Capítulo 18

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Parker miraba por la ventana de la habitación de la casa donde Perséfone vivía

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Parker miraba por la ventana de la habitación de la casa donde Perséfone vivía. Habían pasado tiempo desde la boda de Maddox y no solo eso sino también tenían una reunión en casa de las Kannavage la mañana siguiente para festejar a Scarlett en su nueva etapa ahora que ya estaba operada dado que al día siguiente iba a quitarle la venda. Parker pensaba que a veces parecía ir todo tan rápido que le asustaba un poco. 

   Cairenn no le había llamado al celular después de que lo de la última vez, lo que lo tenía un poco incómodo y aunque aquella noche apagó el celular, después de pensarlo bien encendió el teléfono para no levantar sospechas. El silencio no le gustaba, le hacía sentir como si ella estuviera tramando algo, su silencio no era normal. 

    En cuanto al documento, tenía una cita con una abogada en una semana y esperaba que todo saliera bien en la reunión. Tenía mucho pendientes tomando en cuenta que Hurs la pasaba mal con lo de Scarlett temiendo todo el tiempo ser descubierto. 

    Con Perséfone seguía bien, prácticamente vivía en su casa muy a pesar de su suegra. Y no es que los desplantes le importaran, por supuesto que le daban igual, Perséfone era su esposa y él tenía derecho a verla y a hablar con ella. 

    Durante ese tiempo le había planteado su estrategia con más detalle que nunca de tal manera que no hubiera problemas entre ellos ni secretos, quería que su esposa supiera el plan a detalle y que se sintiera segura con él.

   Aún no le había dicho a Perséfone que se había hecho la vasectomía casi inmediatamente después de haberla visto de nuevo y aunque pensaba decírselo pronto, también temía que ella se sintiera culpable de algo. En todo ese tiempo ella había vuelto a reír, a ser la mejor, se esforzaba por mejorar y sobre todo era chica que reía genuina. 

    Él adoraba verla siendo de ella misma, cuando cantaba, cuando llegaba a casa y lo recibía con algo sexy, cuando buscaba su contacto y amaba cuando iniciaba sus apodos contra él.

    Sonrió al recordar todo de ella y como poco a poco volvía a ser la chiquita que lo volvía loco. 

    Perséfone trabajaba con las Kannavage a pesar de que a él no le gustaba por qué podrían sospechar, pero ella era feliz y era todo lo que importa.

—¿Eres escorpión? —dijo su esposa abrazándolo desde atrás.

—No, por qué —respondió divertido.

—Porque atacas con la cola —respondió ella dándole una palmada en el trasero—. Cómo me gustan tus nalgas.

    Parker empezó a reír y se giró para tocar las de ella.

—A mí me encanta las tuyas —dijo apretando sus manos sobre el trasero de su esposa—. Me gusta tocarlo.

   Perséfone se recostó sobre su pecho y tomó sus manos entrelazándolas con las de ella. 

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora