que no estaba preparada, no estaba preparada para escuchar lo que él tuviera que decir.

Al entrar a la choza pudo ver que solo había una cama y un buró, cerró con la cortina y prendió una vela, después, se sentó en la cama, era algo baja, así como el techo de la choza pero ella cabía perfectamente.

Estaba acostada, esperaba que Shuri y su madre estuvieran bien mientras ella ideaba un plan de escape en caso de que fuera necesario. Pensó en que necesitaría llevar provisiones, así que mañana revisaría el área.

Después de eso, se quedó completamente dormida.

No sabía cuánto había dormido pero la castaña despertó de repente con el pecho agitado, había tenido una pesadilla, y de nuevo sentía como su respiración fallaba. Así que lo más rápido que pudo, se puso de pie mientras buscaba la salida tratando de no atorarse en la cortina tapando la "puerta". Al salir corrió hasta asegurarse de estar afuera y se recostó en el pasto tratando de calmarse.

Ya no recordaba lo que había soñado pero sabía cómo la había hecho sentir. Una vez que recuperó la calma, se levantó y observó como la Luna brindaba la luz suficiente. Se acercó al río y se quedó un rato mirando el paisaje, la Luna, las estrellas y todo lo que la rodeaba.

Bucky había despertado, de nuevo había tenido un sueño y no sabía distinguirlo, entre eso y la realidad. Así que como todo lo que recordaba, fuera real o no, lo anotaba. Estaba terminando de escribir cuando decidió salir a tomar un poco de aire.

Al salir de su nueva casa, la vio, estaba sentada recargada en una piedra tomando dientes de león y amarrándolos. O al menos eso creía él. No sabía si ir hablarle o no, pero no quería incomodarla, así que decidió regresar a dormir.

A la mañana siguiente de nuevo salió para averiguar un poco donde estaba y se volvió a encontrar a la castaña sentada en el mismo lugar, esta vez, rodeada de niños que veían lo que ella hacía mientras les entregaba coronas de flores y de hojas.

Está vez, Bucky decidió acercarse.

—Veo que tienes encargo. —Dijo tratando de romper el hielo al señalar a dos niños que todavía esperaban sus coronas.

—Sí, inicie una y ellos vieron, ahora tendré que darles a todos. ¿Quieres una? —La chica buscaba actuar con naturalidad así que preguntó divertida. Bucky sonrió un poco.

—No gracias, no quiero causar molestias.

—Listo, aquí están sus coronas. —July le dio las dos coronas que había hecho de hojas para los niños y mientras uno de ellos se iba con la suya puesta, el otro estaba ahí parado esperando algo. Él niño señaló a los dientes de león cerca de ella. —Oh, ahorita le pongo flores. —La chica tomó algunas y las entrelazó en la corona ya hecha. Después de eso, el niño se fue con su corona de flores.

—¿Quieres ir a buscar algo de desayunar? —Bucky volvió a hablar.

—Claro, lo cierto es que no recuerdo cuándo fue la última vez que comí. —July se puso de pie.

—Ni yo, lo mejor será que revisemos la aldea.

July y Bucky iban en silencio observando todo, había cabras y vacas que algunos aldeanos poseían, al igual que gallinas. Encontraron un mercadito donde Bucky compró algunas cosas, por lo que le dijo, el palacio le había dado dinero.

Immortals /Bucky Barnes/Where stories live. Discover now