San Valentín [2]

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Defteros ha sufrido durante mucho tiempo, su infancia no fue la más buena, terminando siendo odiado por su familia, desde muy temprana edad dejo su hogar, solo para estar viviendo de la calle y ahora con una pequeña casita se encuentra más que nada estable, seguro, su trabajo se lo gana bien, a pesar de ser demasiado complicado, ejerciendo fuerza y llegando a casa sucio, es evidente que en algunos casos quiere darle una mejor vida a ese chico que tiene como pareja y es que desde que dejó la casa de encontró con ese niño, fue abandonado a su suerte, parecía que esperaba a que muriera de hambre o algo por el estilo, debido que estaba ciego, pero el se hizo cargo de él, le brindo su apoyo y susñ amistad.

Pero esos sentimientos amistosos cambiaron y a pesar que ese joven chico no parecía verlos, podía sentir todos esos regalos que su amigo le daba, a tal punto de brindarle un cariño inexplicable.

Finalmente y un catorce de febrero, decidieron inciar una relación, con tan solo 16 y el otro 13 añitos invitaron una relación que pasado de 10 años siguen demostrando ese cariño.

Defteros es un hombre correcto, directo y firme con sus sentimientos, trabajador y busca la manera de tener mejor a su pequeño niño, en cambio, Asmita, el nombre del pequeño, es ciego, lo poco que sabe hacer es acomodar camas y hacer los deberes del hogar, cocinar y lavar le es imposible, ya que antes que intento hacerlo, termino cortado o quemado por las mismas.

Por ende, Defteros no le molestaba dejarle la comida lista, mucho menos quedarse en las noches hasta tarde cociendo algunas prendas para su uniforme, todo estaba bien, ya que todo ese tiempo estaba Asmita con el.

— Defteros, ¿Nunca has pensado en regresar?

Asmita hablaba solo, de nuevo, pero este se miraba un poco triste, ya que sabía de la alta carga que era para su pareja y temía que algún día se me molestará, por ende cuando tenía la oportunidad le decía que si quería regresar con su antigua familia, pero este siempre se negaba, diciendo que su familia se encontraba ahí y que posiblemente aquellos ya lo habrían olvidado.

Pero esa vez estaba decidido a convecerlo, que beneficio iba a tener con un ciego, muchas veces se lo dijo, era un completo miserable.

No hacia bien las cosas, siempre hacia las cosas mal, era imposible como sus quejas cuando se pincha los dedos por querer ayudar a Defteros con la costura, de cómo se quema al momento de cocinar o las veces que se ha cortado al momento de lavar los platos o la ropa que en algunas veces las dejaba manchadas. Era un inútil.

Aunque todos esos momentos, siempre eran apasiguados por una encantadora voz, que le decía lo mucho que se esforzaba y que le gustaba que hiciera eso, que incluso no importaba como estaba la situación, él estadía ahí, para él.

De nuevo lo derramó lágrimas, no podía creer que de nuevo esos lindos sentimientos salían con tan solas palabras, esos cálidos besos en la frente, mejilla y labios, que hacia entender que estaba seguro con ese hombre, incluso esas veces que lo hicieron en su juventud, que siendo tan jóvenes y no temían en qué un bebé llegará a sus vidas. Todo esos miedos no existían, pero cuando Asmita estaba solo, siempre existía ese miedo, miedo saber que su amado puede buscar a alguien mejor, que puede brindarle buenos sentimientos y diferentes sentidos, el solo es un estorbo para ese gran hombre.

La mujer llegó a su pequeño hogar, era la vecina, una anciana, era tan amable con esa pareja, incluso ayudaba a esos niños, cuando uno de ellos salía son hacerle la comida al otro, cosa que ella venía a ayudarle.

Asmita la reconocía y de manera tranquila escucho sus pasos, después de a ver escuchado el "buenos días" de la mujer. El rubio respondió amablemente y tras eso un silencio, aunque fue corto, ya que el rubio hablo.

Oneshot's [Saint Seiya] YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora