Capítulo 61

32.5K 3.3K 446
                                    

—No puedo creerlo —dijo y él sonrió. 

—No es tan listo como parece —dijo divertido—. Nunca supo que su enemigo a vencer era yo. Nunca lo imaginó y nunca lo esperó, pero me hizo el camino fácil. Una vez impedía que su hijo naciera, intenté que no sobrevivieras. Sí, fui yo quien le avisó a Cillian de que Parker era casado, fue así como llegó tu amigo a delatarte. Yo no maté a tu hijo, no he matado a nadie de hecho pero sí dije lo que tenía que decir, sembré la duda y lo demás se dio por añadidura. 

     Las lágrimas de Perséfone se hicieron aún más abundantes de escuchar lo que le decía. 

—Siento esto, pero así es como funciona todo —dijo divertida—. ¿Sabes algo? Te voy a contar un secreto. He conseguido ayuda a cambio de ti, pensaba matarte y dar a Melina a cambio de mi ayuda pero mejor las daré a ambas. Espero que tu Hades venga desde el más allá para traerte de vuelta, porque me han dado a algunos hombres a cambio de mujeres y aquí las tengo. 

    Perséfone entendió perfectamente que aquello era una trampa para Parker, una donde no saldría bien librado y dónde seguro lo matarían. 

    Miró a Melina que estoica aunque llorosa miraba al hombre frente a sí. 

    Entendía lo que significaba lo que acababa de decir. Las iba a vender a cambio de que matarán a su hermano y se coronará rey. 

    Lo observó liberar a Blake que las miró desde su sitio con una mirada extraña y después a él. 

—Solo hay que esperar la llegada de la victoria —dijo Alfred. 

*****

—¿Estás bien? —dijo Hurs al verlo colgar la llamada. 

—Sí, era Andrew —dijo con tristeza—. Viene para acá y quería la ubicación. 

—Bien —dijo Maddox—. Estaremos bien y tendrás el tiempo para vivir el duelo. 

    Parker no respondió, miró hacia afuera mientras veía a Max conducir en el auto que habían rentado para eso.

    Hurs se acercó a su amigo y lo abrazó. 

—¿Cómo vas a ponerle a tu bebé? —preguntó y Parker le sonrió con tristeza. 

—No lo sé supongo que Perse elegirá el nombre —respondió. 

—¡Por la vejiga del conejo! No lo permitas —dijo ganando la atención de todos—. Me imagino que buscará nombres horribles. Típico de las mujeres poniendo nombres raros porque según se oyen rimbombantes, o Diosito nos ampare y no le pone Hades, Ares, Agamenón, Odin, Thor, Apolo, Valkiria y esos nombres horribles que todo mundo dice que son bellos para no herir la sensibilidad de la madre. 

     Parker sonrió y agradeció que su amigo quisiera poner humor a las cosas.  

—De todo lo que mencionaste solo sé quién es Odin y Thor —dijo Max—. Y eso contado desde una película. 

—No lo dudo —dijo Hurs—. Tu eres nuestro Forest. ¿Si conoces a Forest verdad?

—Supongo que le pondrá un nombre bonito —dijo Parker—. A ella no le gusta su nombre. 

—Bueno, espero que no le ponga esos o me voy a negar rotundamente a que me llame tío —dijo Hurs—. Voy a negar todo vínculo con esa criatura. 

    Parker comenzó a reír y tomó la mano de Hurs. 

—¿Cuidaras de ella cierto? —preguntó—. No importa que no te guste el nombre de mi cría, vas a cuidarlos. 

—No, para eso estará su padre —dijo indignado—. ¿Acaso yo te llevo a Daniel? No, me encargo yo y si no quiero cuidarlo igual me obligan. Mi esposa dice que me aguante, que para qué hago bebés. Pues te digo lo mismo, hazte cargo de tus hijos, para que andas de rabo suelto.

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora