Capítulo 13

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Parker se alejó de Lydia después de darle una mirada que lejos de intimidarla la hizo reír antes de acercarse a su suegra que le miraba con el mismo desprecio como desde hacía años

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Parker se alejó de Lydia después de darle una mirada que lejos de intimidarla la hizo reír antes de acercarse a su suegra que le miraba con el mismo desprecio como desde hacía años. 

—¿Vas a decir que lo imaginé? —dijo la mujer con el asco bailando entre sus palabras—. Todavía no entiendo porque no terminas de alejarte de ella. 

—Porque es mi esposa y ella quiere estar conmigo —respondió—. Mientras ella así lo quiera me importa un carajo la opinión de los demás, incluyendo la suya. 

—Claro, pero te sientes tan recto y aquí estás siendo infiel con otra —dijo y Parker levantó la vista hacia Lydia que se acercaba con su altanería y seguridad que solo iba a empeorar las cosas.

—¿Nos presentas? —preguntó. 

—Lydia, ella es mi suegra —dijo sin inmutarse y la mujer mayor le miró incluso ofendida de que le dijera suegra. 

—Ya veo —dijo Lydia con una sonrisa. 

    Parker no apartaba la vista de la mujer esperando su reacción. 

    Esta solo le miró con todo el odio que era capaz de almacenar y se alejó sin más, aunque Parker sabía que iría corriendo a contarle a su hija. 

—No vuelvas a besarme o hacer algo como lo que hiciste —dijo una vez solo mirando a Lydia—. No me gustan los juegos y mucho menos cuando ponen en peligro mi relación. 

—Creí que no estaban juntos —dijo mirándolo. 

—No voy por la vida vociferando —dijo con la mirada atronadora—, aún así guarda tus besos para quien te los pida. 

   Lydia sonrió acercando su mano al rostro de Parker pero este lo detuvo tomándola de la muñeca. 

—Lo digo en serio —dijo y ella sonrió. 

—Vale —respondió con un guiño—. Espero un día conocer a tu esposa. Quiero saber qué tiene esa mujer para que te arrodilles así.

    Parker no respondió solo se alejó de ahí y siguió su camino rumbo a una reunión. 

     Abordó su auto y se puso de camino hacia su cita. Cuando llegó encontró a Chris sentado de lo más pensativo como siempre. 

—Hola —dijo colocándose a un lado—. ¿En quien piensas?

    Chris enarcó una ceja y se colocó en la silla con desparpajo. 

—En nadie en especial —dijo y este sonrió. 

—Deje de hacerte el idiota —dijo Parker—. Ese pensamiento tiene olor a café y puedo olerlo hasta aquí. 

—Perro infeliz, no sé cómo te enteras de todo —dijo riendo—. Y tus pensamientos. 

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora