Immortals /Bucky Barnes/

Capítulo 31

La luz comenzó a molestarlo obligándolo a abrir los ojos. Lo primero que logró ver fue el techo, un techo color crema con un ventilador girando.

Poco a poco comenzó a sentir su cuerpo pero parecía estar entumecido, movió su cabeza hacia un lado estirando sus brazos y piernas lentamente.

Se sentó en la cama unos minutos observando el suelo, ¿dónde estaba?, era la pregunta que rondaba en su cabeza.

A lo lejos un partido de baseball sonaba en una radio sobre un tocador pegado en la pared.

Él estaba confundido, él creía ya haber escuchado eso antes.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose abruptamente dejando entrar a una mujer de cabello pelirrojo.

—Bueno días. —Dijo cerrando las puerta detrás de ella. —O debería de decir, tardes. —Dijo dando pasos hacia el frente revisando su reloj de mano.

—¿Dónde estoy? —Dijo él con cara confundida.

—Está en el cuarto de recuperación en New York.

El sonido del radio lo volvió a distraer, sabía donde lo había escuchado.

—¿Dónde estoy realmente? —Volvió a preguntar mientras la señorita frente a él sonreía.

—Lo siento, pero no entiendo la pregunta. —Dijo ella sin quitar la sonrisa.

—El juego. —Su voz sonó molesta esta vez. —Es de Mayo del 1941, lo sé porque estuve ahí.

Los hombros de la señorita se tensaron mientras él se ponía de pie cerrando los puños listo para pelear.

—Así que le preguntare de nuevo, ¿dónde estoy? —Se colocó frente a ella mientras la mujer apretaba un botón sin que él lo notara.

—Capitán Rogers...

—¡¿Quién es usted?!

Dos hombres armados y cubiertos de negro entraron por la misma puerta poniéndolo en estado alerta. Los tomó a ambos por el cuello lanzándolos por la pared logrando atravesarla. Salió por el hoyo que había creado solo para encontrarse en un cuarto más oscuro y más grande.

—¡Capitán Rogers! —Gritó la mujer. —¡Espere! —Salió detrás de él mientras sacaba su radio. —Todos los agentes, código 13.

Siguió corriendo hasta pasar por un pasillo saliendo a otro cuarto más grande repleto de gente vestida de negro, no conocía nada. Empujaba a quien podía buscando una salida, en cuanto la encontró salió a la calle.

Otra cosa que no ubicaba, las calles eran más amplias, los coches más ¿diferentes?, y los edificios más grandes. Siguió corriendo buscando algo que reconociera pero comenzó a darse por vencido deteniendo su paso aprovechando para observar detalladamente su alrededor.

De pronto, varios autos lo rodearon mientras una voz lo llamaba.

—Alto, soldado. —Volteó a ver a aquel hombre con un parche en el ojo y un gran abrigo negro.

El hombre comenzó a caminar hacia él.

—Lo siento, por todo este teatro, pero creímos que sería lo mejor que te lo dijéramos lentamente.

—Decirme ¿qué? —Preguntó con la respiración entrecortada.

—Ha estado dormido, Cap. Ha estado dormido por casi 70 años. —Fueron las exactas y devastadoras palabras que salieron de su boca mientras él trataba de pensar cómo era eso posible.