Parker salió del casino riendo al recordar a sus amigos. Eran un trío de locos que hacían su vida más llevadera.
Se había conocido en un sortilegio y sin duda en el mismo momento en que se presentaron se había formado la hermandad que hoy llamaban familia.
Recordó las veces que se sintió solo, temeroso y con delirio de persecusión en un país que no conocía, con nada de dinero.
«—No tienes que irte —dijo Stefanny al ver al jovencito con el que llevaba viviendo meses—. Tu hermana te necesita.
—Nos están buscando —dijo agachando la vista—. Pasará más desapercibida ella que yo, solo mírame, soy idéntico a mi padre, en algún momento alguien lo sabrá.
—¿Y qué harás? —inquirió la mujer—. Te irás solo, tienes 15 años, eres un niño, con apenas la madurez y con toda la inocencia.
—Ya no tengo ninguna inocencia —dijo tomando las manos de su nana—. He visto lo peor de las personas, he visto lo que hacen por ambición. Ya no hay nada que pueda sorprenderme. No me pidas que me convierta en un hombre bueno. Mi padre lo fue y mira cómo terminó.
—Pero te irás solo —añadió la mujer—. Tal vez si nos esperamos un poco más a juntar dinero podremos ir juntos.
—No estando Sam —dijo tomando las manos de la mujer—. Ella gasta mucho, pañales, leche; no vamos a juntar jamás el dinero así.
—¿Pero a dónde irás? ¿De qué vas a vivir? —preguntó acariciando su rubio cabello.
—Voy a vivir de una cosa y otra, pero te prometo que voy a vivir, porque un día voy a volver y echarlos a todos al lugar que se merecen —dijo apretando los labios—. No tengo ni siquiera una foto de mamá.
La mujer se fue dentro de la habitación y volvió antes de darle a Parker una foto pequeña.
—Me la dieron cuando fui asignada a cuidarlos, es tuya ahora.
Parker miró la foto donde aparecían todos, en su cumpleaños y el de su gemelo.
Esa foto la había tomado su padre en el jardín trasero de la casa, ahí mismo donde había escapado, justo sobre la salida del túnel. Él junto a su gemelo estaban abrazados a un costado izquierdo de su madre y su hermana Eleanor sonreía a la cámara al lado derecho de una mujer que sostenía en brazos a una pequeña de apenas unos días de nacida.
—Gracias —dijo aguantando las ganas de llorar y guardándola en la mochila que con tanto celo cuidaba.
Dejó un beso en la cabecita de Sam y después uno en la frente de su guardaespaldas.
—Un día volveré por ustedes para llevarlas a mi lado —dijo con determinación—. Buscaré la manera de contactarte. Tal vez con la señora Roberts.
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DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)
RomanceParker Walsh Welshmen ha escondido su identidad por diez años cultivando misterio y escepticismo a su alrededor, con el apodo del ángel y con una camaleónica personalidad, solo un puñado sabe en realidad su origen y su verdadero rostro. Con un amor...