Deseo perfecto

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Kanon es la persona más poderosa de su nación, claro, no está el solamente, pero por el momento solo hablamos de él.

Kanon tiene a alguien muy especial. Esa persona ha estado con él desde hace muchos años y hoy era un día especial.

— Señor Kanon, no es necesario que haga esto, yo no necesito de un obsequio.

— Cállate Milo, te mereces aunque sea un obsequio, he sabido bien que te gustan los regalos, pero nadie te da uno.

— La crisis es muy difícil en estos tiempos, no es sencillo señor Kanon.

— Por eso, seré yo quien te de esto.

Kanon conducía, mientras conversaba acerca de cosas triviales, dándole pocos ánimos al chico quien reprendía. Sabía bien que eso pasaría, por eso, una vez que se detuvieron y el menor vio en dónde se encontraba se coloco más nervioso. Era uno de esos restaurantes lujosos que Kanon frecuentaban, con comida lujosa y bellos escenarios. Milo no tenía dinero para pagar una simple bebida de aquel local, pero Kanon insistía demasiado.

Cuando ambos entraron, fueron guiados hasta una de las mesas, tomaron asientos, un pequeño silencio algo incómodo surgió, Milo tenía su vista baja y Kanon estaba atento a los movimientos de este.

— Señor Kanon, debería irme, este sitio...

— Milo, calma, deja de pensar en cosas, esto es una cita para celebrar tu cumpleaños.

Milo guardo silencio, no podía creer que alguien más le diera algo, toda la vida había sido tan difícil, aunque el fuera su asistente personal de aquel hombre, tenían una amistad que se relataba desde hace mucho y esto era algo que no podía aceptar, no porque no quisiera, sino porque sentía pena y desde hace un tiempo, sus sentimientos eran tan extraños cuando se trataba de aquel hombre.

Milo afirmaba a todo, cada palabra de Kanon, en ciertas ocasiones mencionaba cosas que el mayor le interesarían, todo era perfecto y tranquilo.

— Bien, te recomiendo que pidas el pollo agridulce, es bueno, seguido de un pequeño puré de papas y un poco de chícharos.

Kanon indico, aunque Milo ni sabía que era todo aquello, no solía comer en lugares prestigioso y lo que conocía era comida callejera.

— ¿Está bien?

La pregunta que hizo Milo, fue de confusión, mientras miraba el menú en sus manos. Miraba con detenimiento y nerviosismos, puesto no sabía en dónde se encontraba. Esto lo noto Kanon, sonrió un poco y finalmente pidió por ambos, haciendo que Milo relajara sus músculos, aunque se sintió poco ante aquello, era un mal asistente.

— Perdón.

— Descuida, pero ¿Por qué no elegiste? No comprendo, las veces que llevas comida las compras en estos restaurantes ¿No?

— Bueno...

Milo no se atrevió a verle, porque no era cierto, todas las comidas de su jefe eran comprados en pequeños puestos de la calle.

— Ya veo, así que he estado comiendo cosas que no son de restaurantes.

— ¡No lo tome a mal señor!

Replicó, poniéndose de pie, temiendo que el jefe se molestará y lo corriera.

— Calma Milo, no pienso hacerte nada. Por favor.

La sonrisa de Kanon fue sincera, haciendo que Milo se sintiera un tanto de alivio.

— Bueno, dejemos eso de lado, que te gustaría como regalo.

Oneshot's [Saint Seiya] YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora