Capítulo 4

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La mujer arrugó el gesto una y otra vez al verse aprisionada por la fuerza de Parker que apretaba tan fuerte que creyó en ese momento la mataría

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La mujer arrugó el gesto una y otra vez al verse aprisionada por la fuerza de Parker que apretaba tan fuerte que creyó en ese momento la mataría. 

—¿Vas a matarme? —preguntó con dificultad—. Vas a decirme que esa es tu venganza. 

     Apenas podía hablar pero la sonrisa de Parker le ponía enferma. 

    Jamás se habría imaginado que el chiquillo tímido e inocente que había conocido años atrás estaría hoy frente a ella convertido en todo un hombre con el carácter de un demonio. 

—¿Me crees estúpido? —dijo con una sonrisa siniestra—. ¿Quién crees que soy? Estoy seguro de que esperabas al mismo mocoso de siempre. Fue tu madre quien traicionó a la mía, por eso aquella tarde pidieron el día libre, sabías que matarían a mi familia, nunca fuiste una sirvienta, ¿siempre fuiste parte de ellos no es así? Tu maldita madre lo fue. 

    La mujer no respondió, en cambio lo observó apretar su cuello cada vez más fuerte arrebatándole el aire y después la soltó lanzándola al suelo del estacionamiento. 

—No voy a matarte… Aún —dijo con una mirada sobre ella que la hizo tensarse—. Sí lo hago tendré una legión sobre mí en unos días y no es lo que quiero todavía. 

—Tal vez estás cometiendo un error al dejarme con vida, soy tu prima pero la sangre no te hace familia —dijo divertida mientras tenía su mano en el cuello por el escozor causado. 

—Yo no cometo errores, que lo sepas —dijo con resolución—. No harás nada simple y sencillamente porque yo no me encierro en mi despacho a dormir y porque sé cuál es tu secreto, Emma. 

     La sonrisa de burla se borró del rostro de la mujer tras ver a Parker sonreír victorioso. 

—Tu novia es preciosa, pero no deja de ser estúpida, ni mucho menos le quita lo lesbiana a ambas —dijo mirándola—. La casa donde viven su amor clandestino también es preciosa y mis amigos estarán dispuestos a seguirla en cualquier lugar. Tu padre estaría encantado de despedazarla, tal vez pueda enviarle información sobre su noviecita escondida.  

    La mujer le miró furiosa antes de intentar golpearlo. 

—No te atrevas, maldito bastardo —dijo apretando los dientes—. Nunca en tu vida serás un rey, jamás serás reconocido como tal, siempre serás el bastardo de tu padre. 

    Parker quiso reír ante lo que escuchaba aunque le daba asco escucharle hablar de su padre como si lo conociera. 

—¿Entonces lo que te duele es que se haya fijado en mi madre y no en la tuya que tuvo que conformarse con ser la puta personal de tu padre? —preguntó clavando de nuevo el puñal—. ¿Te ha dado tu lugar como su hija? Debí suponerlo, te sigue llamando pupila. 

    La mujer solo un par de años mayor que él le miraba con odio y con ganas de hacerlo pedazos. 

—En algo tienes razón —dijo Parker de nuevo—. No soy rey, todavía no lo soy, pero cuando lo sea las cosas van a cambiar. 

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora