Defteros x Asmita 1

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Una situación poco común se está viendo en esos momentos, una organización, una secta antidemonios se encontraba rodeada, mientras en el centro se encontraba un dúo. Sin embargo aquello no es algo más...

Un miembro de dicha organización se encuentra frente  al peor demonio de la existencia, el rey demonio.

— ¿Cómo pudistes? Tantos años... Por qué me lo has ocultado...

Ese miembro estaba dolido, su voz se quebraba con cada palabra y es que ese demonio, arrodillado, encadenado y ensangrentado, se encontraba con una vista baja.

— ¿Acaso no te importo mi estado?

Volvió a decir... Sin embargo no obtuvo una respuesta, solo fue silencio, eso le lleno de enojo, pero esa ira, se transformó en tristeza.

Pero, ¿Que había pasado? ¿Que era todo este lío?

El rey demonio se sentía culpable, tanto así, que ni siquiera se atrevia a ver la cara de ese chico... Cómo me daría la cara a ese chico que cuido durante mucho tiempo, que incluso llegó a tener sentimientos por él.

[...]

Hace 12 años atrás... Un pequeño niño vagaba por la ciudad, su estado era deplorable, parecía tener meses de a ver andando en las calles y una noche llego a un callejón, dejándose caer en una de los tantos espacios para poder descansar.

Tenía frío, estaba descalzo solo usaba una especie de túnica blanca que ya estaba medio dañada, llena de suciedad, si cabello llegaba a sus hombros de color dorado y sus orbes eran de color azul.

Estaba abandonado, se sentía solo, incluso su llanto no fue escuchado por nadie, ya que nadie llegó a su rescate, pero su llanto, alarmo y molesto a otro.

Un hombre, un sujeto que se encontraba ahí y al fondo, en dónde la luz no llegaba y en dónde lo más seguro nadie se daría cuenta. El niño a principio sintió miedo, creyendo que le haría algo malo, sin embargo se sintió tan seguro, al notar de que se trataba de un hombre mal herido, incluso tomo preocupación, quien se levantó y camino hasta el.

Miro con detalles, solo para ver sus heridas, no sabía nada de curación, pero había visto en las televisiones fuera de locales, cómo los actores curaban las heridas vendandolas.

Así que terminó por irse.

Ese hombre solo lo miro irse, la herida era mucho peor, su abdomen estaba demasiado herido, aún así no temia, puesto sabía que podía curarse rápidamente.

Los minutos se extendieron y finalmente regreso, ese niño se acercó con algo de timidez, mientras en sus manos se encontraba una especie de trapos viejos.

— No pude conseguir vendas, solo pueda ayudarte con esto.

Hablo, esperando no hacer enojar al hombre, se acercó hasta él, comenzó a ponerle pedazos de trapos en esas heridas, seguido de besos pequeños, sin descartar la típica manera de como una madre haría para calmar a sus hijos.

— Con el besito de curación, podrá sanar rápido.

La sonrisa nació, sin embargo el hombre solo se limito a verle, era increíble cómo un pequeño niño estaba solo e incluso lo ayudaba sin saber de quién se tratara.

La inocencia...

El niño termino por sentarse al lado del hombre, mientras abrazaba sus piernitas.

— Señor, me quedaré con usted hasta el día que se cure. En caso de que pase algo malo, buscaré a alguien... O a menos alguien que me escuche.

Ese niño demostró una sonrisa nerviosa, su poca valoración en la sociedad era tan notoria y es que el mundo está hecho un caos, el hombre noto aquello, sabía que su herida tardaría días en sanarse, pero era un riesgo grande.

Oneshot's [Saint Seiya] YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora