Oneshot's [Saint Seiya] Yaoi

La venganza de Hypnos.

La familia de Thanatos era muy prestigiosa, su fortuna daba mucho de que hablar.

Había muchas cosas buenas y cosas negativa. La familia de Thanatos nunca se preocupo tanto por algo, pero cuando llegó la bendición, todo se fue a una mierda.

Los rumores llegaron a sus allegados, muchos estaban contento, tenían hijos asombrosos, pero para los padres era un desdicha. Dos niños, dos gemelos, no era de mucho querer.

Así que por ende tuvieron que ocultarlo a la sociedad.

Thanatos fue el único que dió la cara, siendo el más prestigioso de la familia, obteniendo la atención de todos, mientras el gemelo menor, recibía mucho dolor. Era evidente que no lo querían, debido a las creencias de sus padres.

Cuando dos gemelos nacían, uno era la desdicha, aquel que traería problemas a la familia. Y efectivamente...

Con el pasar de los días, Hypnos, cómo es llamado, recibía constantes abusos, ya fuera laborales o sexuales. Tenía pocos años de vida, no conocía el mundo, el miraba a su gemelo disfrutar de un día de escuela, llegar y contarle todo, ver cómo sus padres lo abrazaban y decían cosas bonitas, en cambio, el solo recibía un poco de comida y miradas molestas.

No fue hasta que cumplió 15 años, cuando su madre finalmente lo hecho de casa, quitándole el apellido y dejándolo a su suerte. Hypnos miro a la que fue su familia, mirando con dolor, sin embargo no se detuvo y a pesar que sus ojos derramaban lágrimas se juro, que no lloraría por ellos que vería su futuro sin ellos. Que sería feliz y que si llegara a tener hijos no lo iba a menospreciar, los iba a querer por igual.

Sin embargo su vida no fue buena, era un tanto difícil, vivir en la calle no era muy efectivo, pasando ya dos meses desde que fue hechado de casa y caminando por zonas de enormes edificios se encontró con alguien quien para muchos es muy extraño.

Miro atento a ese sujeto, antiguamente lo había visto en una de las reuniones en casa. Jamás fueron presentados en persona, siempre fue muy alejado de los invitados, pero ahora que lo miraba bien, era lindo y atractivo, sin embargo aquello se esfumó cuando trato de alejarse.

— ¿Te vas tan pronto?

El chico nunca respondió, simplemente detuvo su andar y sin girarse, siguió escuchando la voz de ese sujeto.

— Me enteré hace poco de tu situación, puedo ayudarte, siempre y cuando tú me ayudes.

Hypnos dudaba, se giro hacia el hombre, confuso por la situación, no comprendía, era muy joven aún para comprender la situación.

— Vamos, aquí no es un sitio de charlas. Será interesante tenerte como un aliado.

El chico no dijo nada y lo siguió, tal vez a futuro se arrepentiría pero por el momento quería un sitio, en dónde estar y si ese sujeto le ayudaba no importa haría cualquier cosa.

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Llegaron a una mansión. Era grande, como un castillo, comparado a su antiguo hogar este era mucho mayor, había jardines y algunas zonas en donde se veían extensas flores. El hombre camino, había sido recibidos por una mujer, el menor la reconocía con rapidez y pronto obtuvo la orden.

— Síguela, te daras un baño, te dará ropa nueva y una habitación, para la hora de la cena debes estar listo.

El chico no dijo nada. Simplemente siguió a la mujer quien durante el camino fue en silencio, se sentía intimidado, la situación era muy compleja, era joven, solamente quería salir y dejar de creer que el mundo era una mierda.

Cuando regreso, para la hora de la cena era otro, aún así su cabello largo seguía intacto, el mayor miro curioso, sin embargo dirigió la vista hacia la mujer quien simplemente nego, dando a entender que el rubio se había negado a cortarlo, el hombre comenzó su cena, el chico comía con desespero, podía entenderlo, había vigilado a ese chico desde la salida de la gran casa. Era evidente que los padres lo había destruido por completo.