Quiero hacerte feliz

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Hola. 

He venido dejando esto, es como una segunda parte de aquel oneshot, aunque no me lo tomen a mal, tal ves no haya salido tan muy emocionante como el primero, pero solamente espero y si sea de su agrado. 

Pareja: Milo x Camus.


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Camus había sentido un poco de tristeza, había pasado ya varios días desde aquella cita y no tenía ninguna respuesta en absoluto, ya perdía toda esperanza de trabajar junto a aquella persona, dio un suspiro, pensando que seria lo mejor, pero realmente quería verlo, decirle lo mucho que lo había extrañado todo estos años y simplemente dio un suspiro. Miro por el móvil las últimas noticias, una noticia de que su amado Milo, uno de los más grandes inversionistas de la historia mundial, daba algunos consejos hacia los nuevos negocios.

Aquel niño alegre ya no estaba, ahora en aquel video simplemente se encontraba aquel sujeto, seriedad absoluto y unos ojos opacos, su cabello no tan alborotado como lo recordaba y esa vestimenta que le hacía ver de una manera diferente. Muy sepulcral.

Sabia que estaria mal, pero no quería dejarlo solo, quería estar con él, a pesar de que recordó que año tras año, Milo no regresó por el, entendió que el simplemente no sería escuchado por los mayores, porque quien quisiera un niño que siempre fue diferente, su mente recordó cuando esos pensamientos negativos lo invaden, siempre estaba Milo. Ahora le tocaba a él, estar ahí dando buenos pensamientos.

[...]

Una mañana, Camus caminaba hacia el interior de aquel inmenso edificio. En mano, llevaba un café, paso por recepción pero fue detenido, aunque pronto se excuso, mencionando que era el café para el dueño de aquella industria, esto hizo temblar al recepcionista y terminó por dejarlo pasar.

Subió calmado hasta que llego al piso indicado, camino y llegó hasta donde se encontraba aquella pelirroja, quien estaba vestida de manera elegante.

—¡Camus! —exclamó con emoción —Que bueno que ha venido, aunque, su cita seria dentro de unas horas —hablo.

—Lo se, pero yo hablare con aquel hombre, me va a conocer como realmente soy —dijo quien caminó hasta al interior.

—No... —había sido imposible detener aquel francés.

La puerta se abrió, Camus entro, miro a todos lados quedando sorprendido de la oficina privada, aunque pronto aquello cambió al mirar al heleno sentando detrás del escritorio, alzó su vista encontrándose con aquellos amatistas. Su semblante neutral se transformó a una de molestia.

—¿Quien demonios eres? —pregunto comenzando a irritarse.

Camus había cerrado la puerta por dentro, camino dejando el café en una pequeña mesa, hasta que finalmente quedó enfrente del heleno.

—Milo, ¿no me reconoces? —pregunto —Soy Camus, tu mejor amigo de la infancia —hablo detonando una sonrisa pequeña.

—No, yo nunca tuve mejores amigos, los amigos, no existen —dijo neutral.

—¿Que? Pero Milo, siempre pasamos juntos, acaso... —fue silenciado.

—No me sorprende que quieras estar cerca mio para poder obtener una vista más previa a la fama —habló secamente.

—¿Fama? ¡NO! Simplemente quería... —fue callado.

—Lo que digas no tienen ningún efecto, que no entiendes, no me interesa quien seas, debes de ser alguien igual a los demás, que solo busca molestar —dijo perdiendo el interés.

Oneshot's [Saint Seiya] YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora